Una
prueba molecular puede determinar qué pacientes tendrán un
riesgo muy bajo de muerte por
cáncer de mama incluso 20 años después del
diagnóstico y la eliminación del
tumor, según un nuevo estudio clínico dirigido por la Universidad de California (UC) San Francisco, en Estados Unidos, en colaboración con colegas en Suecia. Como resultado, las pacientes de riesgo ultra bajo podrían ser tratadas de manera menos agresiva y se evitaría el tratamiento excesivo, produciendo menos
efectos tóxicos.
"Es un importante paso adelante para personalizar la atención de las mujeres con cáncer de mama", dice la autora principal Laura J. Esserman, especialista en cáncer de mama y cirujana de UC Health. "Ahora podemos analizar pequeños cánceres de mama con ganglios negativos y si están en la categoría de riesgo ultra bajo, podemos decir a las mujeres que es muy poco probable que mueran de sus cánceres y no necesitan
tratamiento agresivo, incluyendo la
radiación después de la tumorectomía".
Los oncólogos han discutido la existencia de tumores de riesgo ultra bajo y han expresado su preocupación por que podrían ser agravados por el cribado. Pero, Esserman señala en un artículo que se publica este jueves en
JAMA Oncology que ésta es la
primera evidencia de que es posible realizar una prueba e identificarlos al momento del diagnóstico.
"Éste es un avance emocionante, ya que aproximadamente entre el 20 y el 25 por ciento de los tumores diagnosticados hoy en día pueden tener un riesgo ultra bajo", afirma Esserman, profesora de la UCSF y directora del UCSF Carol Franco Buck Breast Care Center, que también colidera el programa de oncología en el seno del UCSF Helen Diller Familia Comprehensive Cancer Center.
Saltarse la quimioterapia
Durante muchos años, la comunidad médica se ha centrado en la identificación temprana del cáncer para que pueda ser curado o más fácil de tratar. Aunque esto puede no beneficiar a algunos pacientes,
el cribado también puede detectar cánceres que son de riesgo extremadamente bajo y no amenazan la vida, lo que podría llevar a que los pacientes sean sobretratados.
El problema se agrava porque el cáncer de mama puede repetirse muchos años después del diagnóstico y, en el caso de los tumores de bajo grado, la mayoría del riesgo ocurre después de cinco años. Hasta ahora,
no se disponía de herramientas que pudieran identificar con fiabilidad los tumores de riesgo ultra bajo en el momento del diagnóstico porque los médicos carecían de la seguridad de que la recidiva tardía podría verdaderamente evitarse.
En el nuevo estudio, los investigadores trataron de determinar si una prueba de 70 genes podría identificar con precisión y fiabilidad los tumores indolentes, o de lento crecimiento, un procedimiento para evaluar el riesgo de recurrencia del cáncer hasta 20 años después del diagnóstico. La misma prueba había demostrado el año pasado que
casi la mitad de las pacientes de cáncer de mama en etapa temprana, que cumplían con los criterios tradicionales de alto riesgo, podía saltarse con seguridad la quimioterapia teniendo en cuenta la composición biológica de sus tumores.
Mejorar el impacto del cribado
Los autores detallan que la prueba, llamada 'MammaPrint', fue ideada por la investigadora de cáncer UCSF Laura van't Veer, coautora del nuevo estudio. Producida por Agendia, una compañía cofundada por Van't Veer, la prueba 'MammaPrint' analiza una
firma de 70 genes que puede predecir si el cáncer se repetirá en las pacientes de cáncer de mama en etapa temprana. El test fue aprobado por la agencia estadounidense del medicamento en 2007.
El testo analiza una firma de 70 genes que puede predecir si el cáncer se repetirá
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En el nuevo análisis, los investigadores trataron de evaluar a pacientes con cáncer de mama de más de 20 años y encontrar cánceres con o sin casi ningún riesgo de progresión metastásica. Así, colaboraron con el estudio de cáncer de mama de Estocolmo, para evaluar a las pacientes que han sido seguidas durante décadas y fueron parte de un ensayo clínico aleatorizado de tamoxifeno frente a ninguna terapia sistémica.
El estudio de bajo riesgo 'STO-3' incluyó a 1.780 pacientes con ganglios linfáticos negativos con tumores menores o iguales a tres centímetros de diámetro, asignadas al azar a dos años de tamoxifeno adyuvante (40 miligramos diarios) frente a ningún tratamiento adyuvante.
Todas las mujeres fueron tratadas quirúrgicamente. Los investigadores utilizaron estos tejidos para clasificar a un total de 652 mujeres, de las cuales 311 habían recibido tamoxifeno, y 339 no habían recibido terapia adyuvante sistémica.
La mayoría de las mujeres (79 por ciento) se habían sometido a mastectomías y eliminación de ganglios linfáticos (los datos no incluyeron casos con terapia local menos agresiva).
Todas las mujeres tuvieron tumores detectados en la era previa al uso de la mamografía de detección, por lo que no se detectaron a través de mamografía.
La prueba multigénica clasificó al 42 por ciento de las pacientes como de alto riesgo y el 58 por ciento como de bajo riesgo. Los científicos encontraron que las pacientes de bajo riesgo tenían una tasa de supervivencia del 95 por ciento a los 5 años, pero muchas murieron más tarde a causa de su enfermedad.
Pronóstico excelente
La prueba clasificó al 15 por ciento (98) de los casos como de riesgo ultra bajo, mostrando que tales tumores son una parte inherente del espectro de los cánceres de mama, incluso en la era anterior al cribado. No todos los tumores de bajo riesgo eran de riesgo ultra bajo; de hecho, sólo un cuarto cumplió con la definición molecular. Las mujeres con tumores ultra bajos tenían un pronóstico excelente,
independientemente de si tomaron o no tamoxifeno durante dos años, según los autores.
"Esto señala el papel que puede desempeñar la detección temprana y
cómo podemos mejorar el impacto del cribado", afirma Esserman. Los resultados sugieren que la prueba de 70 genes se puede utilizar para ayudar a los médicos y pacientes a determinar su curso de tratamiento y para elegir la terapia sistémica con información suficiente, así como la terapia local.
En una población no examinada, el 15 por ciento de las mujeres tendrá tumores de riesgo ultra bajo, según los autores. Con el cribado generalizado, aproximadamente el 25 por ciento de las mujeres postmenopáusicas podría tener un cáncer de mama de riesgo ultra bajo que rara vez se asociaría con recidiva o muerte, escriben. Para las mujeres ancianas de más de 75 años de edad que poseen otras afecciones y tienen una expectativa de vida de menos de una década, la simple extirpación puede ser suficiente, consideran los investigadores.
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