Redacción. Madrid
El gerente de la Clínica La Luz, Joaquín Martínez, ha subrayado la importancia de la atención integral y multidisciplinar de los accidentados de tráfico, y, en este sentido, el centro ha firmado un acuerdo con Musa Mutua Sanitaria que garantiza ese trato a sus clientes, según ha quedado de manifiesto en la I Jornada Médico-Legal sobre Accidentes de Tráfico.
En ese mismo foro, se ha revelado que el 20 por ciento de los casos de latigazo cervical se acaba cronificando, porcentaje que puede aumentar hasta suponer tres de cada diez casos si no existen un diagnóstico y tratamiento precoces.
El gerente de Clínica La Luz, Joaquín Martínez.
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El conocido como latigazo cervical constituye la patología más frecuente en los accidentes de tráfico, registrándose unos 20.000 casos al año en España, según ha precisado el traumatólogo Jorge Palazón Quevedo, de la Clínica La Luz. Este especialista advierte de que existen pacientes que no muestran síntomas suficientes en un principio, lo que acaba provocando un diagnóstico tardío y que estos pacientes sigan sufriendo dolor en la zona cervical meses después de la colisión.
“Lo que conocemos como latigazo cervical es la dolencia más frecuente en los accidentes de tráfico, y, sobre todo, en las típicas colisiones que se producen en la circulación urbana y que no suelen tener consecuencias graves. Sin embargo, cuando el paciente accede tarde al tratamiento o cuando éste no es el indicado, el problema se puede convertir en crónico, empeorando notablemente la calidad de vida futura del paciente con dolores que, a veces, son difíciles de soportar”, ha agregado Palazón.
Por si fuera poco, según ha explicado el especialista, entre el 50 por ciento y el 70 por ciento de los pacientes tratados de latigazo cervical reciben el alta con secuelas, lo que empeora su calidad de vida y eleva sus niveles de malestar psicológico y ansiedad.
Otras de las secuelas comunes en los accidentes son la radiculopatía cervical (pérdida de sensibilidad nerviosa), la conmoción cerebral, la hernia discal o la lumbalgia, cuyo diagnóstico y tratamiento ha abordado también los participantes en esta jornada junto con lesiones más graves como las amputaciones de miembros o los traumatismos faciales.
En lo que se refiere a las amputaciones, Rafael Delgado Velilla, traumatólogo de La Luz, pone de relieve que los últimos avances en materia de osteointegración permiten ya la colocación de implantes metálicos (sobre todo de titanio) que se integran a la perfección en la estructura ósea del paciente reproduciendo con fidelidad sus movimientos naturales y evitando a la persona los dolores y problemas musculares y óseos (osteoporosis) que conllevan las técnicas tradicionales.
El ejemplo más claro de esta novedosa tecnología es el implante osteointegrado femoral, que evita los problemas clásicos que supone el apoyo sobre cazoleta (dermatitis, sudoración, osteoporosis, falta de adaptación, movilidad insuficiente) permitiendo una unión perfecta entre el muñón y la prótesis a través de un vástago de titanio que pasa a formar parte de la estructura del fémur a las pocas semanas de su colocación.
Traumatismos faciales
Por su parte, José Luis Cebrián, especialista de la Unidad de Cirugía Oral y Maxilofacial de La Luz, ha subrayado que los accidentes de tráfico se revelan, en la actualidad, como los responsables de un tercio de los traumatismos faciales, y ha añadido que el 60 por ciento de los casos ocurridos en accidentes de tráfico los sufren personas que circulan en moto.
También en este ámbito existe un amplio abanico de lesiones según la gravedad, desde las fracturas agudas en las que existe un elevado riesgo de muerte por hemorragia o asfixia, y cuyas secuelas suelen convertirse en crónicas al provocar deformaciones óseas que nunca podrán corregirse del todo, hasta las menos graves que sí permiten a la persona recuperar su aspecto anterior.
Sí hay que tener en cuenta, en cualquier caso, que el 50 por ciento de los pacientes con lesiones medulares y el 25 por ciento de los que sufren daño neurológico en accidentes de tráfico presentan al mismo tiempo lesiones faciales. Asimismo, en uno de cada tres casos de latigazo cervical existe también una alteración de la articulación temporomandibular (ATM) que requiere un abordaje específico. También aquí se da un importante porcentaje de casos, hasta el 40 por ciento, en los que se cronifica la patología si no existe un tratamiento adecuado.
Al margen del tipo de lesión, la clave reside en el diagnóstico y tratamiento precoces, según ha puesto de relieve Rafael Alfonso, director médico de La Luz. Tras recordar que en 2013 hubo más de 10.000 personas hospitalizadas y 114.000 heridos leves en siniestros de circulación, Alfonso ha hecho hincapié en que, si bien la respuesta sanitaria cuando hay compromiso vital es muy eficaz, “existe un número importante de caso leves donde la falta de tratamiento precoz o una coordinación inadecuada de los recursos hacen que el paciente enlentezca su recuperación con todo lo que ello implica en su calidad de vida, salud y días de baja laboral”.
En este sentido, desde Musa Mutua Sanitaria, su director general, Rafael Sanz, indica que para los asegurados “es esencial la coordinación en la atención de todas las situaciones y que abarque todos los ámbitos. Desde luego e inicialmente el sanitario, ya que recobrar el estado de salud previo al accidente es lo más importante. Pero también hay que tener en cuenta aspectos que en un principio no parecen ser tan importantes como la orientación legal al accidentado, o la repercusión al organismo adecuado del consumo de gastos realizados”.
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