Helio Carpintero, presidente de la Academia de Psicología.
Los psicólogos estrenan su propia Academia. La institución, en la que se ha trabajado durante los últimos tres años, buscará aumentar el reconocimiento de los profesionales, así como impulsar la investigación, conocimiento y desarrollo de la Psicología en todo el territorio nacional. Su presidente,
Helio Carpintero, es un fiel defensor del progreso y la búsqueda constante de mejoras, un espíritu que, junto con su equipo, impregnarán en los primeros pasos de la
Academia de Psicología.
Consciente de que “la necesidad de especialización es clara”, Carpintero ve con buenos ojos las propuestas de aumentar la oferta de formación sanitaria especializada destinada a los psicólogos, pero bajo una condición inexpugnable. “Siempre que eso no implique en que nuestros profesionales e investigadores se metan en ciertos caminos extremadamente especializados que no ofrecen la posibilidad de reinstalarse o replantearse su labor, en el supuesto que su destino o línea profesional se detiene”.
¿Cómo surge la idea de presentar al Ministerio de Educación?
Helio Carpintero explica el riesgo de la 'microespecialización' de los psicólogos.
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La idea de presentar y conseguir una Academia en el mundo de la Psicología ha ido creciendo en el último cuarto de siglo. Es un paso importante, ya que actualmente es una de las carreras que tiene mayor demanda, que ha conseguido tener departamentos y secciones e, incluso, facultades donde se ofertan cerca de 30 licenciaturas. Además, hay un cuerpo profesional, normalmente numeroso, por el orden de los 60.000 psicólogos colegiados.
Por consiguiente, es un campo que profesionalmente es muy rico y que en su dimensión científica e investigadora también ha desarrollado mucho y se han formado grupos especializados en toda suerte de líneas de investigación y de campos de especialidad que hay dentro de la Psicología. Todo este mundo, en una forma u otra, ha sentido la aspiración de tener una institución como es una academia, siendo un centro que reúne a personas que sean particularmente distinguidas y socialmente relevantes, para que se reúnan y, en ese sentido, contribuyan a dar visibilidad a ese campo científico.
Usted fue uno de los impulsores de la iniciativa en noviembre de 2013
Fueron muchos los colegas nuestros, nosotros mismos, que nos sentimos animados a buscar la creación de una academia. El grupo de profesionales que forman los colegios de psicólogos estaban absolutamente de acuerdo y en esa cooperación de los profesionales y de la gente de investigación de la Academia surgió un pequeño grupo que asumimos la tarea de configurar un proyecto hacia la presentación y mover la petición delante del Ministerio.
Desde hace probablemente cinco o seis años, hemos estado dándole vueltas a cómo podría hacerse. Después nos pusimos manos a la obra para cumplir los requisitos como una petición de ese tipo tiene que tener y finalmente lo presentamos al Ministerio de Educación. La nuestra es una academia que se está fuera del Instituto de España, pero en continua relación con ese instituto, dependiendo también del mundo del ministerio y está reuniendo a profesionales investigadores. Estamos empezando ya activamente a funcionar.
¿Cómo está organizada la Academia?
La Academia se puso en marcha con la aprobación del Ministerio, quien nombró a los nueve primeros académicos para que pudiéramos empezar a funcionar. En un momento determinado, nos reunimos y elegimos a un grupo más reducido, para incorporarse a la academia y hacer posible que en ésta tuvieran personas capaces de llevar a cabo las distintas tareas y que comenzasen a desarrollar actividades intelectuales que pudieran dar sentido a la labor de la Academia.
A principios de 2015 hemos elegido 15 académicos más. En este momento somos 24 los miembros. Hemos decidido ser 24 porque la Academia tiene una estructura de 50 plazas medallas y eso pareció positivo dejar la mitad más uno de los sillones para que otros profesionales distinguidos se incorporen.
Está pendiente el que hagamos un acto de inauguración público que lo vamos a hacer en el próximo mes de noviembre. La Academia ya está plenamente fundada y plenamente en funcionamiento.
¿Qué beneficios aporta la para los psicólogos la creación de la Academia?
