El ingreso residencial del alzhéimer, alternativa inevitable

Una decena de familiares de pacientes con alzhéimer y tres profesionales sanitarios españoles han alertado del internamiento del enfermo sin la exploración previa de otras opciones de acompañamiento e incluso de acción terapéutica en su propio hogar. 

Se trata de una reflexión unánime a raíz del visionado de la película 'Arrugas', de Ignacio Ferreras, en la sede del Instituto de Innovación y Desarrollo de la Responsabilidad Social Sociosanitaria (Inidress) a la que han asistido el neurólogo del Hospital La Princesa de Madrid, Florentino Nombela; el presidente de la Federación de Alzheimer de Madrid, Saturnino Cubero; y el neumólogo del Hospital La Princesa de Madrid, Javier García Pérez.

Javier García Pérez, Florentino Nombela y Saturnino Cubero, en el coloquio posterior a la proyección de la película.

Este último ha resaltado cómo el filme reproduce el drama de la persona internada, si bien se trata de una opción en ocasiones inevitable y que los familiares toman una vez pasan años del proceso patológico. “Hay personas que acuden todos los días a visitar a sus familiares enfermos, alguna a la que conocemos incluso lo ha hecho durante 26 años consecutivos”, ha revelado el presidente de la Federación de Alzheimer de Madrid, Saturnino Cubero.

Para Cubero, también presente en el foro, por desgracia “no hemos avanzado con nada nuevo para la enfermedad en los últimos diez años”, y ha matizado que, en efecto, uno de los primeros dramas adicionales de la enfermedad pasa por el internamiento en residencias de los enfermos, decisión “durísima” para cualquiera desde su punto de vista, extremo que ha ratificado García Pérez.

El director ejecutivo del Inidress, Ismael Sámchez, junto con Yolanda Tellaeche, presidenta del Instituto de Formación de Cofares. A la dcha., momento del coloquio.

Este último ha reflexionado sobre la conveniencia de llevar la corriente al paciente aquejado con la enfermedad para hacer más agradable su vida, y ha puesto el acento, asimismo, en la importancia del diagnóstico clínico y también de la actividad cognitiva como agente que retrasa el progreso de la patología.

Preguntado por el auditorio acerca de la relación óptima del médico con esta clase de pacientes, García Pérez ha recomendado no mentir en caso alguno al enfermo pero también demostrar el tacto suficiente como para reconocer la ignorancia científica sobre la enfermedad, que solo se diagnostica con toda fiabilidad a partir del examen directo el tejido cerebral.