La líder de la candidatura europea de Podemos y exministra de Igualdad, Irene Montero.
Podemos rescata un propósito inconcluso de cara a las
elecciones europeas del próximo 9 de junio. En un programa sanitario basado en la defensa del
sistema público frente a su “privatización”, en el acceso universal y en la importancia del factor social y de autonomía del usuario, la candidatura encabezada por
Irene Montero ha tirado de la antigua agenda de su etapa en el Gobierno en determinados aspectos como el
derecho al aborto, al respecto de lo cual se compromete a
regular la objeción de conciencia, a pesar de que la exministra de Igualdad no lo consiguió cuando ostentaba la titularidad del departamento.
El partido progresista no dedica en su programa electoral para las
elecciones europeas un apartado específico a medidas o promesas sanitarias, sino que incluye junto a las referentes a educación, inclusión y dependencia. La única alusión a propuestas que afecten directamente a los profesionales sanitarios es la de la regulación de la
objeción de conciencia en relación a la “inclusión del derecho al aborto, así como el
derecho a la salud sexual, la salud menstrual y la salud reproductiva en la
Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea”.
Al respecto se destaca que el
reconocimiento del derecho al aborto “debería implicar que sea seguro, libre y gratuito”, y que se practique en “los centros de los sistemas públicos de salud”. Además de normativizar la objeción de conciencia, Podemos se compromete a impedir “el acoso a las mujeres y a quienes realizan de forma profesional dicha práctica médica”.
El Congreso de los Diputados aprobó el 16 de febrero de 2023 la
reforma de la Ley de interrupción voluntaria del embarazo en esa línea. La propia Montero, por entonces ministra de Igualdad, había explicado previamente que uno de sus objetivos con ese cambio normativo era asegurar que “en todos los hospitales públicos” españoles hubiera “personal suficiente para practicar interrupciones voluntarias del embarazo, respetando, por supuesto, el derecho de objeción de conciencia”.
No obstante, fuentes del
Instituto de las Mujeres, organismo que depende de la cartera de Igualdad, aseguraron a
Redacción Médica que la revisión de la ley “no especifica que en todos los servicios públicos se practique la
interrupción voluntaria del embarazo”, sino que tan sólo garantiza que se facilite el acceso a ello. Esas mismas fuentes matizaron que mismas fuentes que “la objeción de conciencia se regula como un
derecho individual de cada profesional sanitario, que debe manifestarse con antelación y por escrito”. Aunque se anunció la creación de un
registro de objetores de conciencia cuya elaboración aún se espera.
Gestión pública directa, farmacéutica pública y salud mental
En cuanto al resto del
programa europeo de Podemos, el partido liderado a nivel nacional por
Ione Belarra apuesta por derogar “la normativa que permite la privatización de centros y servicios sanitarios en todo el territorio comunitario” para apoyar, en su lugar, la “gestión pública directa de los centros y recursos sanitarios”, algo ya contemplado en su
Proposición de Ley registrada en el Congreso para derogar la Ley 15/1997 y, así,
acabar con la “privatización funcional” del Sistema Nacional de Salud (
SNS).
En esa línea, aboga por impulsar medidas que aseguren la “garantía europea de
cobertura sanitaria universal” independientemente de dónde vivan los usuarios, “de su situación laboral o de cuándo hayan salido de su Estado de origen”. Además, dentro del paquete de servicios básicos para la “cohesión territorial”, promueve una atención sanitaria a domicilio “de calidad” en los casos en los que no sea posible contar con un centro de salud en un territorio específico.
El partido morado también se compromete a legislar para “poner fin al abuso de la
industria farmacéutica” apostando por “una
farmacéutica pública europea” con la que, entre otras cosas, se “impongan un tope a los precios de los productos farmacéuticos” para evitar su “encarecimiento” y “poner fin a los beneficios extraordinarios de la industria farmacéutica”. Se trata de un paso más de la
Farmacia público-privada cuya creación aprobó en marzo el
Consejo de Ministros.
Además, Podemos quiere promover la
suspensión de las patentes para “garantizar que las
vacunas y las
tecnologías sanitarias estén reguladas para el bien común” y evitar la “especulación sanitaria” creando un Tratado Internacional que “suspenda las restricciones de acceso a medicamentos, material médico y vacunas”.
El programa de los de Irene Montero incluye la articulación de una
Ley europea Integral de Salud Mental, el impulso de programas contra la estigmatización y la discriminación por el
VIH y un cambio en el modelo de cuidados, “apostando por infraestructuras y equipamientos centrados en la persona y en la atención en entornos comunitarios”.
Finalmente, se busca que la Unión Europea “recomiende a los Estados miembro incluir en sus carteras de servicios la cobertura, al cien por cien, de la atención a la
salud bucodental, oftalmológica y auditiva, así como la fisioterapia”, algo ya planteado, en parte, en su programa electoral para las pasadas elecciones generales del 23J y que, del mismo modo, tiene previsto el Ministerio de Sanidad, que ya avanzó que prevé que la
gratuidad de gafas y lentillas sea una realidad en 2025.
¿Qué representación tendrá Podemos en la Eurocámara?
En la última
encuesta preelectoral del CIS, Podemos se situaba como quinto partido en
intención de voto en las elecciones a la Eurocámara, con una cuota del 3,8 por ciento, lo cual le otorgaría entre dos y tres eurodiputados.
Teniendo ello en cuenta, la única
candidata con perfil sanitario de la fuerza progresista que conseguiría escaño sería la propia Montero, con formación en
Psicología. Se quedarían fuera del Parlamento europeo, por tanto, la médica
Amparo Botejara, actual responsable del área estatal de Sanidad de Podemos; y
Mercedes Pérez, que fue vocal del partido en la
Comisión de Sanidad del Congreso y también ejerció la portavocía adjunta, pero sólo durante los escasos meses que duró la XIII legislatura.
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