Los nuevos dispositivos con pantallas se asocian al sedentarismo y a la obesidad infantil.
14 dic. 2016 15:00H
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La investigación ha demostrado que cuando los niños ven demasiado tiempo la televisión, su riesgo de obesidad aumenta, pero no se ha estudiado tanto cómo afecta el tiempo que pasan ante las pantallas de otros dispositivos como tabletas y teléfonos inteligentes.
En un nuevo estudio que se publica en The Journal of Pediatrics, los autores han descubierto que los niños que dijeron pasar más tiempo con este tipo de dispositivos y viendo la televisión adoptan comportamientos asociados a la obesidad.
Los especialistas Erica L. Kenney y Steven L. Gortmaker, de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), han analizado los datos de 2013 y de 2015 del Sistema de Vigilancia de Comportamiento de Riesgo en la Juventud, que incluye a 24.800 adolescentes en los grados de la escuela de noveno a duodécimo cursos.
La encuesta reúne datos sobre las horas invertidas en el manejo de dispositivos de pantalla (teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores y videojuegos) y viendo la televisión; horas de sueño promedio en una noche escolar; cantidad de bebidas azucaradas consumidas en los siete días anteriores y frecuencia de actividad física (por lo menos 60 minutos al día) durante los últimos siete días.
Los investigadores han descubierto que casi un 20 por ciento de los adolescentes estadounidenses pasan más de cinco horas al día usando teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores y videojuegos, en comparación con sólo un ocho por ciento que ve más de cinco horas diarias de televisión. Ver demasiada televisión continuó asociándose con obesidad y mala alimentación entre los adolescentes.
El doble de propensos a ingerir bebidas azucaradas
Al mismo tiempo, los científicos también hallaron que los adolescentes que pasaban más de cinco horas al día empleando los dispositivos de la pantalla eran dos veces más propensos a beber una bebida azucarada cada día y no dormir lo suficiente o no hacer mucha actividad física y presentaban, además, alrededor de un 43 por ciento más de probabilidades de padecer obesidad en comparación con los adolescentes que no invertían su tiempo en el uso de estos dispositivos.
Aunque este análisis no concluye de forma definitiva que el uso de dispositivos de pantalla está causando mayores tasas de obesidad, los hallazgos son motivo de preocupación. Según Kenney, “la investigación sugiere que limitar el uso de otros dispositivos de pantalla por parte de niños y adolescentes es tan importante para la salud como limitar el tiempo de exposición a la televisión”.
Por lo pronto, parece razonable que los médicos animen a las familias a establecer límites tanto para el consumo de televisión como el de otros dispositivos de pantalla.
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