El coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), David Moreno.
El
Gobierno español dio marcha atrás y restableció las vacunas de la
varicela y del neumococo obligatorias en su calendario. Desde 2016, todas las
comunidades autónomas ‘pinchan’ a sus niños para prevenir
ambas enfermedades. Pero durante un tiempo no fue así.
De hecho, muchas familias hicieron las
maletas para viajar a otros países o incluso autonomías donde el
remedio se vendía en las
farmacias para que los padres lo utilizaran sin problema alguno, algo que no podía hacerse en España.
“Es una cuestión de prioridades en el uso de los recursos”, explica a Redacción Médica el coordinador del
Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP),
David Moreno.
Según su análisis, Sanidad o bien las comunidades autónomas consideraron entonces que esas vacunas
no resultaban coste-efectivas, pero las administraciones sabían que el remedio era eficaz; pese a ello, “no se veía la varicela como un problema importante que justificase el gasto”, ha denunciado.
“Además –añade– no estaban claros los efectos de esta vacuna, pues había quien sospechaba que inducía casos de la enfermedad en la edad adulta y más riesgo de infección por herpes zoster”.
Sin embargo, la documentación entregada por la AEP al Ministerio en un momento dado, según señala Moreno, fue decisiva para hacerle cambiar de opinión. “Aportamos datos de evolución y seguimiento de la
vacuna de la varicela en otros países con
entre 20 y 25 años de experiencia que no habían detectado problema alguno”, y eso fue lo que hizo ceder a Sanidad desde su punto de vista.
Calendario vacunal de 2017: cada vez más equidad
En cuanto al calendario vacunal de 2017, recién publicado por el departamento que lidera Dolors Montserrat, “cada vez se acerca más al que nosotros proponemos”. Al mismo tiempo, las consejerías de Sanidad autonómicas “están
acercando posturas hacia un
calendario unificado y eso son muy buenas noticias”, subraya.
Con todo, persisten “pequeñas diferencias” entre las autonomías. Por ejemplo, en Ceuta, Melilla y Cataluña se incluye la vacuna de la hepatitis A. “Las
ciudades autónomas lo justifican por su ubicación geográfica, pues en África la prevalencia de la enfermedad es mucho mayor”, razona.
Pero Cataluña se sale del promedio porque lleva a cabo, desde hace años, un programa piloto para extender el uso de este remedio frente a la hepatitis A
Otros dos cambios “importantes” en las nuevas normas
Moreno también ha señalado otros cambios relevantes en el calendario vigente. “Se ha quitado una dosis de
vacuna polivalente (combinación de hepatitis B, difteria, tétanos, tos ferina, polio y haemophilus) que se ponía a los seis meses. Ahora se hace a los dos meses, a los cuatro y al año”, señala.
“Se vio que era una dosis evitable y así se ahorra dinero y se consigue el mismo beneficio”, explica.
La otra novedad que destaca se refiere a la
vacuna de la hepatitis B. Tras una campaña desarrollada en España
durante los últimos 30 años, se ha conseguido “un buen control” de la enfermedad que ha permitido a los especialistas relajarse en sus indicaciones.
Por ello, el nuevo calendario suprime la dosis que se pone al nacer, y la respeta a los dos meses, a los cuatro y al año.
Por último, fuera del calendario vacunal oficial
los pediatras recomiendan al menos dos vacunas más: las de la meningitis B (que se vende en farmacias y que ha dado pie a problemas de abastecimiento por la elevada demanda de los padres) y la del rotavirus.
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