Ibán García del Blanco, eurodiputado por S&D; Idoia Villanueva, eurodiputada de Unidas Podemos y Dolors Montserrat, portavoz del PP en Europa.
El rápido crecimiento de
la inteligencia artificial ha forzado a la clase política a negociar una
nueva ley que permita garantizar la seguridad de esta tecnología en todo el viejo continente, especialmente en asuntos como la asistencia sanitaria. Después de que el
Parlamento Europeo aprobara con una holgada mayoría tramitar la nueva norma, los principales grupos con representación en la cámara ya trabajan en sus aportaciones particulares para conseguir el mejor modelo posible. Aspectos como la
investigación médica, la protección de datos del paciente o quiénes deben supervisar las nuevas herramientas ya están sobre la mesa, según ha podido saber
Redacción Médica.
Uno de los asuntos vinculados al sector sanitario es
qué organismo debe validar las plataformas de salud que se utilizarán con el despliegue de la inteligencia artificial. El grupo
The Left, que integra a los eurodiputados de
Unidas Podemos, ha abierto un debate sobre la creación de una nueva entidad especializada dirigida a la "
supervisión del ámbito de la salud", que esté integrada por especialistas en el campo.
"Es fundamental que sean organismos
independientes, formados por expertos y expertas y con un fuerte componente ético y un enfoque basado en la defensa de los derechos de la ciudadanía", ha explicado a este periódico la diputada del Parlamento Europeo
Idoia Villanueva.
La parlamentaria de la formación morada ha situado este nuevo organismo bajo la órbita de la futura
Oficina de Inteligencia Artificial que se desarrollará con la nueva ley y ha enfatizado su importancia para garantizar las futuras aplicaciones de
estas herramientas en la asistencia sanitaria. "Lo importante es que existan organismos de control y supervisión de una tecnología cuyos límites son desconocidos y que tantos efectos puede tener sobre la vida de las personas", ha apuntado.
Sobre el
futuro de la sanidad con la IA también se ha pronunciado el
grupo europeo socialista S&D, quienes reconocen que se verán "situaciones nuevas" que generarán la incorporación progresiva de la IA en el ámbito de la salud.
Ibán García del Blanco, quien ha sido portavoz de esta ley por S&D, rescata también la Oficina de IA que se pone en marcha con la normativa que "solucionará las dudas que les surjan a sus usuarios de estas herramientas".
En el caso de la
supervisión de las plataformas de salud, García no ve "incompatible" el aval de organizaciones como la OMC, pero reconoce que
no lo considera "necesario". "Para operar en la Unión Europea tienes que pasar por estrictos registros que tiene la propia UE. No es incompatible pero tampoco sería estrictamente necesario. El estándar que se va a plantear ya es un estándar de máximos,
el más riguroso del mundo", concreta.
"Hay que aprovechar el Espacio Europeo de Datos Sanitarios y la IA, sobre todo en la investigación médica"
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La privacidad del paciente en la nueva IA
Otro de los puntos clave en el debate de la inteligencia artificial en la sanidad pasa por
la privacidad del paciente. Desde el grupo que integra a Unidas Podemos han anticipado la importancia de garantizar con la nueva legislación que
esta tecnología proteja los datos de los usuarios, evite la discriminación o garantice el
derecho al olvido oncológico para conseguir que las nuevas herramientas estén realmente al "servicio de las personas".
Los morados ya han conseguido además que se incorporen al texto algunas de sus peticiones como la
prohibición de la identificación biométrica. Mientras que han hecho un llamamiento para asegurar los "
requisitos de accesibilidad y calidad para los sistemas de alto riesgo, como es el ámbito sanitario".
En el grupo parlamentario consideran que la inteligencia artificial puede traer importantes mejoras en el acceso a la sanidad, la atención personalizada, los
tratamientos innovadores o el recorte en el
tiempo de diagnóstico, aunque han advertido sobre el peligro de que termine generando desigualdades entre los grupos económicos. "La cuestión es si se hace con el objetivo de mejorar la vida de la gente desde un enfoque de derechos y libertades, o si se convierte en una herramienta para restringir derechos y crear
una brecha entre quienes se benefician, especulan y hacen negocio con la inteligencia artificial, y quienes sufren sus efectos negativo”, ha apuntado Villanueva.
Por su parte, desde el Partido Popular Europeo (PPE), agrupación a la que pertenecen los eurodiputados españoles del Partido Popular, celebran que se ponga el foco en el
desarrollo de la IA con una perspectiva sanitaria. "Hay que aprovechar el Espacio Europeo de Datos Sanitarios y la IA, sobre todo en la investigación médica, ya que puede permitir grandes avances y beneficios en la lucha contra todo tipo de enfermedades, en particular, el cáncer", aseguran desde el grupo.
Desde la formación popular también inciden en la importancia de que, aunque se persiga el avance de la IA, en todo momento "se garantice la
seguridad y privacidad de los datos de los pacientes y los ciudadanos". "Esto es también una prioridad”, recuerdan.
De esta manera, abogan desde el grupo por potenciar el espacio que brinda la IA, en pro de mejorar "la
investigación científica, y la prevención y la cura de enfermedades", pero siempre "garantizando la privacidad de los datos de los pacientes".
"De ninguna forma podemos plantearnos un futuro en el que la IA sustituya a médicos, enfermeros o investigadores sanitarios"
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Una IA que no sustituya a los profesionales sanitarios
La creación de este informe de IA europeo constata el
control que se debe tener de esta tecnología para obtener beneficios de todas las posibilidades "inmensas y magníficas" y que, en materia de sanidad, son muchísimo mayores según el portavoz de S&D,
Ibán García.
"No obstante, hay un principio general en el que abundan los expertos en esta materia. Estos sistemas funcionan de manera óptima cuando cooperan con un ser humano y
de ninguna forma podemos plantearnos un futuro en el que los profesionales sanitarios, médicos, enfermeros o investigadores sean
sustituidos por esta tecnología", puntualiza.
Además, a este control de la IA habrá que sumarle otra
"ley importante" que está culminando su negociación europea: la ley de datos. "Puede ser una gran fuente de generación de bases de datos con la que se
puedan beneficiar los sistemas de salud y la investigación. La c
ombinación de ambas leyes pretende ser un optimizador de los beneficios que se pueden generar con la utilización de la IA y otras herramientas tecnológicas, y al mismo tiempo prevenir cualquier desviación", analiza.
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