David Curto, responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
24 jul. 2020 16:20H
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Una de las señas de identidad del verano y de las vacaciones es pasar más tiempo con la familia y hacer planes en los que todos tengan cabida. En este sentido, el periodo estival se convierte en una magnífica estación para favorecer las actividades realizadas entre abuelos y nietos porque, además de ser una manera de estrechar lazos con los más pequeños de la casa, ayudan a mantener en buen estado las capacidades mentales y físicas de las personas mayores.
Este año es importante que todas estas actividades se realicen con las medidas de higiene, protección individual y distanciamiento físico recomendado por las autoridades sanitarias para proteger la salud de los mayores.
Una partida de parchís, de dominó o de cartas puede ser de gran ayuda a la hora de favorecer la estimulación cognitiva porque implica poner en marcha competencias como la memoria, el lenguaje y la percepción, de ahí que este tipo de juegos suelan usarse también como métodos de prevención en el tratamiento de algunas demencias.
“Hay estudios que señalan los beneficios que aportan los juegos de mesa a la salud física, social y afectiva de las personas mayores, ya que, a través de ellos, se mejora el estado de ánimo, la satisfacción personal, se ejercitan las habilidades cognitivas, se combate el estrés y la depresión, se eleva la autoestima y se disminuye el sentimiento de soledad. Así que, si se realizan con los nietos y ambos se divierten, aún mejor”, explica David Curto, responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
Los juegos de mesa con los nietos, no obstante, no son los únicos que van a ayudar a nuestros mayores a mantener sus capacidades mentales. Las nuevas tecnologías también ayudan a evitar o retrasar el deterioro cognitivo y los videojuegos, por ejemplo, pueden convertirse en grandes aliados del envejecimiento activo, que debe incluir tanto ejercicio físico moderado, como actividad mental.
“Todo lo que nos entretenga y nos haga trabajar la mente nos sirve para que siga en forma, como aprender un segundo o tercer idioma, que mantiene el cerebro ágil. A veces se tiene la idea errónea de que no vale la pena prepararlo para la vejez, pero a partir de los 40 años se empieza a perder memoria y velocidad de procesamiento y, para retrasar estos síntomas, lo mejor es mantener esa curiosidad y capacidad de aprender cosas”, argumenta el responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores.
El ejercicio físico diario, adaptado a las condiciones de cada persona mayor, también contribuye al envejecimiento activo y al mantenimiento de hábitos de vida saludables, por lo que no debemos olvidar incluirlo entre las actividades a realizar con los nietos. Un paseo por la orilla del mar o jugar con ellos a la pelota dentro de la piscina son actividades fáciles y veraniegas que, sin duda, les permitirán mantenerse en forma al tiempo que se divierten con ellos.
Otras actividades cognitivas que se pueden realizar entre abuelos y nietos estas vacaciones son:
Pasatiempos y ejercicios de lógica: por ejemplo, la sopa de letras permite trabajar la atención y la concentración, los laberintos resultan útiles para trabajar las habilidades de planificación o resolución de problemas y los sudokus ejercitan el cálculo, la lógica, la memoria, la planificación y la paciencia. Los crucigramas, por su parte, desarrollan las habilidades lingüísticas, la memoria semántica, el vocabulario y la flexibilidad mental, y los juegos de cartas o búsqueda de semejanzas entre parejas de imágenes, trabajan la observación y la memoria.
Excursiones y viajes: un envejecimiento saludable radica en realizar actividades que producen placer y nos divierten, por lo que una actividad de este tipo, siempre adaptada al estado físico y de salud de las personas mayores, les puede proporcionar un alto grado de satisfacción y bienestar personal. De hecho, muchos expertos sitúan las actividades de ocio entre los mejores predictores de la satisfacción vital de las personas mayores.
Talleres y cursos: aunque no hay por qué esperar a la jubilación, lo cierto es que esta etapa de la vida es un excelente momento para volcarse de lleno en las aficiones que siempre se ha querido realizar, pero para las que no se ha logrado encontrar tiempo: cultivar un huerto, hacer un curso de cocina, asistir a clases de baile, de música, de dibujo y pintura, de corte y confección, de teatro, etcétera.
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