La Cumbre Social Estatal pide en el Congreso 62.000 contratos más en el SNS

La temporalidad y la falta de profesionales, camas y financiación, especialmente en el ámbito de la Atención Primaria, han sido los principales escollos de la Sanidad pública durante la crisis del Covid-19, según las conclusiones del ciclo de conferencias que se celebraron en el seno de la Cumbre Social Estatal sobre el impacto de la pandemia. 

Durante la sesión que se ha celebrado este miércoles en el Congreso, Toni Poveda, presidente de Cesida y uno de los encargados de presentar el documento con las conclusiones, ha expuesto que el Covid-19 agravó los problemas de una sanidad pública “que ya estaba debilitada tras los recortes de la anterior crisis” y las “diferencias entre comunidades autónomas”, lo que “dificulta el acceso a las mismas prestaciones” en términos de cantidad y calidad.

El propio Poveda ha incidido en que la Atención Privada, una de las ramas con “menor peso en los Presupuestos sanitarios”, ha sido también “una de las más castigadas” en la crisis del Covid. “La pandemia ha agravado las demoras de las citas y se siguen cerrando centros. Además, la atención presencial se ha suprimido en algunas CCAA”, ha explicado.

A todo ello se suman los altos niveles de temporalidad, “que en los trabajadores del sector sanitario alcanza el 36 por ciento”.

Gasto sanitario acorde a la UE

En este sentido, Poveda ha destacado que es “imprescindible equiparar el gasto público sanitario” de España, que alcanza los 1.568 euros al año por persona, al de la media europea (2.229 euros), así como incrementar las plantillas en 62.000 efectivos y reducir la temporalidad.

“Resulta urgente reforzar atención primaria para que pueda hacer frente de forma efectiva a aquellas otras enfermedades que durante la pandemia han quedado relegadas a un segundo plano”, ha zanjado. Asimismo, ha considerado “fundamental aumentar las camas hospitalarias” e incentivar “políticas de salud pública” que permitan “prevenir antes que curar”.

Finalmente, Poveda ha reclamado a las farmacéuticas que las patentes puedan ser liberadas “y que las vacunas lleguen a aquellos países en vías de desarrollo o directamente empobrecidos”.