Rosa Ramos Torío, vicesecretaria del Consejo General de la Psicología y coordinadora del Área del del Ejercicio privado, Intrusismo y Defensa de la profesión.
La preocupación por la
salud mental sigue ‘in crescendo’ entre una población que demanda una atención de calidad para estas patologías. Es por esto que, recientemente, ha surgido en redes sociales un debate en torno a si los
psicólogos recién graduados del Máster de Psicología General Sanitaria están preparados para ofrecer sesiones “por su cuenta” y
sin supervisión de profesionales con más experiencia. Para zanjar este debate,
Redacción Médica ha consultado al
Consejo General de la Psicología de España. Rosa Ramos Torío, vicesecretaria de este organismo y coordinadora del Área del Ejercicio Privado, Intrusismo y Defensa de la profesión asegura que “si la preparación de ese profesional es la adecuada, ha seguido los cauces requeridos, se sigue formando para estar al día de las actualizaciones de la profesión, y posee una preparación teórica técnica, e
stá listo para atender a los pacientes”.
Esto se debe, según detalla Ramos, a que dentro de la formación específica del
Máster General Sanitario, “se realizan prácticas en centros sanitarios, al igual que en el caso del psicólogo clínico se realizan
prácticas en centros públicos”. Por supuesto,
la condición de máster es un requisito indispensable a la hora de dar este paso, ya que el grado de
Psicología no habilita por sí mismo para ejercer.
Además, cuando se trata de
psicólogos sanitarios que ejercen por cuenta propia, se requiere que tenga una autorización de creación y funcionamiento de centro sanitario, que la concede el departamento de salud de la comunidad donde se va a ejercer, previa revisión y comprobación del
título oficial expedido por el
Ministerio de Educación y del
título de Especialista en Psicología Clínica obtenido vía
PIR o del Máster General Sanitario, también expedido por una Universidad Oficial, tal y como explica Ramos.
Junto a esto, deben disponer del
número de colegiado, un seguro de responsabilidad civil y
alta en Hacienda y en la Seguridad Social, además de en el ayuntamiento donde está ubicada dicha consulta. “Dado que en ese centro se van a realizar i
ntervenciones psicológicas en aquellos aspectos del comportamiento de las personas que influyen en la promoción y mejora de la
salud mental, estos requisitos son imprescindibles”, señala la vicesecretaria.
¿Están preparados los psicológicos recién graduados?
En esta misma línea, Ramos detalla que un psicólogo no sanitaria
no puede realizar una actividad sanitaria, “independientemente de si es un centro sanitario o no en el que trabaja”. “Podría contratarse un psicólogo no sanitario en un centro sanitario, pero para
funciones no sanitarias (por ejemplo, en el departamento de recursos humanos)”, comenta.
A pesar de las preocupaciones que puedan surgir al respecto, Ramos asegura que los pacientes “
no tienen por qué sufrir riesgos” si el profesional tiene la preparación y la responsabilidad adecuada. Según añade, esto conlleva que, “si acude una persona con una patología específica en la cual el profesional no esté especializado, tiene la responsabilidad de
derivarlo a un psicólogo con la formación y
experiencia adecuada en dicha psicopatología”.
Ética profesional en la Psicología
Respecto a las
cuestiones éticas en la práctica psicológica, Ramos destaca que el
Código Deontológico del Consejo de Psicología de España “deja muy claro la importancia de que, independientemente de las escuelas teóricas en las que nos basemos para nuestra intervención psicológica, debemos estar al día de las
investigaciones y de los
avances que la ciencia nos presenta a la hora de aplicar los sistemas de intervención que vamos a utilizar”.
En su opinión, esteos deben ser los más aconsejados por las guías de práctica clínica “basadas en los datos obtenidos a través de las
investigaciones”. “Es
responsabilidad ética de cada profesional, como ocurre en otras disciplinas, que realice intervenciones para las que está preparado/a con los pacientes, independientemente de que cumpla con los
requisitos de formación obligatorios”, añade.
En este sentido, según comenta, tanto en el ámbito
público como en el
privado, la profesión requiere “de un
reciclaje continuo”. “Los colegios profesionales ofrecemos formaciones continuas al igual que las administraciones en el ámbito de la salud, sin excluir la propia
formación que cada profesional quiera ejercer para ir
ampliando sus conocimientos de acuerdo con los datos científicos obtenidos a través de la investigación”, señala.
En muchos colegios existe un sistema de “
mentory” que ofrece ayuda y orientación a los psicólogos noveles a través de supervisión de casos clínicos, en donde psicólogos con amplia experiencia ofrecen sus conocimientos
de modo altruista, tanto para tener un buen conocimiento de los instrumentos de evaluación que vamos a aplicar como de las
técnicas de intervención más adecuadas a cada problema o situación que nos presentan las personas.
Por otra parte, Ramos detalla que la supervisión es una práctica que se produce por parte de profesionales expertos con muchos
años de experiencia y un alto nivel de formación. “Se establece en toda la
formación PIR, durante cuatro años, para la obtención del título de Especialista en Psicología Clínica y en las prácticas del Máster General Sanitario, también a solicitud de distintos profesionales que consideran necesario hacer
supervisión de casos”.
“El
éxito y
reconocimiento de un profesional depende mucho del nivel de formación y de las
estrategias de intervención que utiliza dentro del contexto de salud, por ello es obligatorio ejercer la profesión con
responsabilidad, dando servicios con competencia profesional”, concluye la vicesecretaria.
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