Marta Villanueva, Josep Pifarré, Celso Arango y Juan Abarca.
Las patologías de salud mental ya estaban presentes antes de la llegada del coronavirus, pero la irrupción de
la pandemia ha planteado un nuevo escenario, con más casos de trastornos y con una mayor visibilidad, pero también con la necesidad de aprovechar todos los recursos. Estas son las conclusiones a las que han llegado los expertos protagonistas de 'IDIálogoS ¿y ahora qué?', celebrado este lunes por la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS). En este encuentro se ha puesto en el punto de mira que la "desatendida" salud mental requiere de aprovechar todos los recursos y de incluir más financiación para llegar a los estándares europeos.
L
a Fundación IDIS vuelve a poner en el foco a la salud mental, después de que el pasado miércoles presentara el informe
‘Aproximación a la salud mental en España’. Esta reunión ha partido con un análisis de
Juan Abarca, presidente de la fundación, que ha declarado que uno de los principales problemas que tiene el Sistema Nacional de Salud es “la falta de adaptación a la situación sociodemográfica” que se ha ido produciendo en los últimos años desde la promulgación de las leyes vigentes. “En ese momento no había cronicidad, ni envejecimiento, y la salud mental estaba limitada a cuestiones relacionadas con enfermedades mentales graves”. En estos 30 años considera que la salud mental
se ha quedado “desatendida, por no decir abandonada, hasta el punto de hacer planes específicos para financiarlos”.
Tras la presentación,
Marta Villanueva, directora general de Fundación IDIS, ha moderado una mesa redonda donde tres expertos han abordado distintas aristas de la salud mental en España.
Celso Arango, director del Instituto de Salud Mental y Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón, ha explicado que l
a pandemia ha supuesto que el vaso de la salud mental rebosara del todo, pero que antes también existían problemas derivados de esta cuestión, como largas listas de espera. Sin embargo, destaca la importancia de que ahora se aborde más el tema. “Igual que se ha incrementado la demanda de población, se ha incrementado el interés de la sociedad civil y la política por temas que tiene que ver con la salud mental. Nos congratulamos por ello, es una excelente oportunidad”.
Además de tratar, es necesario educar y formar en prevención
Sin embargo, el experto incide en que toda oportunidad tiene su riesgo. “Cuando se empieza a hablar mucho de salud mental, corremos el riesgo de acabar con los problemas de la vida diaria y las penas por muerte y que tiene una repercusión”. Con esto, Arango explica que es importante
ser capaces de diferenciar lo que es un trastorno mental de lo que son los malestares cotidianos.
Josep Pifarré, director asistencial corporativo la Orden Hospitalaria San Juan de Dios y especialista en Psiquiatría, coincide en la importancia de tener claro esta diferencia y también ha incidido
en tres aspectos clave para abordar la salud mental: educación, formación y visibilización. La sanidad privada recobra un papel importante en este aspecto: “Debe estar incluido para la mejora de la prevención y en el tratamiento de la salud mental”.
En cuanto a la formación, Arango
ha insistido en que ya hay otros países que cuentan con formación en salud mental en los currículos educativos, como es el caso de Noruega: “No solo hay un abordaje socioemocional, sino que hay un apartado que tiene que ver con la salud mental adaptada a las edades, pero que aprenden”.
María Tajes, jefa de Servicio de Salud Mental del Servicio Gallego de Salud (Sergas) ha abordado desde una videoconferencia todo lo relacionado con l
a Estrategia de Salud Mental y ha detallado que cree que
los primeros avances se van a observar en la prevención de suicidios. “La valoración que hacemos de la estrategia es tremendamente positiva. Es una oportunidad excelente de poner en común necesidades, proyectos, ideas y entre todos retroalimentarnos”.
“La estrategia es una herramienta que marca el foco de lo que es relevante y jerarquiza una serie de objetivos. Pero no deja de ser una herramienta que la alimentas o no sirve para nada. N
ecesita inversión y eso son los Presupuestos Generales del Estado. Eso marca si podemos acercarnos o no a los estándares europeos”, explica Arango. Pese a que la financiación ha ido aumentando hasta alcanzar los 100 millones de euros, considera que aún no es suficiente.
“Ahora falta un tema muy importante, hemos detectado que hay un problema, tenemos una estrategia, pero hace falta financiarla”, ha resumido Pifarré.
El abordaje de género y por cuestiones generacionales
Otra de las cuestiones abordadas en este encuentro ha sido el papel que juega el género y la edad en la salud mental. Tanto Arango como Tajes, ha resaltado positivamente la
inclusión de la especialidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia. “La especialidad nos marca los tiempos y nos obliga a trabajar sin prisa, pero sin pausa”, ha afirmado la especialista.
En relación con el género. Tajes ha asegurado que han observado que más del 60 por ciento de las solicitudes de atención que reciben son de mujeres. Sin embargo, estos datos contrastan con “las dificultades de acceder de mujeres a determinados programas”, ha incidido. Esta dificultad se materializa en tres ámbitos: el acceso a los tratamientos de adicciones, el diseño de los programas psicóticos y todo lo relacionado con la Psiquiatría Perinatal.
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