María Rosa Albañil.
Este año el buen tiempo se ha prolongado más de lo habitual y esto ha retrasado el inicio de las campañas de vacunación antigripal, que están poniéndose en marcha estos días en las
comunidades autónomas.
Aunque se trata de una enfermedad causada por un virus, pueden producirse complicaciones por otros gérmenes o bacterias. Por eso, desde la
Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) quieren concienciar a la población de la importancia de la
vacunación antigripal en los grupos de riesgo para proteger a los niños.
En palabras de la miembro del
Grupo de Trabajo de Patología Infecciosa de la institución,
María Rosa Albañil, "los niños ocupan un lugar muy importante en la propagación de la gripe, por ello es muy importante no solo la
prevención, sino también enseñarles a mantener medidas generales de higiene como lavado de manos frecuente y, especialmente tras contacto con secreciones, evitar tocar ojos, boca y nariz y tapar boca y nariz con el brazo antes de estornudar o toser".
Asimismo, "es importante recordar a los padres que los
antibióticos no son eficaces para tratarla, aunque sí puedan ser útiles para tratar algunas complicaciones de la gripe causadas por bacterias", señala la especialista.
Según datos del Eurobarómetro de 2016, la población española tiene creencias erróneas sobre el uso de los antibióticos: un
48 por ciento de los españoles dice que matan a los virus y el 45 por ciento cree que son efectivos contra resfriados y gripes.
De ahí la importante labor de los pediatras que llevan a cabo iniciativas de divulgación e información dirigidas tanto a padres como a cuidadores. Además, en la
web Familia y Salud de la AEPap, se incluyen varios documentos y materiales sobre uso racional y utilidad de antibióticos y resistencias microbianas, así como el
Decálogo del buen uso de los antibióticos.
Grupos de riesgo
Según advierten desde la AEPap deberían vacunarse contra la gripe los
mayores de 65 años; personas de entre
6 meses y 65 años con mayor riesgo de complicaciones, siendo estos los que padecen enfermedades crónicas que afectan a distintos sistemas como por ejemplo respiratorio, cardiovascular grave…; personas que pueden transmitir la
gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones, entre los que se incluyen
trabajadores sanitarios y cuidadores de ancianos o de enfermos crónicos; grupos de profesionales cuyo trabajo tiene una importante repercusión en la sociedad, como es el caso de
fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado; y, por último, trabajadores en contacto con aves con sospecha o confirmación de infección por
virus de gripe aviar altamente patogénico.
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