La portavoz de sanidad de Ciutadans en el Parlament de Catalunya, Anna Grau.
Ciutadans no desiste en reivindicar sus propuestas en materia sanitaria en el Parlament de Catalunya a pesar de perder en las últimas elecciones 24 diputados, hasta quedarse en seis. La portavoz de sanidad del grupo parlamentario en la cámara,
Anna Grau, considera que las prioridades de gasto de la Generalitat "dejan mucho que desear" y que debido al 'procés'
"ahora somos víctimas de una sanidad infrafinanciada".
Grau alerta de que "aparentemente vamos camino de un
3 por ciento con bata blanca". En esta legislatura, una moción presentada por Ciutadans logró aumentar el gasto sanitario hasta el 5,6 por ciento del PIB y también avanzar en transparencia y accesibilidad de datos. En este sentido, la diputada asegura que la gestión sanitaria en Cataluña es opaca. Grau loa la trayectoria profesional del conseller de Salut, Josep Maria Argimon, y destaca su talante conciliador, pero duda de que pueda cambiar
un modelo "que está podrido hasta la raíz".
¿Cree que el Govern desatiende la salud?
Sí, pero hay que contextualizar. Las prioridades de gasto de la Generalitat dejan mucho que desear. El Govern se queja de un presunto expolio fiscal por parte del Estado y es verdad que la financiación autonómica es mejorable, pero lo que es aún más mejorable es la gestión. La salud es una parte capital del modelo político catalán. Debido al periodo más sangrante del 'procés' ahora somos víctimas de una sanidad infrafinanciada. Además, el dinero que se dedica a la sanidad se reparte mal y oscuramente. Es muy difícil hacer rendir cuentas. Intentamos fiscalizar el gasto y es adentrarse en una selva oscura. Soy consciente de las iniciativas que quiere aplicar el actual conseller, Josep Maria Argimon, que es un hombre de una valía contrastada, pero también es un hombre del sistema. Es consciente que el sistema tiene unas inercias que no van a cambiar e intenta minimizar los daños, pero no cambiar el modelo. Ahora mismo vamos a un 3 por ciento con bata blanca. Del gasto sanitario están saliendo muchas partidas inexplicables y con esa mochila es muy difícil prestar un buen servicio.
¿Es deficiente la gestión de la pandemia por parte de la Generalitat?
Sin duda. En la pandemia no ha hecho un buen papel nadie. Los gestores sanitarios intentan justificar el modelo más que arreglarlo e intentan tapar las miserias para que no se vean. Es importante que la gente sepa que el modelo de residencias está obsoleto de antes del covid porque la gente se cree que mandas al abuelo a un semihospital y no es así. Sé que muchos abuelos en Cataluña no recibieron la atención debida y que eso se quiere tapar con la complicidad del PSC. Evidentemente hay un blanqueamiento mutuo, tú no pides cuentas de la mala gestión del Ministerio de Sanidad, liderado entonces por Salvador Illa, y yo no te pido cuentas de lo tuyo.
Por otra parte, el escándalo que hemos visto en la Comunidad de Madrid con las mascarillas del hermano de la presidenta ha abierto una veda porque si los contratos sanitarios ya eran un coladero de tráfico de influencias, con la pandemia esas tendencias se acentuaron en lugar de ir a menos. Aquí probablemente no se salva nadie y en el momento en que cae el primero, ya van otros detrás.
A finales de 2021, gracias a una moción presentada por Ciutadans, se aumentó el gasto sanitario hasta el 5,6 por ciento del PIB. ¿Es suficiente?
No, nunca es suficiente y más en un momento en que hay que ver el gasto sanitario desde una perspectiva muy amplia. Por ejemplo, en el tema de los enfermos de ELA hemos tenido que pelear en el Congreso de los Diputados para que se tramite una ley. No obstante, un enfermo de ELA debería tener reconocida la incapacidad absoluta y permanente desde el momento del diagnóstico, todo lo demás es insuficiente. En Cataluña se nos han quejado pacientes de ELA porque decían que eran poco menos que empujados a la eutanasia. Evidentemente la muerte digna es un derecho, pero no es un deber. Ahora estamos hablando con la Generalitat y podrían estar abiertos a reconocer incapacidades más altas que las reconocidas en el Congreso de los Diputados. El problema es que el gasto en salud estricto ya es muy insuficiente y todo el gasto social que debería ir asociado se diluye.
En ese sentido, ¿se queda corto el presupuesto de Salut de 2022?
Se queda muy corto y eso que es un presupuesto dopado, que chupa de los fondos Next Generation. Estamos muy lejos del 25 por ciento para Atención Primaria, de lo ideal y casi diría de los mínimos, y lo ve cualquier usuario. A eso se le añade que la gestión dicta de ser óptima y transparente y estratégica. Aquí viven al día, no tienen capacidad de planificación y lo peor es que no se entra en el fondo de la cuestión. En la Comissió de Salut, estoy harta de presenciar que muchas iniciativas o no se aprueban o se aprueban y no se hace nada, porque el grado de incumplimiento de las medidas que se aprueban en este Parlament es atroz. O, pero aún se aprueban con unas enmiendas de los grupos del Govern que le quitan todo el contenido económico. A la gente se la engaña constantemente, se le transmite que hay un debate sanitario, una preocupación y unas demandas, pero estamos en un perpetuo punto muerto.
