José Alberto López, investigador posdoctoral en el IRB Barcelona.
La
eficacia de la quimioterapia frente a los tumores resulta más resolutiva una vez se
eliminan las células senescentes. Esta conclusión es a la que ha llegado una investigación realizada por el Institute for Research in Biomedicine (
IRB Barcelona), recordando que al eliminar la
proteína PD-L2, estas células “son más vulnerables, perdiendo el estímulo que promueve que
el tumor siga creciendo y permitiendo que
el sistema inmune las elimine. La investigación ha logrado éxitos en tres modelos animales con tumores distintos, por lo los resultados han generado a los investigadores “optimismo para que pronto tenga lugar un ensayo clínico que busque la seguridad del tratamiento”.
Uno de los principales arquitectos que ha permitido lograr este hallazgo es
José Alberto López, investigador posdoctoral en el IRB Barcelona, que describe en
Redacción Médica el proceso de creación de este tipo de células senescentes: “Aparecen en el organismo debido a un
daño al ADN y puede ocurrir por
replicaciones excesivas de la célula. Estas células permanecen vivas, pero son incapaces de realizar su función de forma correcta en el tejido, por lo que debe ser eliminada por el sistema inmune. Se trata de
células zombis, no están muertas, pero no actúan como una célula normal nunca más”.
Este tipo de células contienen
una proteína en su membrana que inhibe los linfocitos, por lo que López apostó por eliminarlas: “Erradicando PD-L2 permite que sean más vulnerables. A través de dos caminos como es la
modificación genética y con un
anticuerpo se ha conseguido
bloquear a la proteína y logrando desactivar su función. Gracias a ello, la quimioterapia llega a ser más eficaz una vez se eliminan estas células senescentes”.
"Las células senescentes llegan a inhibir el sistema inmune por otros mecanismos, siendo capaces de atraer a las células inmunes"
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El investigador recuerda que la senescencia llega incluso a “
inhibir el sistema inmune por otros mecanismos, llegando a cambiar la composición del sistema inmune que existe dentro del tumor”. Esta situación provoca, en palabras de López, que “lleguen más
células inmunes supresoras en lugar de células inmunes que activamente
combaten el tumor”.
La proteína PD-L2, presente en células tumorales humanas
Una vez desaparece la barrera provocada por las células senescentes, el investigador destaca que se consiguen
dos importantes avances a la hora de estudiar los ratones usados en el estudio: “Se permite que el sistema inmune las elimine, además de que se establece un
balance de células inmunes activas e inactivas, provocando que
el tumor sea más vulnerable a la acción del sistema inmune”.
"La proteína PD-L2 aparece en células humanas, por lo que es posible que este mecanismo llegue a funcionar en humanos"
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Además de analizar la evolución de estas células en líneas celulares, el especialista remarca que se ha realizado en tres modelos animales con diferentes tumores, como son “el melanoma, el cáncer de páncreas y el cáncer de mama”. Gracias al Institut d’Oncologia del Vall d’Hebron (
VHIO), López remarca que “se tomaron muestras de
tres pacientes con tumores distintos. La proteína PD-L2 aparece en células tumorales humanas, por lo que es posible que este mecanismo llegue a funcionar en humanos. Se tendrá que demostrar en ensayos clínicos”.
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