Aleix Prat, oncólogo del Hospital Clínic y jefe del grupo Idibaps.
El
cáncer de mama metastásico avanzado representa una de las enfermedades más
letales hoy en día y su actual
clasificación no siempre refleja la
realidad de las pacientes. El uso de la
genómica para abordar profundiar en su
categorización es el camino de un proyecto de investigación a
cinco años vista liderado por
Aleix Prat, oncólogo del Hospital Clínic y jefe del grupo
Idibaps. Dentro de estos tumores, que a priori se cree que son
hormonosensibles, la genómica dicta todo lo contrario: “Una parte de este
70 por ciento de los tumores, un 20-30 por ciento, realmente son
agresivos y
no son hormonosensibles. A partir de aquí, iniciamos un proyecto cuyo objetivo es descubrir nuevas formas de diagnosticar el
cáncer de mama positivo hormonal, así como nuevos tratamientos”, explica el oncólogo en
Redacción Médica.
Comprender y entender mejor el
subtipo molecular del tumor es una de las respuestas que el grupo de investigación espera descubrir a lo largo de los cinco años que dura el proyecto. Pese a que hoy en día se conoce el método para identificarlo, Prat va un paso más allá: “Debemos entender su
heterogeneidad, nivel de ADN, su sistema inmunológico, etc. El grupo HER2 enriquecido lo tratamos como si fuese un grupo, pero existen
subgrupos y tenemos que ponerles apellido. Tenemos acuerdos con otros hospitales como por ejemplo
Vall d’Hebrón o el
12 de octubre, y esperamos llegar a las
mil muestras”.
"Existen subgrupos dentro del HER2 y tenemos que ponerles apellidos"
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Gracias a una beca académica de la
Fundación Cris, que busca impulsar el desarrollo de programas clínicos con potencial para conseguir un impacto real en el tratamiento de los pacientes, el proyecto, que durará un total de cinco años, se ha marcado como primer paso
caracterizar biológicamente al paciente. “Queremos entender qué características biológicas tiene el tumor para poder crear un atlas genómico de este subtipo molecular”, detalla el oncólogo.
Otra meta que los investigadores del Clínic esperan lograr durante el tiempo que dura el proyecto es
identificar terapias que puedan funcionar para este grupo de pacientes con cáncer. “En el laboratorio ya hemos desarrollado modelos
preclínicos en tumores de
ratón y estamos testando tratamientos que usan
quimioterapia, distintos
anticuerpos,
inmunoterapia, etc. En estos cinco años esperamos encontrar una combinación de terapias para diseñar un estudio en pacientes y testarlo”, detalla Prat.
La sangre, posible vía para identificar el cáncer de mama
Identificar a este grupo de pacientes no resulta sencillo hoy en día, ya que se tiene que recurrir a la
biopsia metastásica y a los
análisis genómicos. La
sangre es, para Prat, “una manera que intentamos potenciar para identificar este subtipo de forma
menos invasiva. Hay muchas metástasis y las biopsias pueden llegar a generar riesgos. Además, el tejido que obtenemos del tumor es tan pequeño que
no podemos hacer genómica. Tenemos que encontrar vías alternativas, para realizar estudios más rápidos”.
"La sangre puede ayudarnos a identificar este subtipo de cáncer de forma menos invasiva"
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Dentro de la inmunoterapia, ahora mismo el grupo dirigido por Prat no se cierra ninguna puerta y está abierto a todo tipo de terapias. “Por ahora hemos llegado a realizar
dos pruebas de concepto en grupos de pacientes pequeños, testando la
inmunoterapia clásica y
inhibiendo el receptor de HER2 en una molécula pequeña. De ahora en adelante, seguiremos testando diferentes terapias”, confirma el oncólogo el Hospital Clínic.
El trastuzumab, tratamiento potencial en el futuro
Este pasado domingo se publicó en el
New England Journal of Medicine un ensayo clínico en fase 3 de cáncer de mama metastásico, dirigido por
Javier Cortés, director del International Breast Cancer Center (Ibcc), y en el que ha participado también Prat. Los investigadores demostraron la eficacia de un
nuevo fármaco para el cáncer de mama metastásico con una baja expresión de HER2, el
trastuzumab deruxtecan. Además, los expertos han mostrado que, entre todas las pacientes, "la mediana de la
supervivencia libre de progresión fue de
9,9 meses en el grupo de trastuzumab deruxtecan y de
5,1 meses en el grupo de elección del
médico, y la supervivencia global fue de 23,4 meses y 16,8 meses, respectivamente".
Sobre este aspecto, Prat no descarta que esta investigación pueda llegar a ser un “tratamiento potencial para el
cáncer de mama positivo hormonal en el futuro. Gracias a este nuevo fármaco, que combina
7-8 moléculas de una quimioterapia muy potente con el anticuerpo trastuzumab, se prolonga la supervivencia de las pacientes”.
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