Toni Celià-Terrassa, uno de los líderes del proyecto del Instituto Hospital del Mar.
El
ARN mensajero usado en las vacunas contra el
coronavirus ha demostrado el enorme potencial de esta tecnología, que ahora empieza a adentrarse para tratar otras patologías como el
cáncer. Un proyecto liderado por
Toni Celià-Terrassa, biólogo e investigador del
Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital del Mar), inicia una terapia preclínica en cáncer de mama en ratones para crear un fármaco e importarlo a fases clínicas en cinco años.
Esta nueva fase del proyecto es la puesta en acción del
trabajo realizado hasta ahora ligada a la proteína LCOR, que permite incrementar la visibilidad de las células tumorales al sistema inmune. En palabras del investigador a
Redacción Médica, “se busca hacer susceptibles y vulnerables a estas células a través de la
inmunoterapia en
tumores que son resistentes. A partir de aquí, se buscará llevar a cabo una acción de trasferencia de aplicabilidad dentro de la investigación, y debido a ello se apoya el puente entre el conocimiento y la transferencia a su aplicabilidad”.
A través de la
nanomedicina,
exosomas y
nanopartículas, el IMIM-Hospital del Mar iniciará
ensayos preclínicos para mimetizar la terapia y conocer la especificidad de la administración de ARN mensajero al tumor. “Ahora estamos centrados en conocer efectos secundarios de la terapia, cómo se ven afectados los otros tejidos, etc. Una vez lleguemos a este punto, aplicaremos la tecnología a otros tipos de tumores además del cáncer de mama. El fármaco que será usado en humanos no estará listo hasta de aquí cinco años”, sentencia Celià-Terrassa.
"El fármaco que será usado en humanos no estará listo hasta de aquí cinco años"
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El investigador es consciente de que pasar de la
fase preclínica a la
clínica es difícil, debido a que “se deben de superar varias fases regulatorias, legales y económicas. El proyecto tiene la intención de crear una Start-up que genere el producto y analice la parte de toxicidad para poder aprobar un
ensayo clínico. Normalmente estos procesos pueden llegar hasta los cinco años de duración”.
La proteína LCOR se introducirá a la célula diana
Una de las partes más atractivas de esta terapia será
el uso de la tecnología ARN mensajero por cáncer, que a continuación explica Celià-Terrassa cómo se llevará a cabo: “Nuestra idea está lejos de lo que se ha hecho contra el coronavirus, ya que en lugar de crear vacunas se introduce a la célula diana la proteína LCOR. De esta manera, las células cancerosas muestran en su
membrana exterior los antígenos, cosa que permite que éstas puedan identificar a las células tumorales y atacarlas”.
"El ARN mensajero es una terapia pionera que se debe exprimir al máximo"
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El proyecto, puramente preclínico, será testado en animales y busca aprovechar todas las
ventajas del ARN mensajero para abordar el cáncer. “Estamso hablando de una
terapia pionera que se debe exprimir al máximo. Nuestro proyecto no llegará a un ensayo clínico hasta que se tengan resultados positivos y el aspecto regulatorio esté aprobado”, sentencia el investigador.
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