El nutricionista del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, Francisco López.
13 ene. 2022 18:40H
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Expertos de los hospitales Quirónsalud Infanta Luisa y Quirónsalud Sagrado Corazón, en Sevilla; apuestan por aumentar los alimentos naturales frente a los procesados al tiempo que empezar con el ejercicio físico de forma progresiva para afrontar la pérdida de peso tras los excesos propios de las comidas de Navidad.
El nutricionista del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, Francisco López, señala que “si no hay patología alguna y tu estilo de vida durante el resto de año es saludable, no hay que preocuparse demasiado por esos kilos que hemos sumado en estas fechas, que suelen ir entre los dos y hasta seis kilos, puesto que lo fundamental es el porcentaje de grasa corporal, visceral y muscular”.
Así, el especialista aconseja buscar el equilibrio entre pérdida de peso y salud. “Hay que diferenciar dos tipos de pacientes que vienen con el objetivo de perder peso rápido: el que está sano y el que tiene una patología que ni sabe”. Es por ello fundamental, según Francisco López, “realizar una valoración con un nutricionista y revisar su historia clínica, definir un abordaje nutricional para disminuir los factores de riesgo y después enfocarse en el objetivo estético”.
Por otro lado, a su parecer, “hay que olvidarse de la báscula. Nos reprime y nos ahoga, hay parámetros más fiables que el peso como el perímetro de la cintura o la talla de pantalón”. En concreto, el nutricionista de Quirónsalud Infanta Luisa considera que la forma más saludable de afrontar ese propósito de año nuevo empieza también por la salud mental, que ocasiona reacciones inflamatorias y obesidad a largo plazo, así como crear un patrón alimentario de un 80 o 90 por ciento de alimentos naturales frente a un 10 o 20 por ciento como máximo de alimentos procesados.
Asimismo, recomienda introducir en el desayuno una fruta entera y en los postres, incluir verduras en las comidas principales y aumentar las legumbres en la dieta por delante de la carne, ser consciente en cada momento de lo que comemos, “no somos rumiantes”; buscar hábitos que se puedan sostener para toda la vida, beber agua en vez de bebidas carbonatadas o incluso, a juicio del experto, hacer ayuno intermitente puede ser una buena estrategia, realizando una vez a la semana un ayuno de 16 horas, ya que genera beneficios para el metabolismo, microbiota y el sistema inmunitario.
Hacer deporte tras las fiestas navideñas
Por su parte, la responsable del área de educación física del Centro de Excelencia en el Tratamiento de la Obesidad del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, Adriana Núñez Hermida, subraya que “lo ideal para retomar o empezar con la actividad física tras las fiestas es hacerlo sin prisas y escuchando a nuestro cuerpo, siempre de forma suave y progresiva”. “La clave está en planificar y no hacer nada por hacer. Bastará con empezar dos o tres veces por semana en función de nuestros antecedentes deportivos y combinando actividad cardiovascular, con trabajo de fuerza que aceleran el metabolismo”.
La especialista en Educación Física insiste en que todo lo que sea levantarse del sofá es válido, siempre será mejor que ser sedentario. Adriana Núñez apostilla que es muy importante hacer algo que nos motive y nos guste para que “se quede para siempre" y no sea solo para un tiempo, la actividad física debe de adquirirse como hábito. Teniendo lo anterior en cuenta, la especialista aconseja empezar por ejercicios cardiovasculares cambiando la intensidad y empezando de forma progresiva.
Por ejemplo, salir a andar e ir combinado andar suave con andar más intenso por intervalos de tiempo, intercalando con ejercicios de fuerza. Lo ideal es hacerlo bajo supervisión profesional e ir en progresión en función de nuestros antecedentes deportivos, afirma.
Por último, la especialista en Educación Física de Quirónsalud Sagrado Corazón nos recuerda que los beneficios de la actividad física continuada son múltiples y todos probados bajo la evidencia científica, como mantener bajo control los factores de riesgo cardiovascular (hipercolesterolemia, hipertensión arterial y diabetes tipo 2), aumento de la capacidad pulmonar, incremento de la fuerza y la masa musculares; aumento de la capacidad aeróbica, reducción de la masa grasa; mejora el equilibrio psicológico de la persona induciendo un estado de satisfacción personal y el control de la ansiedad y el estrés.
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