18 may. 2017 11:50H
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Si la vida hospitalaria de los profesionales médicos ha inspirado a guionistas para crear series de éxito como 'Urgencias' (NBC), 'Hospital Central' (Telecinco) o incluso 'Allí abajo' (Antena 3), el día a día de los pacientes también es un cajón de sastre del que se pueden extraer múltiples anécdotas. Los hospitales son lugares llenos de ajetreo, estrés y mucho, pero que mucho trabajo. Tanto, que algunas veces ni pacientes ni los trabajadores pueden descansar a gusto.
La médico y twittera, Mónica Lalanda ha compartido en su Twitter una crítica al ruido de los hospitales realizada por un conocido suyo que ya se está haciendo viral."¿Podría alguien explicarme por qué los hospitales a primera hora de la mañana se convierten en pequeños campos de tortura para los pacientes?", comienza así su alegato un usuario de Facebook, que se queja del excesivo ruido en el centro hospitalario en el que se encuentra ingresado por un proceso grave.
Dormir plácidamente no es una opción, como bromea en post de la red social: "En primer lugar y antes del amanecer, cuando realmente nos estamos quedando dormidos, de repente alguien te enciende te enciende una luz en los ojos y te dice: 'Te voy a sacar sangre'. ¡Ya se ha jodío! El vampiro de turno se marcha, pero deja la puerta de la habitación abierta para que podamos disfrutar bien de los ruidos increíbles que se producen en los pasillos. Enfermeras dando ordenes y medicaciones, auxiliares entrando y saliendo con ruidosos carros llenos de esa ropa infame del hospital... Esas sábanas que rascan, ese camisón del culo al aire, esas esponjitas guays y esas toallas que parecen una lija del número 8. Y te tienes que levantar de la cama sí o sí, aunque no puedas caminar".
Pero, el alboroto del que se queja este paciente no solo proviene de la rutina diaria del centro médico."Mientras, en los pasillos proliferan los vociferios de familiares, amigos... Que nunca han sido educados para comportarse en un hospital", señala en su post.
Como si de un monólogo televisado se tratase, en su anecdótico relato se sincera y critica con humor ácido su experiencia en el hospital. "Y ahora aparece el carro del desayuno... Run, run, run. ¡Que llego tarde! Y tú lo miras con cara de pena y piensas: que prisas tendrá este capullo. Vuelve la auxiliar, por supuesto hablando a voces y te dice: '¿Cama o sillón?" Y como estés solo y no te muevas bien, como pidas sillón... Ahí te quedas toda la mañana como un palo", destaca el hombre.
La agonía de este enfermo concluye de manera muy cómica, comparándolo con las noches de fiesta en su barrio. "Y cuando piensas que ya todo ha terminado y vas a descansar un ratito, aparece siempre de entre la bruma de ese ser primario, de voz desagradable y cazallera y te dices a ti mismo... Bueno majo, esto es como la calle de los bares un finde. Te cagas en toh e intentas dar una cabezadita hasta el próximo carro", concluye.
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