Un abismo es una profundidad sin límite. Un agujero negro del que, por lo general, se desconoce su final. Y la caída resulta mortal. A ese espacio se está precipitando ahora Muface, la mutualidad que dota de asistencia sanitaria a los funcionarios del Estado desde 1975. Ahora, a punto de cumplir sus 50 años de historia, el concierto sanitario está a punto de caer al vacío. La filtración del informe
‘Muface: del seguro privado al Sistema Nacional de Salud’ del Ministerio de Sanidad ha sido
el detonante. Y ahora, cerca de 1,5 millones de personas -entre mutualistas y beneficiarios- temen que su salud caiga en ese abismo sin final.
“Sanidad nos ha puesto una espada en la cabeza con la muerte de Muface.
Si la mutualidad muere, nosotros iremos detrás”. Esa ha sido una de las primeras reacciones de Luis Deleito, ex trabajador del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) al conocer lo que planea el Ministerio. El informe, al que ha podido tener acceso
Redacción Médica, detalla los pasos a seguir para acabar con Muface. El primero de ellos es la
fecha de su extinción: el 1 de enero de 2025. Ese día, el posterior a la finalización del vigente contrato de la mutualidad, ya está marcado en el calendario. A partir de entonces el Ministerio de Sanidad comenzará a derivar a los mutualistas al Sistema Nacional de Salud (SNS). Y lo hará durante
nueve meses.
Deleito (Madrid, 68 años) reacciona a la noticia sin estupor: “Era previsible. El Gobierno quiere dejar morir este sistema de mutualismo, y eso es lo que van a conseguir con este plan”. En su caso, desde hace 15 años acude a un cardiólogo por sus problemas de arritmias y desde hace 10 a un dermatólogo. Ahora, dice, teme por el tiempo de espera para acudir a un especialista en su comunidad. “
Las listas de Madrid están saturadas. Incluir a 1,5 millones de personas en el SNS va a ser el colapso total”.
María Pulido, profesora y mutualista de 37 años en Talavera de la Reina (Toledo), reacciona con más incertidumbre. “¿Qué va a pasar ahora con mi madre?” Esas son las primeras palabras al conocer la propuesta de Sanidad. Y ella, su madre, María José Campillo, en cambio, no muestra ningún tipo de
shock al conocer la noticia.
“Creo que ya me lo esperaba. Mónica [García, la ministra de Sanidad]
quería dejar morir a Muface desde el principio”, señala esta jubilada que hace 10 años sufrió un ictus y ahora está pasando por un cáncer. En su caso, tiene varias citas programadas con distintos especialistas para los próximos meses. “No sé qué va a pasar con mi historial clínico.
Me siento desamparada”, confiesa.
En su caso, también destaca el colapso al que se va a ver sometido la sanidad pública. “Es como si haces una casa para 200 personas, pero pretendes que vivan 2.000. Es inviable”, subraya.
— ¿Se ha planteado alguna solución?
— Pagar una póliza privada. Mientras me lo pueda permitir, pagaré el seguro de Asisa. Allí es donde están todos mis médicos.
Mariano González Clavero (Valladolid, 50 años) se encuentra en el mismo limbo que sus compañeros en este reportaje. Más aún:
la comunidad autónoma en la que reside,
Castilla y León, sería, según Sanidad, una de las comunidades más golpeadas por el fin de Muface.
“Hay una preocupación máxima. Muchos hospitales privados de la zona se sustentan gracias a Muface. Y, además, a los residentes de la
España vacía le va a afectar muchísimo”, explica este vallisoletano que lleva más de 20 años ejerciendo como profesor. Es decir, pertenece al 65 por ciento de los funcionarios que conforman la mutualidad.
Los jubilados y el copago farmacéutico
Una de las novedades que desprende el informe de Sanidad es el
copago farmacéutico. En él, el departamento detalla que
los jubilados ahorrarán 86 euros en fármacos al salir de Muface.