Por una parte, las Academias son centros que dan refuerzo, apoyo y distinción a los miembros que están presentes. Eso es, en el mundo de la ciencia, un elemento importante porque promueve que las personas nos esforcemos en alcanzar ese tipo de reconocimiento por parte de nuestros colegas. Eso siempre es muy importante en el mundo científico.
El reconocimiento de los colegas en uno de los factores que motivan a los profesionales a investigar y dedicarse a esas cosas mucho más que, en ocasiones, el dinero y otros de los beneficios materiales. En estos casos, el premio es ser distinguido por los colegas. La Academia por una parte hace esto y, por otra, conecta con la sociedad, quien sabe que puede acudir a ellos para conocer cualquier aspecto de esta área de conocimiento, de la mano de personas distinguidas y académicos.
Sin embargo, no tiene ningún tipo de autoridad ejecutiva para hacer modificaciones o para introducir cambios en el marco de la organización educativa académica de los grupos de investigadores o de los grupos de docentes. No tiene tampoco, ningún tipo de competencia sobre el mundo profesional. Puede con su prestigio hacer sugerencias o hacer recomendaciones, porque no es obligatorio que se le haga caso.
Como primer presidente de la Academia, ¿cuáles son los principales proyectos y objetivos de su legislatura?
Helio Carpintero durante la entrevista.
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No tiene mucho misterio. El primer objetivo ha sido y sigue siendo que la Academia funcione y que funcione bien. Es decir, que es importante que el grupo de gente que estamos ahí estemos ya puestos a ir trabajando sobre los temas intelectuales que nos interesan acerca del mundo de la Psicología.
En este momento, nuestros miembros han elaborado un trabajo de investigación, acerca de un tema psicológico de manera que su función sea su pieza o su discurso de ingreso en la Academia. En ese momento hay 24 trabajos que están recién elaborados por nuestros compañeros y de los cuales vamos a hacer una publicación muy pronto para que eso conste y esté en las manos y a los ojos de todo el mundo.
Estamos, además, iniciando la organización de reuniones científicas sobre temas que tienen que ver con problemas concretos de la Psicología. Ya están en marcha en este momento, para este último trimestre, un par de seminarios no muy largos pero son un par de seminarios que van a tratar temas de este tipo. En ese sentido digamos también que me ha preocupado y vamos echando a andar la creación de un equipo de trabajo que vaya resolviendo los sucesivos problemas.
¿Cuáles cree que serán los retos a superar para alcanzar esas metas?
Creo que hay retos de muy distintas maneras y niveles. Un reto es encontrar modos de que consoliden nuestra existencia, desde financiación, posibilidad de que incorporemos entidades que puedan considerarse amigos de la Academia de Psicología y de que, en ese sentido, están dispuestos también a prestarnos su apoyo para seguir yendo adelante. Un tercer reto es que, habiendo mucha gente en nuestro campo psicológico, hay que convencer que es bueno estar en la Academia y formar parte de ella.
Hay un reto que también es muy importante que es el de superar las barreras de nuestra organización nacional para pasar a un nivel que podamos llamar internacional. Entonces hay algunas academias en el mundo latinoamericano con los cuales estamos iniciando contactos. Por lo tanto, estamos en contacto y estamos en relación con esas asociaciones de manera que queremos y creemos que es muy importante que cuánto más internacional sea nuestra ciencia, y a la vez, cuánto más directamente enraizada esté en los problemas nuestros, habremos conseguido la meta deseable.
¿Cómo definiría usted al resto del equipo que le acompaña en el inicio de la Academia?
Es un grupo de personas al que admiro. Muchos son investigadores de primera calidad y figuras distinguidas en los niveles internacionales de nuestro campo científico. La mayor parte de ellos son personas no solo de una gran competencia sino además de una gran capacidad de trabajo y deseo de cooperar. En ese sentido, la convivencia es enormemente fácil. El grupo que tengo es extraordinario para poder cooperar y para poder converger mentalmente.
¿Está previsto que ayuden a aumentar las regulaciones de una profesión que aún tiene vacíos y denuncia una elevada tasa de intrusismo?
