Los participantes en la mesa de diálogo de redes sociales y adolescentes.
La jornada 'Hablemos de suicidio', celebrada por el
Colegio de la Psicología de Madrid en la Fundación Mapfre este 7 de septiembre, ha tenido como punto de encuentro final la mesa de diálogo 'La conducta suicida. Retos y desafíos en los medios de comunicación digital, redes sociales e Internet', moderada por
Luis Fernando López Martínez, psicólogo experto en la
conductas autolesivas y suicidas en entornos digitales, y coordinador técnico del proyecto 'Hablemos de Suicidio', que desde hace tres años desarrolla este colegio profesional.
Eduardo Torres, psicólogo especialista en trastornos de la conducta alimentaria, ha recordado que "el uso de las redes sociales impacta sobre el autoconcepto que tenemos sobre nuestro cuerpo", y ha señalado que hay estudios que relacionan uso de redes sociales con la prevalencia de una
conducta desordenada de la alimentación". "Los seres humanos están hechos para ser relacionales, y nos conectamos los unos con los otros. En la adolescencia nos estamos construyendo y tenemos mucha hambre de existir. Existimos en los ojos de los demás", ha concluido. Estas ideas pueden dar pistas de
por qué las redes sociales condicionan al adolescente en la imagen que percibe de los demás y cómo construye la propia a partir de ellas. "Las redes sociales son ventana al mundo, y espejo al mismo tiempo".
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En cuanto a la intervención del profesional clínico ante los problemas derivados el uso de las redes, Torres ha resumido en un "si acompañamos a las familias podemos cambiar el mundo; en toda la diversidad de familias que hay hoy en día, y darles los recursos para entender lo que está pasando", y respecto a los adolescentes, "escuchar", porque "
el adolescente no es el paciente, hay que verlo como tu coterapeuta que te va a ayudar si lo escuchas a entender ese mundo que le rodea".
También ha intervenido
Eva María Carretero, psicóloga experta en redes sociales, que ha pedido crear puentes entre el Ellos y el Nosotros que indican los adolescentes; es una cuestión de escucha unos a otros". "Vivimos a través de internet, que se ha convertido en un lugar donde compartir cómo nos sentimos, donde van a verlo los demás que se van a solidarizar o no con ello", ha explicado, al tiempo que ha añadido que internet puede ser un refugio para expresarse en el caso de aquellas personas que no tienen esta posibilidad en otras vías, y esto puede ser bueno o un peligro. Carretero en este punto ha introducido el concepto 'cibersuicidio' "que no es otra cosa que el efecto que puedan tener las tecnologías digitales en la conducta suicida". Ahí entra en juego el efecto copia, que también se desencadena antes mensajes negativos, ante imágenes de autolesiones, de suicidio.... Y eso es un caldo de cultivo ideal para el adolescente que siente que nadie le escucha ni le entiende.
María Gómez García, psicóloga divulgadora, ha ahondado en el llamado 'efecto llamada' ante el suicidio, y ha pedido una comunicación responsable tanto de los medios de comunicación (sin morbo, sin romanticismos ni fotos y detalles técnicos), como de no profesionales en las propias redes. Tampoco aboga por el silencio, porque se crea un tabú, "y es necesario buscar palabras entre todos para esos momentos".
Finalmente
Pablo Rodríguez Coca, psicólogo divulgador, como dibujante hace viñetas sobre salud mental, una vía que le ha servido para conectar con su hermana, con una enfermedad rara y que sufre además autismo y esquizofrenia, en un contexto como fue el confinamiento de la pandemia. Rodríguez Coca, cuya obra '
Esas cosas que nos pesan' ha llegado a las aulas, siente el arte como una vía de comunicación cuando están cerrados otros canales.
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