Hasta la fecha no se ha dado con marcadores tan específicos de la metástasis.
9 dic. 2016 12:40H
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Un estudio del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, liderado por el investigador Salvador Aznar, ha identificado las células de un tumor capaces de iniciar metástasis por medio de un marcador específico, la proteína CD36, que se encarga de capturar ácidos grasos.
El trabajo, publicado en la revista Nature, también demuestra que aquéllos tumores que carecen de C36 no se extienden por el organismo, y que el bloqueo de la proteína reduce de forma drástica la metástasis preestablecida, según han informado fuentes del centro.
Los investigadores han dado con células metastásicas CD36 positivas en muestras de pacientes con carcinomas orales con distinto grado de agresividad, proporcionadas por el Hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, que ha colaborado en el estudio.
En los tumores analizados, sólo entre 50 y 100 células son las que inician el proceso de metástasis –una cifra muy baja–; además, se ha observado que, si se añade CD36 en tumores que no provocan metástasis, ésta se acaba produciendo.
Asimismo, los investigadores han comprobado el efecto de CD36 sobre metástasis es en el melanoma y el cáncer de mama luminal, y análisis estadísticos de muestras de pacientes demuestran la misma dependencia de CD36 por la metástasis de varios tipos de tumores, como el carcinoma de ovario, el de vejiga y el de pulmón.
“No lo hemos comprobado aún para todos los tumores, aunque proponemos que CD36 es un marcador general de células metastásicas, el primero del que yo tengo constancia que sea tan específico de metástasis”, ha dado a conocer Aznar, que es jefe del grupo Células madre y cáncer del IRB Barcelona.
Grasas y metástasis
En el estudio también se ha investigado si una dieta rica en grasas provoca algún efecto directo en metástasis, y se ha observado que los ratones con una dieta rica en grasas sufren metástasis más agresivas.
Los investigadores dieron a los ratones una dieta rica en grasas –un 15 por ciento más del consumo normal– e inocularon un tipo de cáncer oral por el cual, en condiciones normales, el 30 por ciento de los ratos desarrollaban metástasis, un valor que ascendió al 80 por ciento con la nueva dieta.
En este sentido, también se ha probado el efecto del ácido palmítico –un ácido graso de origen vegetal que es el componente principal del aceite de palma, muy usado en comida procesada–, que concluyó que los tumores orales pasaban de una frecuencia metastática del 50 por ciento al cien por cien.
Este resultado mostró que todos los ratones acababan desarrollando metástasis, y que ésta dependía de CD36: “Las grasas son necesarias para el organismo, pero la desmesura puede tener un impacto en la salud”, ha concluido Aznar.
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