Los investigadores que han participado en el estudio del Clínic.-Idibaps/ Clínic Barcelona
Investigadores del
Hospital Clínic de Barcelona-
Idibaps y del
Ciberehd publican un estudio para evaluar el
riesgo de desarrollar
cáncer de hígado en pacientes curados de la
infección por el virus de la
hepatitis después del
tratamiento con antivirales pero que presentan
enfermedad hepática avanzada. Los especialistas demuestran que, en pacientes con
fibrosis avanzada, pero sin
cirrosis u otras
complicaciones, el riesgo de desarrollar
cáncer es muy bajo.
El estudio, publicado en la revista
Journal of Hepatology, ha sido coordinado por
Maria Reig, jefa de la Unidad de
Oncología Hepática del Clínic y del grupo Oncología hepática (BCLC) del Idibaps, y
Xavier Forns, jefe de la Unidad de Hepatitis Víricas del Clínic y del grupo Hepatopatías víricas, tóxicas y metabólicas del Idibaps. Los primeros autores son
Marco Sanduzzi-Zamparelli y
Zoe Mariño, hepatólogos e investigadores de estas unidades. El rol de las enfermeras y radiólogos en este estudio ha sido crucial para poderlo llevar a cabo.
La incorporación de
antivirales directos para el tratamiento de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) permite lograr una respuesta virológica sostenida en más del 95 por ciento de los casos y mejora de la
función hepática. Pese a ello, persiste el riesgo de desarrollar cáncer hepático.
La presencia de
cirrosis hepática y de
nódulos hepáticos no caracterizados antes de iniciar el tratamiento con los antivirales se han identificado como factores de alto riesgo para el desarrollo del cáncer de hígado. En pacientes sin cirrosis hepática establecida, las guías europeas todavía recomiendan el cribado del CHC porque la información en esta población es incierta.
Resultados de las pruebas a 185 pacientes con diferentes estados
En estudio se incluyeron
pacientes con fibrosis avanzada que alcanzaron la respuesta viral sostenida con el tratamiento con antivirales para la infección por VHC. Se incluyeron
185 pacientes seguidos por medio de
ecografía abdominal cada 6 meses a través de un programa de cribado liderado por enfermería. Una de las características más importantes de este grupo es que los pacientes no presentaban nódulos en la ecografía al momento de la curación.
La incidencia de
carcinoma hepatocelular fue de
1,46 cada 100 pacientes (año en toda la cohorte);
2,24 cada 100 pacientes (año en los que presentaban
cirrosis al momento de curar el VHC) y de
3,63 cada 100 pacientes (año en los pacientes con
cirrosis e hipertensión portal clínicamente significativa o con historia de descompensación hepática).
Estos datos indican que, a pesar de haber conseguido la
eliminación del virus y de no presentar nódulos en la ecografía inicial, los pacientes con
cirrosis hepática con descompensaciones hepáticas previas o signos de hipertensión portal clínicamente significativa continúan en riesgo de desarrollar cáncer hepático y es necesario hacer cribado de este cáncer.
Sin embargo, ninguno de los
63 pacientes con fibrosis avanzada sin
cirrosis incluido en el estudio desarrolló
cáncer de hígado. En este último grupo de pacientes, el riesgo de desarrollar CHC parece bajo o podría ser nulo, aunque son necesarios estudios con un tamaño de la muestra más grande para validar estos resultados.
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