Los dos pensionistas con los que ha podido conversar este medio dicen que es una medida “que hay coger por pinzas”. Deleito, visiblemente enfadado con la nueva deriva que está cogiendo el modelo en el que lleva más de 40 años, dice: “Habría que ver bien la letra pequeña. No me fío de que esto vaya a ser así. El Gobierno solo piensa en sí mismo”. Su compañera en este reportaje, María José Campillo, coincide con él. A su parecer, el Ejecutivo está “olvidando que
lo verdaderamente importante son las personas”.
Los sindicados reiteran su posición: “Iremos a las trincheras”
La respuesta de los distintos sindicatos no ha tardado en llegar. CSIF, el sindicato mayoritario de los funcionarios en España, se ha mostrado tajante. El presidente de la organización, Miguel Borra, ha explicado que este sindicato no descarta "ninguna medida". Entre ellas ha destacado
paros, una gran manifestación o una jornada de huelga. De hecho, CSIF ha convocado una movilización el 16 de diciembre para evitar el fin de Muface.
Por su parte, fuentes de Facuso han sido más tajantes:
“Si hace falta, iremos a las trincheras”. Esta organización está valorando los distintos pasos a seguir. “No es aceptable que el Gobierno juegue con la salud de un millón y medio de personas”, subrayan desde esta organización.
¿Qué dice el informe de Sanidad?
La llegada del texto del Ministerio de Sanidad ha suscitado un gran revuelo. Los sindicatos no han tardado en responder. Sin embargo, las
aseguradoras, con las que se ha puesto en contacto
Redacción Médica, han preferido guardar silencio y no hacer declaraciones. De hecho, el informe les hace alusión en varias ocasiones.
“En el momento actual, tras la negativa de las diferentes empresas aseguradoras sanitarias privadas a concurrir al concierto planteado por el Gobierno de España existen diversos cauces de acción que pueden tomarse. Hay uno, evidente y continuista, que supondría incrementar incluso por encima de la oferta previa, la propuesta de concierto para las aseguradoras privadas. Hay que tener en cuenta que es probable que esta sea una opción: I)
insuficiente (las aseguradoras demandan un incremento superior al 40% respecto a las condiciones actuales de financiación); II)
insostenible (porque no hace frente a la dinámica de largo recorrido de envejecimiento de la subpoblación de mutualistas de Muface); e III)
inequitativa por suponer incrementos porcentuales que serían impensables en el ámbito de la provisión pública directa”.
Ese es el fragmento exacto en el que Sanidad se refiere a la relación con las tres compañías que hasta ahora dotaban de asisestencia sanitaria al concierto. Así, la cartera concluye que, a su parecer, es "insostenible" continuar en el modelo por dos factores: las condiciones económicas de las compañías y el
perfil envejecido de los mutualistas.
¿Una muerte planeada?
El
programa electoral de Sumar de las pasadas elecciones [las del 23J] ya vaticinaban el futuro de Muface. En la proclama, el partido del que forma parte la ministra de Sanidad, Mónica García, hacía alusión a la destrucción de Muface en uno de sus puntos. "Inclusión, dentro de la cobertura sanitaria universal, de las personas que reciben actualmente prestación sanitaria bajo mutuas de prestación sanitaria privada (Muface-Mugeju-Isfas). Integraremos a dicha población, de forma paulatina, escalonada y programada, bajo la prestación sanitaria del sistema sanitario público. Asimismo, se eliminará la posibilidad de que las entidades locales realicen aseguramientos privados colectivos para sus empleados públicos”, decía el texto.
Así, estos días
Muface sigue en el precipicio. El concierto sanitario se debate entre caer y morir o agarrarse y seguir adelante. Mientras, 1,5 millones de personas siguen siendo las víctimas de la incógnita Muface. Y la decisión final la tiene el Gobierno: puede trabajar en la licitación exprés para el nuevo bienio -que ya anunció que estaba haciendo- o dejar morir a Muface.
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