Cristina Saura, investigadora del VHIO y autora de la tesis doctoral sobre embarazo y cáncer de mama.
21 jul. 2017 15:00H
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El diagnóstico de cáncer de mama en pacientes embarazadas no debe implicar la posibilidad de interrumpir la gestación, pues el pronóstico no mejora. Es la conclusión de la tesis doctoral de Cristina Saura, investigadora principal del Grupo de Cáncer de Mama y Melanoma del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO).
El trabajo se basa en el seguimiento de más de 50 mujeres tratadas en el hospital catalán por un equipo multidisciplinar de los servicios de Oncología, Obstetricia y Ginecología, y la Unidad de Patología Mamaria. El manejo multidisciplinar evitará complicaciones y logrará mejores resultados, tanto a nivel oncológico como pediátrico.
Durante el embarazo, el cáncer de mama tiene unas características de agresividad congruentes con las de mujeres jóvenes que han sido diagnosticadas de la enfermedad, comportándose de la misma forma. El tratamiento debe ser lo más parecido posible al de una paciente no embarazada.
Hay excepciones, sin embargo. Cirugía y quimioterapia (a partir del segundo trimestre) con antraciclinas o taxanos son opciones adecuadas, pero “lo que sí se debe desaconsejar es el uso de radioterapia o fármacos biológicos, y aquellos de los que no se disponga de información en cuanto a posibles interacciones durante el embarazo”, afirma Saura.
Sin problemas con la quimioterapia
La oncóloga indica que la quimioterapia “no produce ninguna alteración neuropsicológica, ni tampoco cardiológica, por el hecho de exponer fetos a la quimioterapia intrauterina”. Evitar la prematuridad ayuda a reducir las complicaciones postparto, así como a obtener mejores resultados neuropsicológicos a largo plazo de los neonatos, si bien a partir de la semana 34 se debe valorar la aparición potencial de insuficiencia placentaria, en cuyo caso sería indicado inducir el parto a esas semanas de gestación.
La tesis ha estado dirigida por Javier Cortés, investigador asociado traslacional del VHIO y jefe de Sección de Cáncer de Mama y Tumores Ginecológicos del Hospital Universitario Ramón y Cajal.
El retraso cada vez mayor en la edad del primer embarazo en los pacientes desarrollados y el incremento del cáncer entre las mujeres con edades comprendidas entre los 30 y los 45 años ha provocado un aumento progresivo de los cánceres de mama que se diagnostican durante el embarazo. Entre los 25 y los 29 años, uno de cada cinco casos de cánceres de este tipo se dan asociados a un embarazo, ya sea durante el mismo o en el año posterior.
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