Esa misma moción incluía "avanzar en transparencia y accesibilidad de datos". ¿Es opaca la gestión sanitaria en Cataluña?
Totalmente, es muy difícil separar el grano de la paja. La información, si llega, llega dos años después, absolutamente desfasada y descontextualizada. En este tipo de gasto, como en otros muy sensibles, el control debería ser en tiempo real, sino previo. Se abusa de las externalizaciones a empresas privadas que a veces tienen un grado de proximidad muy poco deseable con miembros de los partidos del Govern.
Haría falta un baño de exigencia moral y de transparencia en todos los sentidos. Lo que pasa es que aparentemente vamos camino de un 3 por ciento con bata blanca. La alarma social que suscitan los temas sanitarios amortigua el sentido crítico y se hace mucho más difícil pedir cuentas. Entre la fragmentación de la información, que los datos son alusivos, las decisiones son arbitrarias y opinables y no hay un verdadero control parlamentario, poco nos pasa.
"Ahora mismo vamos a un 3 por ciento con bata blanca. Del gasto sanitario están saliendo muchas partidas inexplicables"
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¿Qué debe cambiar en el modelo sanitario catalán?
No es realista renunciar a la sanidad concertada, como proponen otros grupos parlamentarios. Para empezar, lo público no es sinónimo de buena gestión y tiene unas carencias tremendas. A mí el modelo concertado me parece bien, pero es verdad que el modelo concertado es un coladero si no está muy controlado. Por ejemplo, sobre el tema de los niños enfermos de cáncer que la Generalitat derivaba al extranjero habiendo dos centros de Madrid. Finalmente conseguimos que el conseller se comprometiera a derivarlos a Madrid. Otro asunto, si ha habido que llevar a rastras al presidente de la Generalitat a la Conferencia de Presidentes, ¿cómo va a funcionar la coordinación entre comunidades autónomas? El modelo sanitario es un fiel reflejo, no del fracaso del Estado de autonomías como modelo, pero sí de la mala gestión del mismo.
¿Son insuficientes las medidas para abordar la salud mental?
La salud mental es una de nuestras banderas. Ya en la legislatura pasada metimos muchas iniciativas para que se abordara la salud mental y fuera considerada una prioridad para que dejara de ser un lujo y crear consciencia de que hacia falta un plan nacional de prevención del suicidio. Con la pandemia creo que la gente se ha sensibilizado y la salud mental ha dejado de ser vista como un tabú, como algo estigmatizable, porque ahora a cualquiera le puede tocar y ahora por fin hay voluntad política de hacer algo, pero una vez más nos estrellamos con la falta de recursos. Por ejemplo, habla de un plan nacional de prevención del suicidio en Cataluña dotado con 15 millones de euros. Eso son tres embajadas de Puigdemont en el extranjero y el presupuesto de TV3 son 284 millones de euros.
¿Apoyan el acuerdo para implantar la atención pública de la salud bucodental?
Sí, por supuesto. El problema es que estas cosas se aprueban y el día que se aprueban hay una gran alegría en el hemiciclo, pero luego no se cumplen. En todos los parlamentos e instancias legislativas hay incumplimientos, pero el grado de incumplimiento de las cosas que se aprueban en el Parlament de Catalunya es espantoso. Estamos totalmente a favor de esta iniciativa, pero soy muy pesimista con que realmente se implemente porque los costes serían muy elevados y supongo que va a quedar en una declaración de intenciones.
¿Están a favor de desprivatizar el 061 e internalizar el transporte sanitario?
Sí, con matices. Estamos a favor de una progresiva internalización del servicio, aunque con cautela, porque en este caso parece que es más una problemática sindical que asistencial. Por desgracia ahora mismo gestión pública no es garantía de mejor eficacia. Puede ser garantía de que el trabajador del transporte sanitario esté mejor retribuido y tenga mejor estabilidad laboral, lo cual es deseable, pero no necesariamente nos acerca a solucionar el problema del paciente.
¿Qué nota le pone al cerca del primer año de Josep Maria Argimon como conseller de Salut?
Hay que tener en cuenta que veníamos de un agujero negro con la gestión de Alba Vergés, que fue demoníaca y con un desprecio hacia la realidad médica. Es verdad que le tocó torear un toro muy difícil y pagó un peaje con las tensiones entre los partidos del Govern. Argimon es mucho mejor profesional, conoce el sistema mucho mejor y sobre todo tiene un talante mucho más conciliador. Argimon es un hombre que busca soluciones pero es víctima de un modelo que está podrido hasta la raíz. Con Argimon las cosas no van a ir a peor, pero tampoco creo que tenga la capacidad de arreglarlo todo. Además, tiene de bueno lo que tiene de malo. Tiene de bueno que conoce muy bien la sanidad catalana y tiene de malo que es un hombre del paradigma. Al menos con Argimon se puede hablar y en temas concretos como esto de la protonterapia y la ELA pues poco a poco obtienes un compromiso de revisar las cosas.
