Un estudio reciente acerca a la comunidad científica a las causas de hepatitis aguda grave.
Un nuevo estudio dirigido por la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) acerca a los científicos a la comprensión de las
causas de un misterioso brote de casos de hepatitis aguda grave que comenzó a aparecer en niños sanos después de que se levantaran las restricciones del Covid-19 en 35 países en la primavera del 2022.
Según un estudio publicado recientemente en la revista
Nature, los investigadores relacionan la enfermedad con
coinfecciones de múltiples virus comunes, en particular una cepa del
virus adenoasociado de tipo 2 (AAV2). No se sabe que los AAV causen hepatitis por sí solos, puesto que necesitan virus "ayudantes", como los adenovirus que causan
resfriados y gripes, para replicarse en el hígado.
La
hepatitis pediátrica es poco frecuente y los médicos se alarmaron cuando empezaron a ver brotes de hepatitis grave inexplicable. Hasta la fecha se han producido
unos 1.000 casos; 50 de estos niños necesitaron trasplantes de hígado y al menos 22 han fallecido. El pasado mes de enero, en España,
el Ministerio de Sanidad dejó de vigilar esos casos de hepatits detectados en menores, después de que
no se registraran más casos positivos en el otoño del año pasado.
Cuando los menores volvieron a la escuela tras los confinamientos, los niños fueron más susceptibles a las infecciones por estos patógenos comunes. El estudio sugiere que, en un pequeño subgrupo de estos niños, contraer más de una infección al mismo tiempo puede haberles hecho más
vulnerables a la hepatitis grave. En agosto de 2022 se habían notificado grupos de casos en más de una treintena de países.
"Nos sorprendió el hecho de que las infecciones que detectamos en estos niños no estuvieran causadas por un virus inusual y emergente, sino por
patógenos víricos comunes en la infancia", reconoce el autor principal del trabajo. "Eso es lo que nos llevó a especular que el momento del brote estaba probablemente relacionado con las situaciones realmente inusuales que estábamos atravesando con el
Covid-19 relacionadas con el cierre de escuelas y guarderías y las restricciones sociales. Puede haber sido una
consecuencia no intencionada de lo que hemos experimentado durante los últimos dos o tres años de la pandemia", añade.
Detalles del estudio para la hepatitis infantil
Para llevar a cabo el estudio, que ha contado con el respaldo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (
CDC) de Estados Unidos, los investigadores han utilizado la reacción en cadena de la polimerasa (
PCR) junto con diversos métodos de
secuenciación metagenómica y pruebas moleculares para examinar muestras de plasma, sangre total, hisopos nasales y heces de 16 casos pediátricos en los estados de Alabama, California, Florida, Illinois, Carolina del Norte y Dakota del Sur, desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 22 de mayo de 2022. Las muestras se han comparado con 113 muestras de control.
Al genotipar las 14 muestras de sangre disponibles, se detectó el
virus adenoasociado 2 (AAV2) en el 93 por ciento de los casos y se encontraron
adenovirus humanos (HAdV) en todos los casos; un tipo específico de adenovirus vinculado a la gastroenteritis (HAdV-41) se encontró en 11 casos. En el 85,7 por ciento de los casos se detectaron
coinfecciones adicionales por Epstein-Barr, herpes y enterovirus.
Los autores señalan que los resultados reflejan los de dos estudios simultáneos realizados en el Reino Unido, que identificaron la misma cepa AAV2. Los tres estudios identifican
coinfecciones por múltiples virus y el 75 por ciento de los niños del estudio estadounidense tenían tres o cuatro
infecciones víricas.
Sin relación causal, pero con vulnerabilidad "especial"
Dado que los AAV no se consideran patógenos por sí solos,
aún no se ha establecido una relación causal directa con la hepatitis aguda grave. No obstante, el estudio señala que los niños pueden ser especialmente vulnerables a una hepatitis más grave desencadenada por coinfecciones. Aunque las infecciones por virus adenoasociados pueden producirse a cualquier edad, el pico suele estar entre 1 y 5 años, y la edad media de los niños afectados en el estudio era de 3 años.
Los brotes de hepatitis aguda grave en niños han disminuido recientemente, pero el autori principal sugiere que la mejor forma de proteger a los niños de este improbable desenlace es
lavarse las manos con frecuencia y quedarse en casa cuando estén enfermos.
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