Ramiro Cabello, Miguel León e Ignacio Muguruza.
6 oct. 2022 17:40H
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La Fundación Jiménez Díaz inició en marzo de 2019 su Programa de Cirugía Robótica tras adquirir el sistema Da Vinci Xi, la plataforma quirúrgica más avanzada para realizar intervenciones mínimamente invasivas de alta complejidad con este robot. Tres años y medio después, el hospital madrileño se ha consolidado como uno de los modelos tecnológicos referentes en Madrid para la realización de cirugías robóticas en diferentes especialidades, habiendo empezado por la Urología y, gracias a su éxito, extendiéndose después a las áreas de Cirugía Torácica y Cirugía General y Digestiva, hasta acabar de superar, en conjunto, las 500 operaciones realizadas con esta plataforma.
Ramiro Cabello, jefe asociado del Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz, señala que, en su especialidad, la cirugía robótica “permite reducir el impacto de la intervención en el paciente, con menor dolor, tiempo de hospitalización, necesidad de transfusión y convalecencia”. También aporta múltiples ventajas para los cirujanos, puesto que “facilita la sutura y la disección al permitir mayor libertad de movimientos en comparación con su alternativa por vía laparoscópica convencional”, expone el urólogo. Asimismo, la plataforma Da Vinci Xi resulta ideal “para afrontar tanto cirugías oncológicas complejas como la prostatectomía radical, la nefrectomía parcial o la cistectomía radical; como reconstructivas, como la pieloplastia, con mejor visión y ergonomía”.
En el área de Cirugía General y Digestiva, las patologías que más se benefician del robot Da Vinci son el cáncer de recto, el cáncer de colon con linfadenectomías más amplias y las enfermedades del hígado y páncreas. Miguel León, especialista del Servicio de Cirugía General y Digestiva del hospital madrileño, “destaca la mayor precisión quirúrgica y menor traumatismo al paciente, lo que conlleva mejores resultados funcionales, oncológicos y de recuperación postoperatoria”, además de una considerable reducción del porcentaje de complicaciones, en comparación con otras técnicas quirúrgicas.
“Nos encontramos, además, en un periodo de expansión, con nuevas técnicas e indicaciones para el uso del robot, como son los problemas de la pared abdominal y resecciones transanales en cáncer de recto y, por otra parte, hemos incluido en nuestra cartera de servicios patologías del suelo pélvico, obesidad y de estómago con excelentes resultados”, asevera.
La cirugía torácica es otro ámbito de aplicación del robot quirúrgico cuyo uso Ignacio Muguruza, jefe del Servicio de Cirugía Torácica de la Fundación Jiménez Díaz, describe como una “experiencia inmersiva” que, gracias a “la oferta de un instrumental quirúrgico que potencia los movimientos del cirujano, logra gestos que superan la capacidad de las manos humanas”. Específicamente para cirugía torácica robótica, el servicio dispone de materiales como las endograpadoras robotizadas y otros instrumentos de energía que, como señala el cirujano, permiten “hacer las cirugías más complejas de manera autónoma”.
En este orden, en la actualidad el Da Vinci Xi permite intervenir en patologías como tumores del pulmón y la pleura (la membrana que recubre las paredes de la cavidad torácica y de los pulmones), así como en otras lesiones benignas que puedan precisar de una resección pulmonar. “Otro apartado es la patología del mediastino, con enfermedades como la miastenia gravis, en la que se extirpa la glándula del timo y otros tumores que se alojan en el mediastino”, añade Muguruza.
Éxito tecnológico pese a las adversidades
En cuanto al uso de esta tecnología, el Servicio de Urología cuenta con el mayor porcentaje de operaciones realizadas con ella, un 45 por ciento del total. Seguidamente, se encuentran las intervenciones robóticas del Servicio de Cirugía General y Digestiva, que rondan el 40 por ciento del total y, por último, las del Servicio de Cirugía Torácica, que utiliza el Da Vinci en cerca de un 19 por ciento de sus operaciones.
Alcanzar las 500 cirugías supone un logro importante, especialmente si se toma en consideración el contexto de crisis sanitaria generada por la llegada del Covid-19: “Indudablemente, la pandemia supuso una gran dificultad para realizar intervenciones quirúrgicas y la cirugía robótica también redujo sus cifras en los peores tiempos de incidencia del coronavirus”, señala el jefe del Servicio de Cirugía Torácica. Sin embargo -añade-, la Fundación Jiménez Díaz supo estar a la altura de este reto, “creando en poco tiempo circuitos seguros de cirugía programada que permitieron retomar la actividad con celeridad”.
Esto ha permitido finalmente superar, y celebrar, el medio millar de intervenciones quirúrgicas robóticas en el hospital, y facilitará la próxima incorporación de nuevas especialidades a su Programa de Cirugía Robótica, como la Otorrinolaringología.
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