Juan Abarca Cidón, presidente de HM Hospitales.
El
Hospital Universitario HM Montepríncipe ha puesto en marhca la
Unidad de Medicina Hiperbárica, un tratamiento que ha demostrado su eficacia en
numerosas patologías y que por primera vez se incorpora a la
cartera de servicios de HM Hospitales. La
Medicina Hiperbárica se basa en el aumento de la oxigenación del cuerpo. Para ello “se emplea oxígeno sanitario con una pureza del 99,99 por ciento, que proporciona una cámara hiperbárica de acero a una
presión de hasta tres atmósferas”, explic
a Anne Escribano, responsable de esta nueva unidad.
Aplicaciones de la Medicina Hiperbárica
Escribano es médico hiperbarista y especialista en
Oncología Radioterápica, uno de los ámbitos en los que las indicaciones de este tratamiento están claramente reconocidas. En los pacientes que sufren
fibrosis e
hipovascularización de los tejidos a consecuencia de la radioterapia, “la oxigenación hiperbárica actúa
reduciendo edemas e inflamación y aumenta la
neovascularización y los
macrófagos”, afirma.
La especialista explica que los enfermos con
diabetes y
crónicos son los que obtienen mayor beneficio de la Medicina Hiperbárica, junto con las personas que han sufrido alguna
amputación o con riesgo de padecerla. “Nuestras células
necesitan oxígeno para vivir y a través de la aplicación de tratamientos hiperbáricos conseguimos acelerar los procesos de cicatrización, curación y cierre de heridas, úlceras y escaras”.
Los pacientes con diabetes o enfermos crónicos son los que obtienen mayor beneficio de esta terapia
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La responsable de la Unidad asegura que los resultados obtenidos en
úlceras y
heridas que no cicatrizan son “
muy gratificantes”. Es el caso de las heridas crónicas, ya sea provocada por presión prolongada (como las úlceras de decúbito), o por falta de cicatrización (como el pie diabético), ya que la falta de oxígeno es uno de los factores que retrasan la mejoría de estas lesiones. “Estos pacientes tienen su
circulación sanguínea alterada, por lo que el oxígeno no llega eficazmente a los tejidos dañados, y resulta más fácil que aparezcan infecciones y que se complique aún más la curación”, explica Escribano.
El tratamiento hiperbárico es de elección en casos de
intoxicación grave por monóxido de carbono, ya que consigue eliminarlo “en tiempo récord”. Esto permite, por ejemplo, “reducir significativamente las
secuelas cerebrales producidas por la hipoxia”, destaca Escribano.
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