Anna Cruz, María Veiga Rodríguez, Marta del Olmo, Mónica Isart y Marta Cremades.
El
sector sanitario es una de las áreas más feminizadas a nivel laboral. Sin embargo, todavía resulta complicado ver a mujeres en los
puestos de dirección. Con motivo del
Día de la Mujer,
Redacción Médica entrevista a cinco profesionales con altos cargos en
Quirónsalud, grupo hospitalario líder en España en el que más del 75 por ciento de sus profesionales (más de 34.000) son
mujeres. Todas coinciden en que aún queda mucho camino por recorrer y en la dificultad de compatibilizar el trabajo con la vida familiar. No obstante, advierten de que somos “nosotras” las que tenemos que dar un paso al frente, creer en nuestras capacidades para asumir el
liderazgo y facilitar el acceso a las siguientes.
Marta Cremades, directora gerente del Centro de Protonterapia Quirónsalud, es la primera en asumir un proyecto de este nivel en nuestro país. Ejerce esta responsabilidad desde hace casi tres años y reconoce que
es un reto “apasionante” y un “desafío”, ya que hasta su apertura a finales de 2019, en España ningún centro, ni público ni privado, contaba con esta tecnología puntera contra el cáncer. “Considero que mi trayectoria y logros profesionales están ligados a
mi trabajo y esfuerzo, más allá del hecho de ser mujer, de lo cual me enorgullezco”, cuenta a este medio.
En un ámbito como el sanitario, donde
las mujeres ocupan un alto porcentaje, no entiende que en las
posiciones directivas esta cifra se invierta. “Hay que ser
más contundentes en el acceso de la mujer a posiciones directivas, los desequilibrios cada vez serán más difíciles de entender”, defiende. Para ello, pide un
esfuerzo en el entorno familiar y social para que esto no suponga “un sacrificio personal mayor que los compañeros de género masculino”.
Marta del Olmo, directora de Experiencia del Paciente de los hospitales de Quirónsalud integrados en la red pública de la Comunidad de Madrid, señala que su trayectoria en puestos de gestión y dirección comenzó “siendo muy joven”. Ocupa este cargo desde el año 2008 y, como mujer, admite que fue
una de las decisiones “más importantes” que ha tomado.
“Tiene un tremendo impacto en tu otro gran proyecto, el personal y familiar, y ambos no siempre son fáciles de alinear. Pero en mi caso, fue
una decisión tomada desde la reflexión, madurada, compartida y coordinada en el entorno familiar; y me siento tremendamente orgullosa del puesto y las funciones que desempeño porque me considero
absolutamente alineada e identificada con la estrategia de nuestra organización, que apuesta por perfiles altamente capacitados en gestión, independientemente de su género y sin agravio derivado del mismo”, dice.
Asimismo, reconoce que lidera un trabajo “apasionante”. “Sabes que tu esfuerzo diario afecta en la mejora de la salud y la calidad de vida de muchas personas, y eso solo puede hacerte sentir
un profundo orgullo, unido a
una inmensa responsabilidad”, afirma agradecida.
Cruz: "El primer paso lo tenemos que dar nosotras y creer firmemente en nuestras capacidades"
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Anna Cruz, directora gerente del Hospital Universitari Sagrat Cor y otra de las protagonistas de este reportaje, es enfermera de profesión y encaminó su actividad laboral hacia la gestión en el año 2005. “Llegar aquí es el reconocimiento a una trayectoria profesional en la que siempre he procurado
dar lo mejor de mí misma”, sostiene.
Y aunque defiende que “con capacidades, competencias, actitud y aptitud
todo el mundo debería poder llegar a un puesto directivo independientemente de su género”, también admite que “la
representación femenina en puestos directivos está muy lejos de alcanzar la paridad”.
