Los investigadores Eva Martínez-Balibrea y Albert Abad.
La revista científica
Annals of Oncology acaba de
publicar un estudio que tenía como finalidad demostrar que la selección del tratamiento, en base a las variantes génicas, podía mejorar el pronóstico de los pacientes con
cáncer colorrectal avanzado. Aunque este objetivo no se ha conseguido, sí que los resultados han sacado a la luz objetivos secundarios cumplidos que demuestran que, a partir de una
muestra de sangre, se podría predecir cuál es el tratamiento más eficaz en la
reducción de las metástasis.
Este estudio lo ha encabezado la investigadora del
Grupo de Resistencia, Quimioterapia y Biomarcadores predictivos del Programa ProCURE del ICO-IGTP,
Eva Martínez-Balibrea, con la coordinación del oncólogo
Albert Abad, del ICO-IGTP, y la participación de investigadores de
treinta centros de toda España, con la esponsorización del
Grupo Español de Tratamientos de Tumores Digestivos (TTD).
Variaciones genéticas que pueden alterar el efecto quimioterápico
El hecho de que los individuos sean diferentes para un mismo rasgo, viene determinado por las variaciones que se dan en los genes que codifican este rasgo. Estas variaciones se llaman
polimorfismos genéticos y, en muchos casos, no marcan ninguna diferencia relevante en las personas sanas. Algunos polimorfismos genéticos afectan las
enzimas del metabolismo que son diana de los fármacos utilizados en el tratamiento del cáncer y, en este caso, las variaciones genéticas pueden alterar la respuesta a estos fármacos.
En el estudio clínico, diseñado por el equipo de investigadores encabezado por Martínez-Balibrea, se asignaba a los pacientes afectados de cáncer colorrectal metastásico un brazo control que recibía un tratamiento estándar y un brazo experimental donde el tratamiento se decidía en base a dos variantes genéticas que se determinaban a partir de una muestra de sangre con el fin de demostrar que la selección del tratamiento, en base a estas variantes génicas, mejoraba el pronóstico de los pacientes. Han participado
195 pacientes.
Un estudio que abre las puertas a continuar en este camino
El objetivo principal de este estudio era poder reducir el tiempo de
progresión tumoral, es decir, el tiempo que transcurre desde el inicio del tratamiento hasta que el tumor vuelve a crecer. Este propósito no se ha podido conseguir ya que en los dos grupos del estudio, tanto el de control como el experimental, han presentado una progresión similar.
Sin embargo, sí que se ha podido ver que algunos objetivos secundarios son realmente esperanzadores, y los médicos han visto importantes diferencias en respuesta a la terapia. Principalmente, el porcentaje de pacientes que respondieron al tratamiento, es decir, en el que se
redujo las metástasis, fueron significativamente superior al grupo experimental. Esto implica un aumento del porcentaje de pacientes que tras el tratamiento se pudieron operar las metástasis, lo que demuestra un muy
buen pronóstico de la enfermedad. Por último, otro hecho destacable, es la reducción de efectos secundarios, ya que el grupo experimental presentó menos episodios de
toxicidad que el grupo estándar. Esto último representa un factor muy importante para los pacientes y sus familias.
"Es la primera vez que somos capaces de asignar un tipo de
quimioterapia para pacientes de cáncer colorrectal en base a la información genética del tejido sano, una muestra de sangre, y no de sus tumores", explica Martínez-Balibrea, destacando la importancia de este nuevo ensayo. "Desarrollar tratamientos mejores y más efectivos es un trabajo de años pero, en este caso, el equipo ha abierto la puerta a una nueva forma de tratamiento para este tipo de pacientes de cáncer colorrectal", añade. Ahora se ve una posibilidad real para que los médicos puedan decidir el mejor tratamiento, de manera individual para los pacientes, basándose en un simple análisis de sangre: "Un tipo de
medicina personalizada que utiliza información de tejidos sanos para decidir como el tratamiento en caso de enfermedad".
Todo esto hace que este estudio abre las puertas a seguir en este camino ya que, en caso de confirmarse estos resultados en nuevos estudios, en un futuro cercano a partir de una muestra de sangre se podría predecir cuál es el tratamiento más eficaz para la reducción de las metástasis antes de operarlas. Esto
mejoraría el resultado de la cirugía y, en consecuencia, la supervivencia de los pacientes que, en los casos que la cirugía fuera completa, se podrían llegar a curar.
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