Daniel Pallarés, Sonia Juárez, Herminia Rodríguez, Francisca Blasco, Ana Rosado y Adolfo Hernández.
La Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (
Muface) está pasando por un momento "crítico" y su continuidad pasa por buscar soluciones de manera inminente, según sostienen los expertos. Los sindicatos y las aseguradoras que forman parte del concierto de asistencia sanitaria llevan tiempo denunciando que la financiación es insuficiente. Ahora, un nuevo informe de la Cátedra de la
Universidad Complutense de Madrid y la Alianza Española de la Sanidad Privada Española (
ASPE) arroja luz sobre los posibles escenarios futuros de las mutualidades con la mirada puesta en dos futuribles: la continuidad, que pasa por
equiparar la prima de los mutualistas al gasto de la sanidad pública en los próximos dos años; o la eliminación, que supondría un sobrecoste de mil millones de euros para el Estado.
La facultad de Comercio y Turismo de la UCM ha acogido la presentación del segundo informe de esta alianza académica-empresarial llamado ‘
Modelo predictivo sobre la elección de los mutualistas y escenarios futuros’. A pesar de que en España se cuenta con tres mutualidades (Muface, Isfas y Mugeju), el foco se ha puesto en Muface, debido al alto grado de representatividad, además de haber contado con la colaboración de esta, que ha compartido sus datos
Herminia Rodríguez, vicepresidenta de
ASPE, ha explicado que el fin del proyecto es contribuir a la mejora de la calidad asistencial y la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS), entre otras cuestiones. Además, ha mostrado su
preocupación por Muface, recordando que el posible aumento de financiación debe repercutir en todos los agentes de la cadena de valor, sin olvidarse de los médicos que proporcionan esta prestación.
Para los dos posibles escenarios,
Sonia Juárez, profesora del departamento de organización de empresas de dicha universidad, ha detallado qué consecuencias tendría la desaparición del modelo, que afectaría a todos los agentes que forman parte de él. En primer lugar, el
sector asegurador perdería 1.700 millones de euros, que corresponde al volumen de primas del mutualismo administrativo. Esta cifra supone el 14 por ciento de su facturación total. Los prestadores hospitalarios privados
dejarían también de facturar unos 1.000 millones, es decir, un 8 por ciento de la cuantía total. Pero también tendría un impacto la sanidad pública, tal y como se ha mencionado, en términos económicos de más de 1.000 millones de euros.
Más allá de las consecuencias económicas, los mutualistas
dejarían vacías más de 2.000 camas privadas a nivel nacional, aunque el impacto variaría en función de las provincias. En 19 de ellas conllevaría un "serio riesgo" de cierre de este tipo de hospital, especialmente en
Castilla y León,
Castilla-La Mancha y
Extremadura.
Además, el
sistema público necesitaría cerca de 4.000 camas adicionales, lo que supondría un 3,8 por ciento adicional a la capacidad actual nacional. Sus listas de espera también se verían afectadas, aumentando en un 266 por ciento en el caso de las consultas externas y un 115 por ciento en las quirúrgicas.
¿Qué necesita Muface para continuar existiendo?
La otra opción se encuentra en la continuación del modelo. Para ello, Juárez ha presentado recomendaciones "clave" para hacerlo posible. En primer lugar, se encuentra el aumento de financiación. En un plazo no superior a dos años se debería equiparar el
gasto sanitario total (que es de unos 1.608 euros por ciudadano) a la
prima de Muface (1040 euros por mutualista).
Más allá de esta cuestión, se ha puesto el foco en la necesidad de
mejorar la eficiencia y la gestión de los recursos en la sanidad privada; en el cambio de modelo de
Atención Primaria de los mutualistas, pues actualmente suelen acceder a la asistencia médica a través de las urgencias o de la atención especializada; en la aplicación de la tecnología, especialmente de la
Inteligencia Artificial (IA) para la segmentación de clientes y la
oferta de soluciones flexibles por parte de las aseguradoras adaptadas al mutualista: y en la investigación y análisis de
nuevos modelos de colaboración entre los agentes que participan en el mutualismo.
Pero además, también ha lanzado una ‘tarea’ para los propios mutualistas, tanto titulares como beneficiarios: hay que hacer un uso racional de los servicios de salud, pues la frecuentación es más alta que la de los pacientes que cuentan con un seguro de salud en general.
"La sostenibilidad del mutualismo requiere de una combinación de financiación adecuada, eficiencia en la gestión, enfoque en la prevención, gestión y
colaboración de todos los agentes en la cadena de valores", ha resumido Juárez.
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