Por esta razón, anima a las mujeres a seguir luchando para lograr la
equiparación a nivel laboral y derribar los techos de cristal: “En nosotras está trabajar para darnos
más visibilidad, apoyar a otras mujeres para que se formen, mejoren sus competencias y lo consigan, y
allanar el camino para que cada vez nos sea más fácil a llegar”. “El primer paso lo tenemos que dar nosotras y creer firmemente en nuestras capacidades.
Nos lo tenemos que creer”, insiste.
8M: borrar los límites autoimpuestos y asumir el cambio
Una idea con la que también coincide
Mónica Isart, directora médico del Centro Médico Teknon, quien indica que
las mujeres “muchas veces” se ponen sus propios límites “por pensar que una no está a la altura o por suponer que unas canas y una americana azul imponen más que una falda y unos tacones”. De hecho, apunta que, desde su experiencia, ha encontrado “más dificultades” a la hora de asumir
nuevas responsabilidades con ellas que con los hombres.
“Las mujeres han de dar el paso definitivo para asumir las responsabilidades para las que se han preparado”, subraya Isart, a la vez que recalca que
“el cambio está en la misma mujer”.
Isart: "Las mujeres han de dar el paso definitivo para asumir las responsabilidades para las que se han preparado"
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Mientras,
María Veiga Rodríguez, directora territorial de Enfermería del grupo Quirónsalud en Galicia, expone que haber alcanzado este puesto “es un motivo de
satisfacción personal que el esfuerzo haya merecido la pena”. Sus conocimientos y experiencia, destaca, se encuentran detrás de este logro después de más de 18 años en puestos de gestión.
A favor de la
igualdad de oportunidades, Veiga asevera que “el esfuerzo, el compromiso, la lealtad, la honestidad o la ética” no han de hablar de hombres ni mujeres, sino que son valores que deben asociarse a la “competencia”. Por ello, apuesta por seguir trabajando para que cada persona pueda llevar a cabo su
desarrollo profesional en base a sus aptitudes y valía.
Empleo sanitario: dificultades y apoyos en la conciliación
“Gracias al apoyo de mi entorno y el
reparto de responsabilidades familiares, he podido compatibilizar la vida personal y profesional como directiva”, declara por otro lado Cremades, quien lamenta que
la conciliación puede ser un “sacrificio” mayor para la mujer. Por ello, reclama un
“cambio social” para tener una vida personal o familiar equilibrada sin que esto suponga un “doble trabajo”.
En este sentido, Del Olmo expone el
apoyo “coordinado” en el ámbito familiar para desempeñar las funciones laborales de la manera más productiva. Así, destaca la “tranquilidad emocional que te permite ofrecer el máximo rendimiento profesional” si trabajas contando con “la certeza de que lo que más te importa, en el tiempo que tú no estás, se encuentra perfectamente cubierto y ordenado, como si estuvieras”. Y asegura que “la importancia del compromiso, del esfuerzo y de
trabajar cada día con un propósito que pueda ayudar a hacer mejor la vida de los demás” es también
una “enseñanza” para los hijos.
Cremades pide un cambio social para un equilibrio entre la vida profesional y familiar sin realizar "un doble esfuerzo"
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“Para mí es muy importante el
equilibrio que he conseguido entre mi vida personal y mi vida profesional”, resalta en la misma línea Cruz, quien insiste en
políticas de gobernanza para que las mujeres formen “realmente” parte de los órganos de dirección estratégicos y de tomas de decisiones: “Aún hay camino por recorrer, pero también tengo muy claro que somos nosotras los que lo tenemos que trabajar”.
“No negaré que en ocasiones echo de menos poder disfrutar más de mis hijas”, afirma por su parte Veiga, quien garantiza que “el asumir responsabilidades e intentar trabajar por
transmitir coherencia entre lo exigido y lo dado requiere a título individual esfuerzo profesional, personal y familiar”.
Por último, Isart concluye que
es posible llegar a puestos de dirección y gestión en la sanidad en un entorno social y cultural como el español. “Eso sí, hay que tener sacrificio y esfuerzo personal.
Nadie te regala nada”, remarca.
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