Benjamin Hoffman.
Los bebés y niños pequeños que pesen menos de 18 kilos deben viajar en sentido contrario a la marcha, respetando siempre las instrucciones de los fabricantes del
sistema de retención infantil (SRI) y del
vehículo. Además, todos los niños cuya estatura no supere los 145 centímetros de altura deberán continuar usando una silla o SRI para que las bandas del cinturón de segurida se ajusten correctamente en hombro y pelvis; y para una protección óptima, es mejor que hasta los 13 años todos los niños viajen en los asientos traseros de los vehículos.
Estos son lo tres puntos que destacan en las
nuevas recomendaciones que la Academia Americana de Pediatría (AAP) publicará en su informe técnico 'Child Passenger Safety', que tiene prevista su publicación para noviembre de 2018 en la revista
Pediatrics.
La AAP hace hincapié en la imporatancia de que la
comunidad pediátrica conciencie a las familias de que cada cambio “hacia delante” en la forma de llevar al niño en el coche disminuye considerablemente la protección del pequeño dentro del vehículo. Porque, según la asociación, la
primera regla pediátrica de seguridad vial infantil es alentar a los padres de que retrasen este tipo de recomendaciones de viaje el mayor tiempo posible.
En sentido contrario a la marcha hasta los 18 kilos
“Lo mejor es que sus hijos viajen mirando hacia atrás el mayor tiempo posible" -asegura
Benjamin Hoffman, autor del nuevo informe– Esta sigue siendo la forma más segura de viajar para un niño. Cuando los pequeños viajan así, la
cabeza, el cuello y la columna vertebral están apoyados en el respaldo de su asiento de seguridad, permitiendo que éste absorba la mayoría de las fuerzas de choque y proteja las partes más vulnerables del cuerpo del niño de forma superior que si el niño viaja a favor de la marcha”.
Así, la recomendación se basa en el peso máximo recomendado por el fabricante del SRI y no en la edad, como se hacía en el anterior informe de la AAP. “Afortunadamente los fabricantes de sillas infantiles han desarrollado asientos que permiten que la mayoría de los pequeños puedan viajar en sentido contrario a la marcha después de su segundo cumpleaños, hasta los 18 kilos", explica Hoffman.
Sin embargo, en 2017 la revista
Injury Prevention demostró que
no existen datos para determinar con certeza a qué edad es más seguro hacer que los niños miren hacia delante, sino que se centraron en su anatomía: en el
bajo desarrollo de la musculatura cervical y el
mayor peso de la cabeza respecto al total de la
masa corporal para asegurar que mantener a los niños en sentido contrario a la marcha el mayor tiempo posible es la mejor manera de reducir el índice de
lesiones en cabeza y columna vertebral”.
Hasta los 145 centímetros los niños deben usar Sistema de Retención Infantil
Por debajo de los 145 centímetros de altura, la banda superior del cinturón de seguridad queda demasiado cerca del cuello de los niños y, la inferior, en lugar de pasar por encima de los huesos de la pelvis, se desliza hacia el estómago, con el grave riesgo de producir
lesiones abdominales en caso de siniestro.
Es por eso que la AAP se reconfirma en que los niños de más edad que continúan usando SRI tienen un 45 por ciento menos de probabilidad de sufrir lesiones graves y un 28 por ciento menos de riesgo de muerte que los niños de estatura igual que usan directamente el cinturón de seguridad del vehículo, instando a los
pediatras a que
orienten a los padres en este sentido.
Los menores de 13 años viajan mejor en los asientos traseros
La AAP advierte de que a medida que los niños mayores empiezan a usar el cinturón de seguridad, aumenta la probabilidad de que sus padres les permitan viajar en el asiento delantero del vehículo. Y esto aumenta el
riesgo general de lesiones en caso de siniestro. Así lo determinan investigaciones realizadas por la AAP conjuntamente con la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carretera (Nhtsa, por sus siglas en inglés), que se basan en estudios y seguimiento de siniestros viales.
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