Una
mala higiene bucodental favorece la aparición de
enfemedades cerebrovasculares. La gingivitis o la falta de piezas dentales, unido a los malos hábitos en el cepillado de dientes aumentan las posibilidades de padecer un ictus, según se desprende de un estudio publicado por American Stroke Association (división de la American Heart Association).
El ictus es la quinta causa de muerte y una de las principales causas de discapacidad en Estados Unidos. Según las últimas estimaciones de la American Stroke Association, tres de cada cinco personas en ese país desarrollarán una enfermedad cerebral a lo largo de su vida. Ahora, una investigación publicadada asocia la
gingivitis, enfermedad de las encías, así como los malos hábitos en el
cepillado de dientes que no eliminan el sarro a un
mayor riesgo de sufrir un ictus.
Para este estudio, realizado entre 2014 y 2021, los investigadores de la American Stroke Association analizaron el
vínculo potencial entre la salud bucal y la salud cerebral entre aproximadamente 40.000 adultos (46 por ciento hombres, con una edad media de 57 años) sin antecedentes de ictus inscritos en el U.K. Biobank. Los participantes fueron evaluados en busca de 105
variantes genéticas que se sabe que predisponen a las personas a tener caries, dentaduras postizas o pérdida de dientes; y se evaluó la relación entre la carga de estos factores de riesgo para la mala salud bucal y la salud cerebral.
A través de imágenes de
resonancia magnética se examinó los cerebros de los participantes en busca de signos que alertaran de una mala salud del cerebro como hiperintensidades de la sustancia blanca, definidas como daño acumulado en la materia blanca del cerebro, que pueden perjudicar la memoria, el equilibrio y la movilidad; o
daño microestructural, que es el grado en que la arquitectura fina del cerebro ha cambiado en comparación con las imágenes de un examen cerebral normal de un adulto sano de edad similar.
Deterioro en el cerebro
El análisis de las imágenes reveló que las personas que son genéticamente propensas a tener caries, a las que les faltaban dientes o necesitaban dentaduras postizas tenían una mayor carga de
enfermedad cerebrovascular silenciosa, representada por un aumento del 24 por ciento en la cantidad de
hiperintensidades de la sustancia blanca visibles. Estos sujetos habían aumentado el daño de la arquitectura fina del cerebro, representado por un cambio del 43 por ciento en los índices de daños microestructurales visibles en las imágenes.
"La mala salud bucal puede causar deterioros en la
salud del cerebro, por lo que debemos tener mucho cuidado con nuestra higiene dental, ya que tiene implicaciones mucho más allá de la boca”, explica Cyprien Rivier, autor principal de esta investigación. "Sin embargo, este estudio es preliminar y se necesita recopilar más evidencia, idealmente a través de ensayos clínicos, para confirmar que mejorar la salud bucal en la población conducirá a beneficios para el cerebro". Los investigadores apuntan a que se necesita una investigación adicional entre personas de diversos orígenes raciales y étnicos para confirmar los datos.
Un estilo de vida poco saludable aumenta el riesgo de
enfermedades cardíacas y
ataque cerebral, pero también afecta a otras áreas como a la capacidad de recordar cosas. "Estudiar la salud bucal es especialmente importante, porque las enfermedades que afectan a la boca son frecuentes y suponen un factor de riesgo fácil de modificar, puesto que todos pueden mejorarla eficazmente con una inversión mínima de tiempo y dinero", afirma el autor.
Las
enfermedades bucodentales no solo se asocian ahora a un mayor riesgo de ictus, sino que estudios anteriores ya certificaban su vinculación a enfemedades cardíacas y otras afecciones como la presión arterial alta.
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