Investigadores del
Instituto Karolinska (Suecia) han creado una nueva herramienta, de carácter
gratuito, que ofrece resultados más fiables y precisos a la hora de identificar qué
proteínas están afectadas por un determinado medicamento contra el
cáncer.
Cada célula contiene un gran número de proteínas, y cada una de ellas tiene una función específica; por ejemplo, como receptor de otra molécula o de una
enzima que cataliza las
reacciones químicas. Las alteraciones de esos mecanismos pueden afectar seriamente a una célula y causar enfermedades como el cáncer, en el que la célula enferma funciona de una manera fundamentalmente diferente a la de la célula sana.
Por lo tanto, es muy común que un fármaco tenga como objetivo una proteína, que la sustancia inhibe o estimula la producción o la absorción. Al mismo tiempo, hay muchos medicamentos autorizados con un efecto probado y comprobado en ciertas enfermedades pero sin un objetivo proteínico conocido. Para tales sustancias, se dice que el mecanismo de acción es total o parcialmente desconocido.
Proteoma de la célula
La idea es que otros investigadores puedan realizar experimentos similares con otros fármacos utilizando el mismo modelo
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En su trabajo, publicado en la revista
Nature Communications, los investigadores desarrollaron su nuevo método experimentando en células de cáncer de pulmón tratadas con 56 tipos diferentes de fármacos. Para cada uno de ellos, primero calcularon la dosis que mata a la mitad de las células después de 48 horas y luego usaron esta dosis para todos los medicamentos.
Una vez que la mitad de las células había muerto, examinaron el proteoma de cada célula (es decir, qué proteínas están presentes y su abundancia) para determinar
a qué proteínas se dirigían los medicamentos. En experimentos posteriores, probaron los fármacos en otras células de tumores de mama e intestinos, y sacaron conclusiones sobre el grado en que los fármacos son específicos o generales en su objetivo de las células cancerosas.
La idea es que otros investigadores puedan realizar experimentos similares con otros fármacos utilizando el mismo modelo y, así, ampliar la base de datos con más proteínas diana para más sustancias.
"Encontramos que las células son eliminadas de diferentes maneras por diferentes fármacos. No hace mucho tiempo
solíamos pensar que las células solo podían morir de tres maneras (necrosis, apoptosis o autofagia), pero ahora hemos observado al menos trece formas diferentes. Este método puede ayudar a acelerar ciertas partes del proceso de desarrollo de nuevos medicamentos o mejorar nuestra comprensión de los ya existentes", asegura uno de los autores del estudio, Roman Zubarev.
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