"El modelo sanitario es un fiel reflejo, no del fracaso del Estado de autonomías como modelo, pero sí de la mala gestión del mismo"
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¿Cuál es su propuesta para la Atención Primaria?
La Atención Primaria es ahora mismo en Cataluña la trinchera más sangrante de esta guerra. Necesita dinero. Si en lugar de mejorar la financiación de algo ocultamos los costes reales, puedes pasar la maroma políticamente, pero no la pasas asistencialmente. En la práctica la Atención Primaria está totalmente desbordada y da de sí lo que da. Lo que se hace para no admitir que faltan recursos es minimizar aquello que no se puede hacer con los recursos que hay. Por ejemplo, si ganas en velocidad de diagnóstico, lo pierdes en lista de espera.
¿Cree que hay que recentralizar competencias en materia sanitaria?
La sanidad es una especie de patata caliente que ahora mismo todas las administraciones gestionan mal y se la sacuden. No tengo claro que una recentralización arreglara el problema y más viendo cómo gestiona el Ministerio de Sanidad. Sí creo que habría que mejorar mucho más la colaboración entre autonomías e, insisto, hacerlo todo mucho más transparente. La gente es muy celosa de sus recursos, porque son pocos y sobre todo comunidades como Cataluña o Madrid, que tienen muchísimo desplazado sanitario y son reacias a gastarlo en gente que está de paso. Creo que aquí todo el mundo mira para otro lado.
¿Mantendría los consorcios sanitarios con entidades privadas?
No es realista pretender lo contrario, pero creo que tiene que estar mucho más fiscalizados y, sobre todo, debería haber un límite en el tiempo. Creo que debería haber una saludable rotación de las empresas que ofrecen servicios. Por ejemplo, el Institut Guttmann en la práctica tiene una posición monopolística de mercado. Si los pacientes están bien y la gestión de la Guttmann es sinónimo de calidad, nada que decir; pero a lo mejor estaría bien que una empresa pudieras ser proveedor de la Guttmann durante un límite consecutivo de tiempo y que luego tuviera que entrar otra.
¿Qué mejoras concretas sobre condiciones laborales y retributivas impulsaría para médicos y enfermeras?
Es objetivo que trabajan mucho, cobran muy poco y uno de los dramas de Cataluña es que la gente que viene a hacer el MIR no se queda, sale zumbando. Aquí la vida es más cara que en otras comunidades, los sueldos son los que son y no hay una capacidad de captación. Puede que tengan razón, pero en un contexto económico en que todo el mundo vive una precarización económica asombrosa, pues con todo el dolor de mi corazón igual mi prioridad no es mejorar las condiciones de ese sanitario, sino mejorar los recursos para el paciente. Por otro lado, soy consciente de que si los sanitarios trabajan demasiado al límite, eso repercute directamente en la calidad de vida del paciente.
¿Cómo se puede paliar el déficit de profesionales sanitarios?
Con dinero. Ahora se le echa la culpa de todo a la pandemia o al expolio o déficit fiscal en Cataluña. La sanidad catalana ha sufrido unos recortes bestiales. La prioridad del Govern es: 90 por ciento para el 'procés' y 10 por ciento para pipas. La sanidad es una de las cosas donde más se ha recortado y que más ha notado los efectos.
"La sanidad es una especia de patata caliente que ahora mismo todas las administraciones gestionan mal y se la sacuden"
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¿Ha sido el 'procés' un problema para contratar sanitarios?
Sin duda, el 'procés' es un problema para todo. Lo más criminal del 'procés' es el dinero que se han pulido en tonterías que hacían falta para estas cosas. El 'procés' ha situado la economía catalana al borde de la economía castrista en Cuba. Además, ha generado dinámicas clientelares muy perversas.
¿Y el requisito del catalán?
La exigencia del catalán evidentemente tampoco ayuda. Se puede comprender, pero es un obstáculo añadido a una situación ya muy deteriorada y degradada. En estos momentos nos urgiría que vinieran muchos más sanitarios, pero si no contratas personal, por el tema lingüístico, sin quitarle importancia, es obvio que tus prioridades no son las que deberían ser.
¿Está en contra de que Cataluña pudiera recibir la competencia para acreditar sus plazas MIR de forma independiente?
En contra, en contra, no, pero depende de cómo lo hagan. Hasta ahora la Generalitat no se ha distinguido por una gestión ejemplar de estas cosas. Deberíamos trascender el debate competencial, de quién toma la decisión, sobre a cómo se toma esa decisión, si la decisión es buena o es mala. Lo esencial es si funciona o no funciona y creo que se están tomando muchas decisiones que no funcionan y que hay un blanqueamiento mutuo.
¿Cree que las condiciones de los MIR catalanes son las peores de España?
Sé que son malas, no sé si me atrevería a decir que son las peores de España, pero sé que son malas y que Cataluña no es nada competitiva en ese sentido. No sé si es la peor peor de toda España, pero es uno de los sitios donde más se quejan.
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