María Jesús Lamas, jefa del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Clínico de Santiago de Compostela.
“Lo que el farmacéutico ve detrás de la etiqueta de ‘paciente con
cáncer de mama metastásico’ es una mujer que siempre va a vivir enferma y amenazada, y para la que hay soluciones terapéuticas no satisfactorias”.
María Jesús Lamas, jefa del
Servicio de Farmacia Hospitalaria del
Hospital Clínico de Santiago de Compostela, ha defendido que “el farmacéutico clínico oncológico no debe olvidar la perspectiva social de lo que supone la enfermedad”, durante su intervención en el
Foro Oncológico organizado por
Sanitaria 2000 con la colaboración de
Novartis.
“La enfermedad es incurable pero, en la mayoría de los casos, la expectativa de vida es muy larga y la paciente va a estar tratándose durante toda su existencia con
fármacos complejos que requieren una capacitación y una
competencia profesional elevada para conseguir los mejores resultados”, ha indicado Lamas. En este sentido, ha destacado el papel del farmacéutico hospitalario en el
abordaje multidisciplinar del tumor a la hora de “evitar interacciones farmacológicas peligrosas, estudiar el impacto de la medicina alternativa o complementaria y asegurar la adherencia al tratamiento”.
Lamas define a la paciente con cáncer de mama metastásico y su tipo de tratamiento.
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Precisamente, la especialista ha afirmado que “más del 50 por ciento de las pacientes con cáncer de mama metastásico usa algún tipo de
terapia complementaria, aunque la mayoría no lo comunica”. Lamas ha matizado que, aunque suelen utilizarse de manera indistinta, complementaria y alternativa no son lo mismo. Recurrir a la terapia complementaria no supone que la paciente abandone el tratamiento convencional, sino que añade cosas que le hacen sentir mejor: “Es
culpa nuestra no ser lo suficientemente incisivos sobre cuál es el uso que hacen de las terapias complementarias porque, aunque algunas pueden ser inofensivas desde el punto de vista de la seguridad y beneficiosas para las pacientes, como masajes, yoga o ejercicio físico, la fitoterapia u otras cosas peores conllevan importantes
riesgos de seguridad”.
Sin embargo, la
terapia alternativa impide que sigan tomando el tratamiento convencional. “Esto es peligroso y un estudio demuestra que las pacientes con cáncer de mama curable después de una cirugía que optan por terapias alternativas en vez de convencionales tienen cinco veces
más probabilidades de morir por cáncer que las que optaron por la terapia convencional”, ha asegurado la jefa del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Clínico de Santiago. “Si la medicina convencional ni escucha ni da esperanza, las pacientes buscan alternativas”, ha lamentado.
La responsabilidad de la adherencia se traslada a la paciente
Respecto a la
adherencia terapéutica, Lamas ha comentado que cada vez hay más
fármacos orales y que esto supone que la paciente se convierte en la protagonista de su tratamiento y de que sea efectivo. “En la mayoría de encuestas, los pacientes prefieren ser tratados con fármacos orales en lugar de inyectables, pero con esto se traslada la
responsabilidad al paciente y a su entorno”, ha comentado.
“Tenemos que pensar qué necesita de nosotros la paciente y qué es lo que nosotros podemos hacer para que la paciente esté mejor tratada”, ha señalado Lamas, quien opina que el
farmacéutico de hospital “complementa la actividad de los
médicos y las
enfermeras con un cuerpo de conocimiento propio y específico, pero muy interrelacionado con lo que ellos hacen”.
La jefa del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Clínico de Santiago ha participado en el Foro Oncológico organizado por Sanitaria 2000.
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