Donald Tusk, primer ministro polaco.
Polonia toma el relevo de España en la
presidencia del Consejo de la Unión Europea con el objetivo de robustecer su red sanitaria y garantizar el
acceso a medicamentos a los ciudadanos en un escenario marcado por las tensiones geopolíticas. No es extraño, por ello, que el país que dirige Donald Tusk haya puesto en su programa político el acento sobre la industria farmacéutica, de forma que
se refuercen las cadenas de suministro y se reduzca la dependencia de terceros países.
“Europa debe proseguir en sus esfuerzos para garantizar un nivel óptimo de seguridad interior a sus ciudadanos”, reza el
plan de acción de Polonia para la presidencia UE, en el que se incide en que la pandemia del
Covid-19 ya demostró en el pasado la capacidad de las instituciones comunitarias de “prestar un
apoyo real a los Estados miembros” ante grandes crisis.
En el horizonte aparecen “nuevos retos y amenazas para la salud pública” que, según el Gobierno polaco, hacen necesario “un análisis en profundidad de los efectos reales de los programas de prevención de enfermedades”. En concreto, aboga por centrarse en tres ámbitos concretos: la
transformación digital de la asistencia sanitaria con especial enfoque en la
salud mental de niños y jóvenes; la
promoción de la salud a nivel general y la
prevención de patologías.
“La Presidencia polaca ofrecerá un espacio para un debate sobre
medicamentos críticos, haciendo hincapié en la necesidad de garantizar la
seguridad sanitaria y farmacéutica de la UE -continúa el documento-. Seguiremos trabajando en la revisión de la legislación pharma a fin de aumentar el suministro y garantizar la
disponibilidad y asequibilidad de los medicamentos”.
La administración de Donald Tusk aboga de esta forma por
reducir la dependencia de fármacos de terceros países y fomentar la producción local, lo que implica, entre otros factores, fomentar una mayor
inversión en infraestructuras y el desarrollo de fármacos considerados ‘críticos’.
Salud mental y digitalización médica
En lo que respecta a la salud mental de niños y adolescentes, Polonia pondrá en el centro el impacto y los riesgos de las tecnologías digitales, de forma que se atienda a los
problemas de un uso intensivo de internet y de las redes sociales y se pongan en marcha
estrategias de prevención y concienciación sobre buenos hábitos.
De forma paralela, la nueva Presidencia del Consejo de la Unión Europea apuesta por avanzar en la digitalización médica, en primer lugar, con un mayor desarrollo del
Espacio Europeo de Datos de Salud (EHDS), y también con planes específicos para blindar a hospitales y otros proveedores frente a amenazas cibernéticas.
Por último la administración Tusk defiende evaluar los actuales programas de salud, de forma que se atienda al impacto “real” de las estrategias implementadas por los Estados miembro y se compilen en un
catálogo de buenas prácticas las mejores medidas e iniciativas pro-salud de los países.
“En sanidad, es necesario pasar de preparación reactiva a una proactiva”, sentencia.
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