Los navegadores cardíacos y la implantación de marcapasos con estimulación fisiológica son determinantes en la patología

 Javier Ramos y Mercedes Cabrera, electrofisiólogos de HLA Montpellier
Javier Ramos y Mercedes Cabrera, electrofisiólogos de HLA Montpellier


19 feb. 2024 14:40H
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La palabra arritmia hace referencia a cualquier trastorno del ritmo normal del corazón y pueden dividirse en dos tipos: bradiarritmias o arritmias lentas y taquiarritmias o arritmias rápidas. Sus causas son múltiples y algunas de ellas se pueden presentar desde el nacimiento, siendo las más comunes las arritmias rápidas, las cuales, tienen curación. Otras, sobre todo las arritmias lentas, se producen a causa del envejecimiento de las fibras eléctricas del corazón. En otro grupo entrarían las arritmias que se producen después de presentar un infarto de miocardio y que pueden poner en peligro la vida del paciente.

“Para detectar una arritmia habitualmente utilizamos herramientas como el electrocardiograma de 12 derivaciones, el Holter de 24 horas (parecido a un electrocardiograma pero que registra el ritmo del corazón durante todo el día) o el Holter insertable, que realiza registro más prolongado durante varios años y se implanta cuando los síntomas de las arritmias son muy infrecuentes y no se consigue su diagnóstico por otros medios”, explica, Mercedes Cabrera, electrofisióloga de HLA Clínica Montpellier.

Cuando no se consigue diagnosticar una arritmia, pero, por los síntomas que presenta el paciente puede existir una alta sospecha, se puede realizar un estudio electrofisiológico. Este estudio consiste en introducir habitualmente varios catéteres en el corazón a través de la vena femoral. Una vez en el interior del corazón, se mide el tiempo que tarda el impulso cardíaco en ir de una cavidad a otra.

También se puede realizar una estimulación cardíaca para provocar las arritmias que tiene el paciente y así lograr diagnosticarlas. “Esta intervención es útil para el estudio de síncope en pacientes con alteraciones de la conducción cardíaca en el electrocardiograma, diagnosticar taquicardias que no se han podido documentar previamente o como paso previo al tratamiento mediante ablación, para el estudio completo de la arritmia y su origen. El procedimiento no es doloroso, excepto por la punción venosa para introducir los catéteres, por ese motivo siempre se administra anestesia local en el sitio en el que se realiza la punción”, puntualiza Cabrera.

La interpretación de las pruebas ha de realizarse por un especialista en electrofisiología y arritmias, ya que, dependiendo del tipo de arritmia, puede tener consecuencias muy diferentes: desde no requerir tratamiento a precisar una intervención urgente o el implante de un desfibrilador.

Las taquiarritmias o arritmias rápidas se tratan habitualmente mediante ablación con catéter durante un estudio electrofisiológico o con desfibriladores. Las arritmias lentas se suelen tratar mediante implante de marcapasos. “En función de la severidad de la arritmia que presente el paciente, puede precisar un control más estricto cada 2-3 meses. Si la arritmia se encuentra en una fase estable será suficiente con revisiones cada 6-12 meses. En arritmias benignas en las que se realice un tratamiento óptimo y se consiga la curación completa, después de un tiempo de seguimiento, el paciente podría ser dado de alta con seguridad”, explica la doctora.


Investigación y tratamiento de arritmias


En los últimos años la electrofisiología ha experimentado un gran desarrollo tecnológico, ya que han surgido nuevas técnicas y fuentes de energía diferentes. Uno de los más destacados ha sido la introducción de sistemas de navegación tridimensionales, que permiten realizar un mapa exacto del corazón desde su interior, permitiendo localizar los circuitos con gran exactitud y sin empleo de radiación ionizante como se realizaba en sus inicios. Así se consigue proteger al paciente de los efectos nocivos de la radiación y más éxito en los procedimientos.

Otro de los temas novedosos ha sido la estimulación fisiológica, que consiste en implantar marcapasos que consiguen que la conducción eléctrica del corazón sea similar a la que tiene un corazón sano. “Los marcapasos con estimulación fisiológica implantados por electrofisiólogos en nuestra Unidad han conseguido reducir la aparición de fibrilación auricular, insuficiencia cardíaca y deterioro de la función del corazón que producían los marcapasos convencionales implantados en el ventrículo derecho. Consiguen que el corazón se active eléctricamente de la misma forma que lo haría si no presentara marcapasos. Así evitamos los efectos nocivos que los marcapasos convencionales producían en el corazón, mejorando la clase funcional y la calidad de vida de los pacientes”, apunta la especialista.


Tratamiento de la fibrilación auricular


La fibrilación auricular es el trastorno del ritmo cardíaco más frecuente en la población general y su prevalencia aumenta con la edad, hasta presentarse en más del 10 por ciento de las personas mayores de 70 años. No se trata de una arritmia sin importancia, ya que favorece la aparición de embolias, puede deteriorar la fuerza del corazón y facilitar la aparición de la insuficiencia cardíaca, aumentando la mortalidad cardiovascular. Por todo ello, su diagnóstico y tratamiento precoz es de gran relevancia. El primer síntoma de la fibrilación auricular suele ser la aparición de palpitaciones, mareo o dolor torácico, aunque en un porcentaje de pacientes puede llegar a ser asintomática.

Un paciente con fibrilación auricular requiere una valoración completa por parte de la Cardiología y la Electrofisiología, siendo de mayor relevancia la valoración en la Unidad de Arritmias en pacientes jóvenes, con síntomas, que no se controlen con tratamiento o que deterioren la función cardíaca. La ablación de venas pulmonares es el tratamiento más eficaz y definitivo a día de hoy para este tipo de arritmia y está recomendado como primera línea.

La Unidad de Electrofisiología de HLA Clínica Montpellier cuenta con un equipo multidisciplinar que incluye cardiólogos especializados en el tratamiento de las alteraciones del ritmo, ambos acreditados por la Sociedad Europea de Arritmias y la Sociedad Española de Cardiología. Un porcentaje importante de la población presenta arritmias durante su vida, incluso de forma asintomática, y su abordaje es crucial para su estabilización y pronóstico.

El tratamiento definitivo de las arritmias mediante ablación con catéter ha cambiado radicalmente el pronóstico y la calidad de vida de estos pacientes, siendo muy importante su correcto diagnóstico y tratamiento.
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