Paolo Vineis, líder del proyecto 'Lifepath'.
Las personas que viven en condiciones socioeconómicas desfavorables tienen más posibilidades de desarrollar diferentes tipos de cáncer. Según una compilación de estudios, las desregulaciones inflamatorias e inmunitarias y el envejecimiento biológico, procesos estrechamente relacionados con los tumores malignos, son más frecuentes en entornos sociales desfavorecidos.
A pesar de ello,
las desigualdades sociales siguen sin considerarse un determinante para la salud y no son identificadas por las políticas públicas como un factor de riesgo, como sí lo son el tabaco y el sedentarismo.
Así lo indica la investigación llevada a cabo por el equipo
Lifepath, proyecto creado por la Comisión Europea y cuyo objetivo es proporcionar pruebas actualizadas, pertinentes e innovadoras sobre la relación entre las disparidades sociales y el envejecimiento saludable.
Obesidad
Respecto a la relación entre pobreza y cáncer, en primer lugar, se ha demostrado que el sobrepeso y la obesidad tienen un patrón social desde la infancia. Un amplio estudio realizado por
Cathal McCrory, del Irish Longitudinal Study on Ageing (TILDA), observó que el índice de masa corporal (IMC) en padres e hijos está relacionado a partir de los tres años de edad del menor y se mantiene a lo largo de los primeros años de su infancia.
Un IMC más alto, que está relacionado con un patrón social, está relacionado con la aparición de tumores
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Gracias a las investigaciones realizadas por Maria Kyrgiou (Imperial College of London) y resumidas por el IARC (Lauby-Secretan, International Agency for Research on Cancer), existen evidencias de que
un IMC más alto puede producir una desregulación en los mediadores celulares y moleculares en el sistema inmune y en los procesos inflamatorios, ambos relacionados con el cáncer.
Mecanismos sociobiológicos
Asimismo, existen otros importantes mecanismos sociobiológicos relacionados con el sistema inmunológico que quedan establecidos desde la niñez. Por ejemplo, un estudio realizado por V. Garès y su equipo demostró que
los niños pertenecientes a estratos sociales más desfavorecidos tienen más probabilidades de infectarse con un virus de la familia de los herpes llamado Epstein Barr (VEB). Es destacable que el VEB está involucrado en el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, incluyendo el carcinoma nasofaríngeo, el linfoma de Burkitt, el linfoma de Hodgkin y el síndrome linfoproliferativo post-trasplante.
“El principal interés de estos hallazgos es que la adquisición precoz de patógenos afecta a la maduración del sistema inmunológico y, a su vez, influye en su funcionamiento de forma positiva o negativa", afirma
Paolo Vineis, profesor del Imperial College of London y líder del proyecto
Lifepath.
Reducción de la esperanza de vida
Ya en la edad adulta, un gran estudio de múltiples cohortes que investigó la relación entre la adversidad socioeconómica, diversos factores de riesgo y la mortalidad, demostró que
las desigualdades sociales se asocian con una reducción de 2,1 años en la esperanza de vida de individuos de entre 40 y 85 años. Así, las desventajas socioeconómicas se revelaron como el factor con mayor impacto en la esperanza de vida de los ciudadanos que comprenden estas edades, sólo por detrás del tabaco (4,8 años), la diabetes (3,9 años) y la inactividad física (2,4 años).
Las personas con un nivel educativo más bajo sufren una tasa más alta de envecimiento biológico
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Otro análisis relacionó cómo el nivel educativo de los individuos está relacionado con un mecanismo epigenético, la metilación del ADN, utilizado para representar el envejecimiento biológico de un individuo. Realizado por Giovanni Fiorito, del Instituto Italiano de Medicina Genómica, este estudio sugiere que
las personas con un nivel educativo más bajo experimentan una tasa más alta de envejecimiento biológico que aquellas con un nivel educativo más alto. Los análisis controlaron también una serie de factores de comportamiento y evidenciaron que el envejecimiento acelerado entre los desfavorecidos sociales seguía estando presente.
Por tanto, la adversidad socioeconómica puede estar asociada con el
envejecimiento epigenético acelerado, lo que implica mecanismos biomoleculares que vinculan las circunstancias sociales con las enfermedades relacionadas con la edad y la longevidad.
"Estos resultados subrayan la importancia de considerar los factores socioeconómicos como unos de los principales determinantes de la mortalidad y del envejecimiento acelerado. Por este motivo deben ser analizados de forma independiente", dice Paolo Vineis.
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