La intervención psicológica también juega un papel muy importante en su alivio

El ejercicio, mejor que los fármacos contra la fatiga que provoca el cáncer


13 mar. 2017 18:10H
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POR REDACCIÓN
El ejercicio o la terapia psicológica funcionan mejor que los medicamentos para reducir la fatiga relacionada con el cáncer y deben recomendarse a los pacientes, según concluye un estudio dirigido por el Wilmot Cancer Institute, en Estados Unidos, y publicado en JAMA Oncology.

“Si un paciente de cáncer está teniendo problemas con la fatiga, en lugar de buscar tazas extra de café, una siesta o una solución farmacéutica, debe considerar dar un paseo de 15 minutos”, señala la autora principal, Karen Mustian, profesora asociada del Programa de Control del Cáncer del Departamento de Cirugía de la Universidad de Rochester, en Nueva York, Estados Unidos.

“Es un concepto realmente simple, pero es muy difícil para los pacientes y la comunidad médica tenerlo en la cabeza porque estas intervenciones no han estado en el centro de la atención en el pasado –agrega–. Nuestra investigación da a los clínicos un activo valioso para aliviar la fatiga relacionada con el cáncer”.

Los científicos llegaron a sus conclusiones sobre el ejercicio y las intervenciones psicológicas después de analizar los resultados de 113 estudios únicos que evaluaron varios tratamientos para la fatiga relacionada con el cáncer. Todos fueron ensayos clínicos aleatorios, el estándar de oro para la evaluación de tratamientos eficaces.

El análisis se inició con 17.033 resúmenes y se redujo a 113 que cumplían criterios estrictos de métodos científicos rigurosos. Más de 11.000 pacientes participaron en los 113 estudios; casi la mitad eran mujeres con cáncer de mama; y diez estudios se centraron en otros tipos de cáncer y sólo inscribieron a hombres.

Intervención psicológica, también efectiva

Los datos muestran que el ejercicio solo –ya sea aeróbico o anaeróbico– reduce la fatiga relacionada con el cáncer más significativamente. Las intervenciones psicológicas, como la terapia diseñada para proporcionar educación, cambiar el comportamiento personal y adaptar la forma en que una persona piensa acerca de sus circunstancias, mejora de la fatiga de manera similar.

Los estudios que proporcionaron una combinación de ejercicio y terapia psicológica tuvieron resultados mixtos y los investigadores no pueden decir con certeza cuál es el mejor método para combinar tratamientos con el fin de hacerlos efectivos. Finalmente, el trabajo mostró que los fármacos probados para tratar la fatiga relacionada con el cáncer -estimulantes como modafinilo, que puede usarse para la narcolepsia, y ‘Ritalin’, que trata el trastorno por déficit de atención e hiperactividad– no eran tan eficaces.

“La literatura confirma que estos medicamentos no funcionan muy bien aunque se prescriben continuamente –señala Mustian–. Los pacientes de cáncer ya toman muchos fármacos y todos ellos vienen con riesgos y efectos secundarios, así que cada vez que resta un producto farmacéutico al conjunto, suele beneficiar a los pacientes”.

Todos los participantes en los estudios analizados sufrían fatiga relacionada con el cáncer, el efecto secundario más común durante y después del tratamiento del cáncer. Este tipo de fatiga es diferente de estar crónicamente cansado, según Mustian, quien describe que es una sensación demoledora que no se alivia mediante el descanso o el sueño y puede persistir durante meses o años.

Prioridad de investigación

Los investigadores creen que la fatiga relacionada con el cáncer podría ser el resultado de un estado crónico de inflamación inducido por la enfermedad o su tratamiento. Lo más preocupante, según Mustian, es que la fatiga puede disminuir las posibilidades de supervivencia de un paciente porque disminuye la probabilidad de completar tratamientos médicos. Este experto señala que el Instituto Nacional del Cáncer ha elegido la fatiga relacionada con el cáncer como una de las principales prioridades de investigación.

Mustian y varios colegas en Wilmot han estado estudiando el ejercicio en el contexto del cáncer durante casi 15 años. Sus investigaciones suelen analizar el yoga suave, caminar, bandas de resistencia y otras formas de movimiento como terapias para disminuir los efectos secundarios. El equipo de Wilmot también analiza las vías biológicas en las que impacta el ejercicio en pacientes con cáncer.
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