La cirugía o la inyección de sustancias son dos posibles soluciones, cuya elección yace en el origen del problema

¿Qué procedimientos existen para tratar la sonrisa gingival?
Más del 70 por ciento de los casos de sonrisa gingival son por motivos musculares.


18 jul. 2024 14:30H
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La sonrisa gingival es una desarmonía del tercio inferior de la cara, por la cual el afectado muestra un exceso de encía a la hora de sonreír. Esta viene producida por una anomalía de la boca, maxilares y músculos anejos, pero no es una problemática irresoluble. Existen varias respuestas para corregirla, aunque antes hay que plantearse la siguiente pregunta. '¿Cuál es el origen del problema?'.

Pese a que cada sonrisa gingival es diferente y su etiología -causa médica del asunto a tratar- es diversa, existe una serie de opciones que se repite en la mayoría de los casos. Y es que esta puede venir provocada por un problema óseo, dentogingival, muscular o combinado. El desencadenante determinará el enfoque terapéutico del profesional de Odontología, quien deberá realizar un análisis dento-buco-facial completo para dar un diagnóstico correcto. 

Según un comunicado de la Academia AMIR, si el factor etiológico es óseo -habitualmente un exceso del maxilar en sentido vertical-, no queda más remedio que aplicar tratamientos de ortodoncia. En ocasiones, estos se tienen que combinar con una cirugía ortognática para reducir el nivel de encía expuesta. 

En caso de ser dentogingival, lo más frecuente es que sea debida a una erupción pasiva alterada de las piezas dentales. El tratamiento conlleva una gingivectomía -extirpación quirúrgica de la encía, con o sin osteoplastia, según el sondaje periodontal-, asociada en ocasiones con tratamientos restauradores dentales -implante de carillas de composite o porcelana.


La mayoría de casos son de origen muscular


Más del 70 por ciento de sonrisas gingivales vienen producidas por problemas musculares, a raíz de anomalías como disfunciones o hipertonías de los músculos implicados en la mímica de la boca, como es el caso del elevador del labio superior y del ala de la nariz, el cigomático menor, el depresor del tabique nasal, el orbicular de los labios o el cigomático mayor.

Ante este escenario, los sanitarios pueden optar por la miomodulación de la musculatura responsables en la sonrisa gingival. Esta se puede realizar mediante la inyección de dos sustancias: la toxina botulínica  -empleada contra el bruxismo- y el ácido hialurónico. La primera se deposita en los órganos a tratar para impedir su contracción y relajarlos temporalmente, lo que limita la elevación del labio y reduce la cantidad de encía visible. La segunda se aplica en las inserciones de los músculos problema, de tal forma que se introduce un obstáculo que impide su correcto movimiento. También se puede utilizar para aumentar el volumen labial y camuflar la zona a tratar.

El comunicado ha remarcado que es importante especializarse en el tratamiento de esta problemática mediante cursos centrados en técnicas orofaciales -como el ofertado por IESO-.. La mitigación de una sonrisa gingival puede afectar positivamente en la salud mental del afectado, ya que muchas veces esta genera inseguridades y temores a la hora de sonreír. 

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