Fachada del Ministerio de Sanidad.
Cuando ya se ha cumplido un año de la
huelga de médicos en Ceuta Melilla y aproximadamente un mes y medio de la tregua concedida al
Ministerio de Sanidad, el Gobierno sigue defendiendo su reciente gestión en pos de la mejora de las condiciones laborales de los profesionales estatutarios del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (
Ingesa), del que dependen ambas ciudades autónomas. Según el Ejecutivo, sólo en 2023 el
Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática destinó casi 2,9 millones de euros a la Dirección del Ingesa que, a través de los Planes Integrales de Desarrollo Socioeconómico, se dedicaron “íntegramente” a satisfacer las
demandas de estos profesionales sanitarios. Pero es la única medida que se resalta.
En una respuesta parlamentaria a una pregunta del
Grupo Popular sobre qué medidas se han puesto en marcha para
incentivar la contratación de personal sanitario en Ceuta y Melilla, el Gobierno detalla que, a lo largo del año pasado, se mantuvo un diálogo “en distintos aspectos” en ocho grupos de trabajo de la
Mesa Sectorial en este sentido, cuyos resultados “están en proceso de implementación”.
En el Ejecutivo destacan la creación de
nuevas categorías profesionales, la mejora del sistema de bolsa temporal de empleo, los procesos de estabilización de la Ley 20/2021 -normativa con la que se busca
reducir la temporalidad del sector pública al 8 por ciento- y “la determinación de las medidas de incentivación económica y no económica de la
difícil cobertura de los puestos del Ingesa promulgada por Real Decreto”.
A ello se suma el hecho de que desde julio se permite hacer contratos laborales a
facultativos extracomunitarios, “con las limitaciones establecidas en el Estatuto de los Trabajadores” si se justifica la carencia de profesionales nacionales o comunitarios.
Acercamiento para poner fin a la huelga sanitaria del Ingesa
Lo cierto es que, más allá de números y concesiones normativas, esas decisiones aún no han satisfecho por completo las demandas del
personal facultativo de Ceuta y Melilla, cuya postura se moderó a finales de enero con una
tregua a la huelga sanitaria que, tal y como trasladó el presidente del Sindicato Médico de Ceuta,
Enrique Roviralta, a
Redacción Médica, se justifica en el “mínimo cambio de talante” advertido en la ministra de Sanidad, Mónica García, respecto a sus antecesores en el cargo.
Un mes atrás, el también especialista en
Otorrinolaringología concretó a este medio que son tres las
medidas más asequibles “y razonables” oara fidelizar médicos que Sanidad habría de poner en marcha para seguir reconduciendo la situación hacia el final del túnel, a saber, actualizar el
pago de las guardias, “que lleva 22 años congelado”; ratificar los complementos por puestos de difícil cobertura y despenalizar la
compatibilidad del ejercicio público con el privado.
Coincidiendo con el inicio de la tregua, García hizo alusión a las mejoras anunciadas para el
Hospital Universitario de Ceuta y la inversión de 100 millones de euros en el
nuevo Hospital Universitario de Melilla como dos de las claves que posibilitaron el acercamiento entre ambas partes. La ministra reconoció, en la
Comisión de Sanidad de enero, que aún quedaba pendiente “dar una salida presupuestaria” a las plazas de difícil cobertura y al complemento retributivo.
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