Luis Mendicuti, secretario general de ASPE, y Carlos Rus, presidente de ASPE.
El acceso del paciente a los mejores tratamientos y a la mejor tecnología terapéutica está condicionado al avance de la competitividad del sector sanitario, según ASPE. Por ello,
la provisión sanitaria reclama a España un IVA reducido o superreducido que permite Bruselas para
facilitar el acceso del paciente a innovación tecnológica y terapéutica.
En un contexto en los próximos años en el que el sector empresarial de provisión sanitaria, representado por ASPE, está llamado a
atender mayor número de pacientes, tanto del aseguramiento de salud como a través de los conciertos de colaboración público-privada, "es imprescindible que se favorezcan las
condiciones que permitan una reinversión en innovación sanitaria". Para ello, los gobiernos pueden adoptar las medidas económicas y fiscales que
allanen el camino hacia los últimos avances tecnológicos.
Una de las herramientas a disposición de los Estados miembros de la Unión Europea llega desde Bruselas con la Directiva 2022/542 del 5 de abril de 2022, que establece la posibilidad de determinar
un tipo de IVA superreducido por debajo del 5 por ciento para
beneficiar al consumidor final y perseguir objetivos de interés general. La sanidad es uno de los sectores que, por su propia naturaleza, optan a beneficiarse de esta ayuda.
Concretamente, esta normativa acoge bajo su paraguas a “
los equipos, aparatos, dispositivos y artículos médicos, así como el material auxiliar y los equipos de protección médicos, incluidas las mascarillas de protección, destinados normalmente a ser utilizados en la atención sanitaria o por las personas con discapacidad, los bienes de primera necesidad para compensar y superar la discapacidad, así como la
adaptación, reparación, alquiler y arrendamiento de dichos bienes”.
Desde la Unión Europea se ofrece así la posibilidad de
adaptar la situación fiscal del equipamiento sanitario a partir del 1 de enero de 2025, fecha en la que entra en vigor esta nueva legislación. Y la decisión queda en manos de cada país miembro.
El IVA reducido para mejorar la calidad asistencial
La reducción de IVA es una
reivindicación que de forma permanente viene haciendo el sector empresarial de la salud, ante la consideración de que los productos sanitarios son bienes de primera necesidad.
Cabe recordar que la Comisión Europea propuso ya en 2018 la reforma y
simplificación del sistema actual del Impuesto sobre el Valor Añadido en el conjunto de los países de la Unión Europea, lo que confirió mayor capacidad de decisión a los Estados miembros y que, en el caso de España, aún no se ha traducido en una reducción de este impuesto en los productos sanitarios.
España, por tanto, no ha tomado una determinación en los más de 400 días que han transcurrido desde la publicación de esta Directiva.
Una quietud que contrasta con su situación, que le sitúa como uno de los países de la UE con una mayor carga impositiva en productos sanitarios junto a otros como Alemania y Francia, tal y como recuerdan desde la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).
La patronal de tecnología sanitaria estima que adaptar la situación fiscal del material sanitario puede suponer un
ahorro de más de 1.000 millones de euros para la sanidad pública y la privada. La reinversión de estos recursos en otros ámbitos, como la innovación tecnológica o terapéutica, puede generar un impacto positivo en varios niveles. En primer lugar, los servicios de salud de las comunidades autónomas optarían a mejorar la asistencia sanitaria ofrecida, desde incorporar innovaciones tecnológicas hasta disminuir las listas de espera y reducir el actual nivel de obsolescencia del equipamiento, entre otras ventajas. Un IVA reducido beneficiaría de igual manera a los ciudadanos, para una mayor y mejor accesibilidad a avances científico-médicos.
Sostenibilidad del sistema
Para ASPE, la inversión en los últimos avances tecnológicos debe ir acompañada de un incremento en la red de infraestructuras.
El número de usuarios de seguros de salud ha crecido un 4 por ciento en 2022 hasta superar los 12 millones de personas y registrar máximos históricos.
Desde 2017, la cifra de asegurados ha progresado con ritmo firme, especialmente a raíz de la pandemia de Covid-19 y el agotamiento de la sanidad pública. Desde el sector se prevé que la tendencia alcista se mantenga en los próximos años, por lo que es necesario el apoyo de la Administración para respaldar la cobertura de este previsible crecimiento.
Un sector a la vanguardia tecnológica
La sanidad privada en España es sinónimo de innovación. La inversión en tecnología de última generación hace posible que todos los ciudadanos puedan
tener acceso a actividades diagnósticas o terapéuticas de alta complejidad, incluso en periodos de crisis económicas que provocan déficit de financiación en la pública.
En este sentido, una de cada tres intervenciones quirúrgicas de alta complejidad en España se ha llevado a cabo en centros privados, según los datos recogidos por el Ministerio de Sanidad. Para mantener e incluso superar estas cifras, es especialmente relevante
seguir adquiriendo equipos `punteros y tecnología avanzada que aseguren una asistencia más eficiente y de mayor calidad.
La sanidad privada acoge bajo su paraguas un amplio abanico de centros abanderados de la innovación tecnológica aplicada al ámbito sanitario. Un claro ejemplo es el
Hospital Quirónsalud Tenerife, que ha sido pionero en crear la primera Unidad de
Cirugía Robótica Avanzada en las Islas Canarias. Gracias a ella, todos sus pacientes se pueden beneficiar de la técnica quirúrgica mínimamente invasiva más sofisticada de la actualidad.
La Inteligencia Artificial (IA) y las técnicas de imagen en tiempo real también se ponen al servicio de la eficiencia y precisión de las intervenciones en el
Hospital San Rafael de A Coruña. Este centro ha puesto en marcha la primera sala en toda España de intervencionismo vascular robotizada de última generación. Una aproximación que permite procesos escasamente invasivos para mayor comodidad del paciente.
El
Cancer Center Clínica Universidad de Navarra (CUN) se erige también como adalid de la innovación con equipos punteros como un nuevo acelerador de radioterapia adaptativa con resonancia magnética. Se trata de un equipo que facilita imágenes de alta calidad del tumor y, gracias a la IA, es capaz de reducir la toxicidad y el número de sesiones a las que se expone el paciente.
Los últimos avances también pueden
contribuir a mejorar la experiencia asistencial. Para ello, redes de centros como IMED Hospitales se asocian con aceleradoras de startups, como Lanzadera, para el desarrollo de proyectos que impliquen el uso de nuevas herramientas y procesos aplicados a la gestión sanitaria. Ambas organizaciones pueden proporcionar a los proyectos emprendedores el acceso a una gran red de contactos para acelerar el desarrollo de su propuesta.
Desde democratizar el acceso a los últimos tratamientos hasta aproximaciones pioneras, la innovación se ha desmarcado como un aliado estratégico de la sanidad. El apoyo gubernamental es necesario para que pacientes y profesionales sanitarios puedan disfrutar un sistema sostenible, mejor calidad asistencial y un sector a la vanguardia tecnológica.
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