Los expertos señalan que esta época se dan más baños en el mar o la piscina y suele afectar más a los niños

Las consultas en Otorrinolaringología por otitis aumentan más en verano
El especialista en Otorrinolaringología de Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, Juan Maza.


20 ago. 2021 12:40H
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En verano, aumentan las consultas por infecciones de oído en el Servicio de Urgencias de Otorrinolaringología, según ha advertido el especialista en Otorrinolaringología de Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla, Juan Maza. El profesional ha apuntado que la otitis externa "se da con mayor frecuencia durante los meses de verano cuando son más habituales los baños en el mar o la piscina". "La otitis externa puede afectar a todos, pero si es cierto que afecta en mayor medida a los niños que son los que pasan mayor tiempo en el agua", ha añadido.

La otitis externa, también llamada otitis de las piscinas u otitis del nadador, consiste en la inflamación de la piel del conducto auditivo externo (CAE), que está situado entre el pabellón auricular y el tímpano. Se produce por la infección de bacteriana, principalmente por la Pseudomona aeruginosa y "raramente" se desarrolla sobre una piel sana, es decir, suelen existir factores favorecedores a la infección como traumatismos accidentales, autolimpieza con bastoncillos, maceración de la piel del CAE por la humedad generada durante los baños e incrementada por el calor de los meses de verano, o los eccemas cutáneos.

La principal señal de alarma es el dolor --otalgia--, que se acentúa con la manipulación del pabellón auricular y el trago, o al masticar; además suele ocurrir pérdida auditiva por la inflamación del CAE que impide el paso de la onda sonora hasta el tímpano. Maza ha indicado que durante el proceso infeccioso es frecuente la supuración --otorrea-- de un líquido que al principio será transparente pero después puede adoptar un aspecto purulento, resaltando que "es importante saber que no es contagiosa". 

Respecto al tratamiento de elección, el especialista ha recalcado que "son los antibióticos tópicos (gotas óticas antibióticas) y el tratamiento sintomático del dolor", precisando que "rara vez se requiere el uso de antibióticos orales". Parte del tratamiento de todas las formas clínicas de otitis externa es el mantenimiento correcto de la piel del CAE. Por ejemplo, a veces se puede utilizar profilácticamente el alcohol boricado reducido, o el ácido acético, pero siempre bajo la supervisión otorrinolaringológica.

El uso de tapones para evitar la entrada de agua puede resultar contraproducente en las otitis externas, ya que se genera una manipulación traumática del CAE; no obstante, en el caso de que exista una perforación timpánica, el uso de tapones debe realizarse para evitar la entrada de agua al oído medio que genere la aparición de una otitis media aguda. 

Por último, Maza ha puesto de relieve que, si bien la otitis externa es una enfermedad que no da mayores complicaciones y es fácil de controlar, si un niño "presenta alguno de estos síntomas es recomendable visitar al otorrinolaringólogo para que le indique el tratamiento más adecuado".
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