De los 6.283 contagios de la viruela del mono en España, 16 son menores de 18 años.
España es el
segundo país del mundo con
mayor número de casos de viruela del mono, con 6.283 contagios. De todos estos, un total de
16 pacientes son menores de 18 años, 10 hombres y 6 mujeres, a los que se les confirmó la infección en tiempo real. Pero, ¿cómo se ha transmitido el
monkeypox en los niños y adolescentes? Un estudio, llevado a cabo en España, demuestra que "el
contacto doméstico es la vía de transmisión más común en los niños", tal y como explica
David Aguilera, investigador principal y especialista de la Unidad de Enfermedades Infecciosas Pediátricas del Hospital Gregorio Marañón.
Estos pacientes se dividen en
dos grupos de edad: cuatro eran niños menores de 4 años y 12 eran adolescentes de 13 a 17 años. El estudio, publicado en la revista científica
The Lancet. A pesar de que la principal vía de transmisión de la viruela del mono en niños que se ha detectado ha sido por contacto doméstico, Aguilera también señala que "en el grupo de mayor edad, nueve pacientes se infectaron a través de un
brote en un estudio de tatuajes y piercing, probablemente por material contaminado, y en tres pacientes, la transmisión fue por
contacto sexual cercano".
Por el contrario, en el grupo de menor edad, "la
vía de transmisión en tres pacientes fue el
contacto doméstico con sus padres, y en uno era
desconocida". Además, Aguilera señala que "todos los casos se consideraron autóctonos, y se recomendó el aislamiento domiciliario mientras durara la enfermedad. Sólo uno (6 por ciento) de los 16 pacientes desarrolló una complicación aguda (sobreinfección bacteriana que requirió el drenaje de un absceso), pero
ningún paciente requirió ingreso hospitalario y todos fueron objeto de seguimiento ambulatorio (por teléfono o en persona)". Los 16 pacientes sobrevivieron sin secuelas.
Síntomas de la viruela del mono en menores
El grupo de investigadores españoles también detallan cuáles son los
principales síntomas de la viruela del mono que se han detectado
en los menores. El primer indicio de padecer la enfermedad es la
erupción, presente en el 100 por cien de los menores participantes en el estudio.
Además, la
linfadenopatía se da en el 31 por ciento de todos los pacientes pedíatricos y en el 42 por ciento de los menores de 13 a 17 años. A esta le sigue la
fiebre, afectando al 25 por ciento de todos los niños, al 50 por ciento de los menores de 4 años y al 17 por ciento al grupo de 13 a 17 años.
Otros síntomas son la
astenia, que afecta al 13 por ciento de la población pediátrica y al 17 por ciento de los menores de 13 a 17 años. Asimismo, se destaca también el
dolor de garganta, presente en el 13 por ciento de todos los menores y en el 17 por ciento del grupo de mayor edad.
La
mialgia es otro de los
síntomas de la viruela del mono en niños, afectando al 6 por ciento de estos y al 8 por ciento de 13 a 17 años. Por último, los síntomas de
vómitos y diarrea están presentes en el mismo porcentaje, 6 por ciento de la población pediátrica y el 25 por ciento de los menores de 4 años.
Diagnósticos pediátricos monkeypox
Durante este brote, la mayoría de los casos se han identificado entre hombres adultos, con una transmisión generalmente asociada a la actividad sexual. "El
diagnóstico de casos pediátricos pone de manifiesto el riesgo de una transmisión más amplia, que afecta a toda la comunidad", apunta Aguilera.
Como se ha descrito anteriormente, el
contacto doméstico es la vía de transmisión más común en los niños. En este sentido, Aguilera destaca que "en los países no endémicos, la transmisión en niños pequeños en entornos distintos del hogar es infrecuente. Una mayor adquisición en otros lugares, como escuelas o guarderías, debería alertar a las autoridades sanitarias".
Al igual que el conjunto de datos para España, "hubo un
paciente pediátrico en los Países Bajos para el que no se identificó la vía de
transmisión de la viruela del mono". Esto, según Aguilera, "refuerza la idea de que podría estar produciéndose una transmisión comunitaria desconocida (por ejemplo, a través de pacientes no diagnosticados o portadores asintomáticos), y la magnitud de este brote podría ser incluso mayor que la estimada actualmente". Por lo tanto, "los médicos que atienden a los niños deben estar capacitados para identificar las
manifestaciones de la viruela del mono y no centrarse sólo en los factores de riesgo epidemiológico o en la exposición a pacientes con infección confirmada", añade.
Aunque la gravedad en los países no endémicos parece ser menor que la notificada en los países endémicos, "durante el brote de 2003 en EE.UU., los dos pacientes con viruela del mono grave eran niños (uno complicado con encefalitis y otro con absceso retrofaríngeo)", subraya Aguilar. Hasta que haya más pruebas, "los
niños, los neonatos y las mujeres embarazadas deben considerarse un grupo de riesgo de complicaciones y mortalidad, y es necesario mantener un alto nivel de alerta", concluye.
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