Nisa 9 de Octubre.
Nisa, perteneciente a Vithas, está en la picota después de conocerse
las irregularidades que cometía un facultativo que ejercía en uno de sus centros: el
9 de Octubre. Irregularidades que iban desde operar en quirófanos arrendados por el grupo (a pesar de estar de baja laboral), hasta ser condenado por una agresión a uno de sus pacientes, y de las que
la Dirección del hospital estaría enterada,
según recoge el diario El Mundo.
De hecho, uno de los últimos 'desplantes' del cirujano maxilofacial
José Manuel Juan Segura con sus pacientes se habría producido hace escasamente un par de meses, tal y como explica este medio. En marzo, el facultativo tuvo que ser operado de un trasplante, lo que
“dejó desatendidos durante más de dos semanas” a sus pacientes porque nadie del 9 de Octubre sabía dónde estaba.
Una situación de la que la Dirección del centro hospitalario “estaba enterada”.
Además de esto, según ha explicado a
Redacción Médica fuentes del grupo, la actividad asistencial de Juan Segura en el hospital valenciano se habría acabado
“hasta hace escasamente una semana”, cuando Nisa le comunicó que no le renovaba el contrato de arrendamiento que les vinculaba. No obstante, a pesar de formalizar esta ruptura comercial, Nisa se lava las manos de estas supuestas irregularidades y asegura que
no tenían “vinculación jurídica con él” a través de ningún contrato laboral. De hecho, afirma que
Juan Segura ejercía en el hospital a través de una consulta externa como profesional libre y se aferra a la idea de que le habían arrendado tanto el despacho como la sala de operaciones para desvincularse de cualquiera de sus actos.
A puñetazos con un paciente por impagos
Pero no es el único caso en el que la carrera sanitaria de José Manuel Juan Segura se ha visto salpicada. Hace escasamente un mes, el Juzgado de Instrucción número 5 de Valencia
le condenó a una multa de 240 euros y a una indemnización de 150 euros por golpear a la cara de un paciente que le llamó “sinvergüenza” por negarse a entregarle la referencia de unos implantes realizados en su consulta.
Tal y como recoge la sentencia, el doctor “emprendió una discusión con un paciente por motivo del tratamiento que se estaba realizando y de los importes abonados y adeudados, elevando ambos el tono de voz”. El paciente, que no encontró respuesta a sus exigencias, “salió de la consulta enfadado y llamó sinvergüenza al denunciado ante lo cual este salió detrás de él y
le agarró del asa del bolso que llevaba colgado, golpeándole en la cara, cayendo al suelo a consecuencia de estos hechos”. El informe médico corroboró posteriormente “la existencia de lesiones provocadas por el agresor y la compatibilidad de las mismas con la mecánica de la agresión descrita”.
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