La Academia no tiene en su mano el hacer recomendaciones acerca de las disposiciones de tipo regulativo. Sin embargo, no podemos ser insensibles a la situación social de nuestra profesión. Nosotros vemos que se padece de déficit en las delimitaciones o de insuficiencias, que la sociedad debería procurar evitar.
Tenemos en ese punto una labor esencial que es ser el resonador, el espacio donde se cobre más eco las necesidades y donde además se hagan sugerencias que, aunque sean un poco limitadas, apunten a posibles vías de solución. Eso, evidentemente, lo tenemos que hacer. Pero también siendo conscientes de que tampoco las academias están hechas para estar saliendo al "quite" de los problemas.
La Conferencia de Decanos de Psicología solicita más especialidades del PIR ¿está de acuerdo en aumentar la oferta de formación sanitaria especializada?
La psicología ha ido especializándose, por lo que la necesidad de especialización es clara. Siempre que eso no implique en que nuestros profesionales e investigadores se metan en ciertos caminos extremadamente especializados que no ofrecen la posibilidad de reinstalarse o replantearse su labor, en el supuesto que su destino o línea profesional se detiene.
Nosotros estamos cada vez más conscientes de que la profesionalización de una persona que se ocupa de temas o problemas de una persona, tiene que estar siempre abierto a posibles relaciones, que podemos llamar interprofesionales, y a las relaciones con otros inter-especialidades. Alguien que está muy orientado hacia la psicología en la escuela o psicología educativa tiene que estar también en muy estrecha relación con personas que vienen de la clínica o con personas que tienen que ver con el mundo social.
Por consiguiente, hay que tener profesionales y docentes cada vez mejor formados, pero con unos conocimientos que no les hagan perder de vista la totalidad de lo que significa la conducta humana, personalidad del ser humano y la mente de una persona, para no perder de vista dónde y en qué nos estamos ocupando.
El Real Decreto de creación de la Academia no concede una financiación directa, ¿cuáles son los canales que valoran para obtener los recursos necesarios para su funcionamiento?
Helio Carpintero explica el proceso de financiación de la Academia.
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Eso es un problema considerable. Las Academias del Instituto de España están dentro del presupuesto. Para las otras, el Ministerio concede ayudas. Nosotros en este momento hemos conseguido para nuestros primeros pasos una ayuda que nos permite ir trabajando, contamos con el apoyo también del grupo de los profesionales de la Psicología y de los Colegios de Psicólogo, que también están dispuestos a prestar una ayuda para que las necesidades mínimas estén resueltas.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan los psicólogos?
El reto de los psicólogos es complejo. El principal es que su acción siempre tenga cierta calidad. Es decir, que socialmente su labor se vea como algo muy útil, que justifique su existencia. Creo, por lo tanto, que tenemos un primer reto que es tomarnos totalmente en serio y aspirar a tener una posición que sea reconocida por los demás.
En segundo lugar, tenemos un problema muy importante también, de lo que podríamos llamar la dispersión. Tenemos miles de ámbitos donde el psicólogo puede tener su lugar y eso hace que sea necesario que los psicólogos busquen una cierta especialización, que puede consistir en: tragedias, en graves acontecimientos sociales, problemas de tipo familia. Por ende, tenemos que el ocupar un espacio tan grande de necesidades humanas que es un reto el ir adquiriendo la formación suficiente que nos permita estar al día.
Aunque el proyecto aún está tomando forma, ¿qué imagen le gustaría que tuviera la Academia para el año 2026?
Me gustaría que la Academia pudiera mirar hacia atrás y dijera: ¡vamos a celebrar 10 años y traemos en las manos muchas cosas!
A mí me parece que el mundo de las academias se justifica a través de las realizaciones de existencia social. Entonces, una de las cosas que me parecería deseable es que pudiéramos llegar diciendo: hemos hecho esto, promovido tales líneas de pensamiento, y producido tantos trabajos y libros, así como estado presente en actos internacionales y movilizado a colegas nuestros del mundo latinoamericano y europeo.
Si somos capaces de tener eso, estaré muy contento. Y, si lo puedo ver personalmente, todavía más.
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