La sociedad de Pediatría norteamericana pide "más empatía" en el abordaje de la obesidad infantil para evitar "estigmas"

Por qué no se debe decir que un niño está gordo o rellenito en consulta
Un niño con sobrepeso es pesado por su pediatra.


25 nov. 2017 10:30H
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La Academia Norteamericana de Pediatría y la Sociedad Científica de Obesidad de ese país han emitido una comunicación conjunta sobre la estigmatización de niños y adolescentes con problemas de obesidad en el que llaman la atención sobre los ‘efectos secundarios’ a nivel psicológico asociados al tratamiento de este problema de salud.
 
“Aunque se han puesto en marcha numerosos esfuerzos para ayudar a los niños y adultos a alcanzar un peso saludable y mantenerlo, muchos de esos esfuerzos no han tenido en cuenta las consecuencias sociales de la obesidad, específicamente la estigmatización que algunos sufren por su peso”, sostienen los autores.
 
En concreto, la comunicación, que ha sido publicada en la revista Pediatrics, habla de emplear “enfoques más empáticos” y viene a decir que los sanitarios no deberían exponer de manera demasiado cruda su sobrepeso y los problemas que éste conlleva, dado que el efecto puede ser contraproducente.
 
“Aunque algunos creen que el estigma relacionado con el sobrepeso u obesidad puede motivar a los pacientes a realizar cambios positivos, lo que hace es fomentar comportamientos como atracones, aislamiento social, evitación de servicios de salud, actividad física reducida y, por tato, aumento de peso adicional a lo largo del tiempo”, explica Stephen J. Pont, médico en el Centro de Prevención de la Obesidad Infantil y autor principal del informe.
 
Por todo ello, sostiene Pont, los pediatras deberían “usar un lenguaje apropiado y sensible, y desestigmatizar la comunicación sobre el peso con los jóvenes, las familias y otros miembros del equipo de atención médica pediátrica”. Los ejemplos incluyen el uso de términos como “niño con obesidad” en lugar de “niño obeso”.
 
Por otro lado, se anima a los profesionales a valorar también las “comorbilidades emocionales” asociadas a la obesidad en los menores, es decir: acoso, baja autoestima, bajo rendimiento escolar, depresión y ansiedad. En este punto, se les llama a convertirse en aliados de las políticas antibullying.
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