Paula Jiménez Fonseca.
24 nov. 2021 11:10H
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Casi la mitad de los oncólogos (41,2 por ciento) afirma seguir algún protocolo para abordar el SAC (síndrome de anorexia-caquexia) a pesar de que un 94,1 por ciento desconocen si existen protocolos específicos en su comunidad autónoma, centro o servicio. Así lo pone en evidencia el estudio QUASAR-SEOM (QUality of life and Anorexia caquexia Syndrome reseARch), promovido por la Sección de Cuidados Continuos la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
En el mismo ha participado un oncólogo médico de cada comunidad autónoma en el cuestionario a especialistas; un grupo de pacientes en el cuestionario a pacientes y un adjunto y un residente de oncología médica por comunidad autónoma en el estudio Delphi. Este estudio cuenta con la colaboración sin restricciones de la Fundación Viatris.
Los objetivos del estudio QUASAR son conocer la situación del manejo del síndrome de anorexia-caquexia en nuestro país, relacionar la situación nutricional del paciente con la percibida por el oncólogo, conocer el uso de orexígenos (fármacos estimuladores del apetito), y elaborar unas recomendaciones sobre el manejo del SAC en el paciente oncológico.
La relevancia del SAC radica en que se asocia a una peor respuesta al tratamiento antineoplásico, deterioro de la calidad de vida del paciente, afectándole emocionalmente y aumentando la morbimortalidad. De hecho, la supervivencia de los pacientes oncológicos puede llegar a reducirse a la tercera parte si el paciente presenta una caquexia avanzada.
Como comenta Paula Jiménez Fonseca, coordinadora del estudio y oncóloga médico del Hospital Universitario Central de Asturias “estas cifras hacen que los oncólogos médicos españoles demos importancia al estado nutricional del paciente con cáncer y hagamos un seguimiento periódico de su peso y de su apetito, según se recoge en una encuesta realizada a estos profesionales en el marco del proyecto QUASAR”.
Por su parte, Javier Anitua, director de la Fundación Viatris, explica que los pacientes oncológicos y su calidad de vida llevan siendo una prioridad en los proyectos de la Fundación desde hace varios años. Un apoyo y un compromiso redoblado que ha dado sus frutos en forma de, por ejemplo, un importante estudio sobre la atención psicológica de estos pacientes en España, que tuvo aparejada la puesta en marcha de iniciativas de mejora de la misma en centros hospitalarios.
Encuesta a oncólogos médicos
La encuesta, diseñada para evaluar la importancia que le atribuyen los oncólogos médicos al SAC, también arrojo como resultados que 2/3 de los expertos cree que tiene bastante o mucha formación al respecto, o que la mitad considera que se trata poco este síndrome en sus fases iniciales.
Además, la mayoría de los encuestados (88,2 por ciento) conoce el fármaco con indicación en el tratamiento del SAC asociado al cáncer; un 70,6 por ciento utiliza los orexígenos y un 76,5 por ciento cree que la suplementación nutricional es el mejor tratamiento para revertir el SAC. Por último, un 17,6 por ciento considera su falta de experiencia en el uso de los orexígenos como una barrera a la hora de usarlos en sus pacientes con cáncer.
Estudio Delphi realizado por oncólogos médicos
En el estudio Delphi, se alcanzó consenso en que el SAC está favorecido por una pérdida acelerada de masa muscular y tiene un origen multifactorial mientras que no se alcanzó en si puede o no ser compensado con aumento del aporte calórico ni en el concepto de obesidad sarcopénica. También hubo consenso entre los oncólogos participantes en el impacto negativo del SAC en la efectividad y tolerancia al tratamiento oncológico, pronóstico, calidad de vida y capacidad funcional del paciente.
Se alcanzó consenso en que se debe realizar un cribado nutricional (escalas MST y nutriscore) al diagnóstico del cáncer y que este debe incluir parámetros antropométricos y bioquímicos, pero no sobre la utilidad de variables inmunológicas ni de la proteína C reactiva.
En cuanto al empleo de acetato de megestrol como tratamiento del SAC, se alcanzó consenso en que debe iniciarse a dosis bajas y ajustar según respuesta y en que tarda unos días en hacer efecto. No se alcanzó consenso sobre la mejor intervención en pacientes en fase de cuidados paliativos.
Los datos obtenidos en la encuesta a pacientes, en la cumplimentada por oncólogos médicos, así como en el estudio DELPHI han sido presentados en el simposio SEOM 2021. Se está valorando dar continuidad a este trabajo con un estudio observacional sobre el impacto del SAC en la calidad de vida y el afrontamiento del cáncer y como puede mejorar estos parámetros una intervención nutricional y tratamiento precoz de la desnutrición y caquexia.
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