Los distintos actores de la sanidad debaten hasta dónde debe llegar este modelo y cómo hacerlo, en un encuentro de IDIS

La Fundación IDIS organiza un coloquio en el que agentes sanitarios explican oportunidades y retos del uso secundario de datos sanitarios.
Juan Abarca Cidón, Marta Villanueva, Federico de Montalvo, Jorge Pou y Andoni Lorenzo.


26 feb. 2024 14:15H
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Los datos de salud son un "tesoro" y las oportunidades que ofrecen un buen uso de estos para la investigación son múltiples: pueden permitir avanzar en el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento, así como acortar los tiempos para la llegada de la innovación. Todo ello es consecuencia de que esta información ayudaría a avanzar en el conocimiento médico. Estas son las principales conclusiones extraídas de una nueva edición, y la primera en 2024, de IDIálogoS, ¿y ahora qué? de la Fundación IDIS. En esta ocasión, el debate se ha centrado en la investigación y el uso secundario del dato sanitario, en un contexto de negociación del Espacio Europeo de Datos Sanitarios. Para ello, se ha contado con la presencia de todos los agentes implicados: sociedades científicas, Derecho sanitario, el paciente y la industria farmacéutica.

El presidente de la Fundación IDIS, Juan Abarca Cidón, ha comenzado este coloquio enfatizando en que se dan las circunstancias idóneas para definir hasta dónde van a ser accesible, o no, los datos anonimizados o pseudoanonimizados. "Es el momento más disruptivo que se va a vivir en la sanidad", ha resumido. La relevancia de la negociación de este espacio también ha sido compartida por Federico de Montalvo, vicepresidente segundo de la Asociación Española de Derecho Sanitario (Aeds): "Nos jugamos mucha innovación y mucha salud".

Todos los participantes han coincidido en las oportunidades que ofrecen el uso secundario de datos sanitarios para la investigación. Jorge Pou, director de Innovación y Operaciones Comerciales de GSK, ha hecho hincapié en la mejora de la asistencia sanitaria que puede suponer. Además, ha incidido en que esta información sería un complemento para la capacidad en los ensayos clínicos, lo que permitiría acortar el tiempo para que la innovación llegue.

Cristina Avendaño, vicepresidente de la Federación de las Asociaciones Científico-Médicas Españolas (Facme), ha recordado que el uso secundario de datos se lleva haciendo desde hace muchos años, a través de registros de enfermedades, por ejemplo. Ahora, se está ante un "salto de las herramientas". Por tanto, ha defendido que la utilización correcta de estos datos va a permitir avanzar en el diagnóstico, en el pronóstico y también en el tratamiento. "Es poner la tecnología al servicio de mejorar el conocimiento médico y recuperar el tiempo para invertirlo en el paciente", ha afirmado.

En esta jornada se ha creado también un debate en torno a qué modelo se ha de seguir para permitir el uso de esta información y si es más seguro un sistema de garantías o un consentimiento explícito. Sobre ese punto, Avendaño ha asegurado que considera una mejor herramienta proteger los derechos del paciente con un sistema de garantías, más que poner el peso en el consentimiento, pues este último supone una "pérdida de oportunidad" para la investigación. En este punto, De Montalvo ha recordado que cuando se habla de datos no "se toca al individuo".


El reconocimiento del valor del dato de salud


Pese a las oportunidades que ofrece la implantación total del uso secundario de datos de salud, hay algunas barreras a superar. Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes, ha explicado que se cuenta con un gran hándicap: la falta de información de la sociedad sobre qué se puede hacer con esta información. "Sabemos de la importancia de la participación en los ensayos clínicos, pero no en la gestión de los datos de salud", ha comentado. Es por ello que ha abogado por trabajar en divulgar y esclarecer la dimensión que supone la utilización de esta información y cambiar así la visión de la ciudadanía y no encontrarse con reticencias. Un punto de partida podrían ser las asociaciones de pacientes, pues se encuentran "más sensibilizadas".

España se encuentra en una posición ‘favorable’ para que se dé este uso en pro de la investigación. Así lo ha aseverado Avendaño, quien ha recordado el último barómetro sanitario donde se reflejaba que un 90 por ciento estaba a favor de un uso vigilado de estos datos.

Esta experta ha añadido que, además de la necesaria pedagogía y educación, son muy importantes la transparencia, el conocimiento de los usos, y la gobernanza en el sistema. Por ello, espera la participación de las sociedades científicas y de los pacientes en el sistema de supervisión para que esa información "ayude a reforzar" la confianza.

De Montalvo ha insistido en la relevancia de que todos los agentes se impliquen en pro de la interoperabilidad y no dejar atrás a algunos, como la sanidad privada. "Mis miedos no están en la interpretación errónea, sino en generar esas barreras". En este punto, Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS y conductora del evento, ha insistido en que Europa no diferencia entre titularidades en el reglamento de datos.

Otra de las preocupaciones de Montalvo reside en la Medicina que quedará tras la innovación, pues si no es humanizada no ‘la quiere’. Por ello, ha puesto el foco en qué límites se han de poner. "No visualizo una sanidad en relación con una máquina", ha apoyado Pou.
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