El gobierno de la sanidad española queda a expensas de pactos y bloqueos

La gobernabilidad de la sanidad es una gran incógnita tras las elecciones generales. Los resultados de las urnas han dado una ligera ventaja aritmética al bloque de la izquierda para que reedite la fórmula de la coalición por segunda legislatura consecutiva con el apoyo de sus socios habituales del nacionalismo. Sin embargo, la suma no alcanza el umbral de los 176 escaños de la mayoría absoluta. Esta condición obliga a Pedro Sánchez  y Yolanda Díaz a buscar la abstención de alguna de las formaciones que votaron en contra en la anterior investidura, como Junts, para evitar una repetición electoral.

La suma de PSOE (122 diputados) y Sumar (31) ha concedido a la actual alianza del Ejecutivo un total de 153 parlamentarios, con el 99 por ciento del voto escrutado. A la ecuación se pueden sumar los apoyos de Esquerra Republicana (7), EH Bildu (6), el Partido Nacionalista Vasco (5) y el Bloque Nacionalista Galego (1), que durante los últimos cuatro años han respaldado el grueso de las iniciativas en el Congreso de los Diputados. En total, podrían obtener un máximo de 172.

Esta realidad obliga al actual equipo de Gobierno a debatir con las principales fuerzas nacionalistas de Cataluña y el País Vasco para lograr más síes que noes en la segunda votación de la sesión de investidura e intentar vencer un posible bloqueo. En materia sanitaria, sobre la mesa se pueden situar algunos asuntos clave como la transferencia de las competencias del MIR que exigen buena parte de sus socios.

El escenario postelectoral se antoja similar al de las elecciones generales de 2019, aunque en esta ocasión la suma es más complicada. En la anterior legislatura, PSOE y Unidas Podemos se repartieron los asientos en el Consejo de Ministros de acuerdo a la representación obtenida. Sanidad quedó finalmente bajo el control del equipo de Pedro Sánchez con el nombramiento de Salvador Illa, que después fue sucedido por Carolina Darias y, en última instancia, por José Miñones.

La difícil suma electoral de la derecha

La ecuación en el bloque de la derecha se antoja mucho más complicada, a pesar de que Alberto Núñez Feijóo se ha situado como el ganador de las elecciones tanto en número de votos como en escaños. La suma del Partido Popular (136) y Vox (33) se queda a siete puntos del límite de la mayoría absoluta y su dificultad para encontrar apoyos entre el resto del arco parlamentario condiciona sus opciones para alcanzar la Moncloa.

La única receta posible pasa por lograr también los apoyos del Partido Nacionalista Vasco (5), Unión del Pueblo Navarro (1) y Coalición Canaria (1). Sin embargo, el grupo que lidera Aitor Esteban ya anunció que no respaldaría ninguna coalición en la que tenga participación el partido de Santiago Abascal. Solo la renuncia de Vox a formar parte activa del Ejecutivo abriría esta puerta, aunque esta alianza se antoja complicada viendo la trayectoria política en lo que va de legislatura.

El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ya ha adelantado antes de que arrancara el escrutinio que su partido intensificará las negociaciones, lo que aleja la posibilidad de un apoyo a los populares sin entrar en el Gobierno. Y deja todavía más en el aire el futuro del Ministerio de Sanidad. “Nosotros, como hemos dicho, no vamos a regalar nuestros votos y vamos a hacer respetar a nuestros votantes”, ha apuntado.

Las dificultades para encajar una alianza en la derecha dejan en peligro algunas de las iniciativas en las que coincidían los dos grandes partidos del polo de la derecha en materia sanitaria. La reforma de la Atención Primaria, las mejoras para acelerar la incorporación de innovación sanitaria en el Sistema Nacional de Salud (SNS) o el impulso de terapias oncológicas eran algunos de los temas de mayor consenso.

Esta aritmética también complica la posible reestructuración del Ministerio de Sanidad. En la pasada legislatura la cartera se dividió por primera vez en tres para dar autonomía al área de Consumo y a la de Derechos Sociales. Tanto Partido Popular como Vox ya han anticipado durante la campaña su intención de recudir el número de asientos en el Consejo de Ministros, lo que conllevaría una reunificación.