Un paciente recibe un audífono.
El tránsito hacia una
jornada laboral de cuatro días se ha convertido en una experiencia de éxito generalizada para las empresas que han decidido reducir las horas de trabajo de sus empleados, pero no para todas. La compañía sanitaria británica
Hearfocus ha anunciado que ha entrado en
quiebra apenas unos meses después de haber accedido a formar parte del programa piloto
4 Day Week, que está investigando si esta nueva fórmula puede resultar eficaz en el mercado laboral de Reino Unido.
La compañía de
Cardiff especializada en la realización de pruebas auditivas y la comercialización de audífonos ha comunicado a sus clientes que ha iniciado el
proceso de “liquidación” de su negocio. Desde el pasado 23 de septiembre ya no es posible adquirir ninguno de sus productos. “Hearfocus lamentablemente dejó de comercializarse y
no se aceptarán más pedidos”, han apuntado.
La empresa sanitaria estaba inmersa en este programa piloto de
la jornada de cuatro días, que se desarrolla en colaboración con otro tipo de iniciativas similares de
Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Irlanda o Israel. Ya habían completado la fase de preparación, formación e investigación, mientras que en junio arrancó el periodo de seis meses de prueba ya con su plantilla adaptada a una
jornada laboral del 80 por ciento. Sin embargo, solo ha completado la mitad.
A pesar de este cierre, las primeras reflexiones sobre el resultado de la jornada de cuatro días han resultado positivas. Una encuesta de seguimiento ha revelado que el
88 por ciento de las empresas participantes en el piloto de Reino Unido ha reconocido que
los horarios reducidos funcionan bien, frente a un 2 por ciento que ha encontrado problemas durante las primeras semanas de su puesta en marcha.
La jornada de 4 días es productiva
En términos del funcionamiento del negocio, el sondeo también ha arrojado cifras interesantes. El 46 por ciento de los encuestados ha admitido que
la productividad se ha mantenido en los mismos niveles tras recortas una día de la semana de trabajo, el 34 por ciento ha notado una ligera mejoría, mientras que el 15 por ciento ha asegurado que el nivel ha crecido significativamente.
Como resultado de este optimismo, la mayoría de los directivos ya han adelantado que su objetivo es mantener la nueva modalidad de trabajo una vez que finalice la prueba piloto. El
86 por ciento de las empresas estudia aplicar el nuevo cronograma de manera definitiva.
En el programa han participado más de
70 empresas británicas que emplean a cerca de
3.300 trabajadores en diferentes sectores productivos. La clave de la iniciativa es reducir el tiempo laboral a un 80 por ciento, pero manteniendo al completo
tanto la remuneración salarial como la productividad. Además de las experiencias sanitarias, en el grupo figuran negocios tan dispares como la asesoría tecnológica, la búsqueda de empleo, la construcción, la traducción, la ingeniería o el modelado 3D.
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