El estudio ha sido realizado por la Georgetown University Medical Center en Estados Unidos.
6 ago. 2019 17:40H
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Una nueva investigación ha descubierto un mecanismo que podría explicar por qué algunos cánceres no responden a una forma de inmunoterapia muy utilizada llamada inhibidores de puntos de control o anti-PD-1. Además, estos científicos del Georgetown University Medical Center (Estados Unidos) aseguran que han encontrado una manera de solucionar el problema, allanando el camino para expandir el número de pacientes que pueden beneficiarse del tratamiento.
La inmunoterapia, que permite que el propio sistema inmunológico del cuerpo ataque el cáncer, aún no ha alcanzado su máximo potencial. Aunque ha sido un gran avance en el tratamiento del cáncer, hasta el 85 por ciento de los pacientes cuyo cáncer se trata con inhibidores del punto de control no se benefician, según las estimaciones aportadas por estos investigadores en un artículo en la revista 'Nature'.
Su trabajo muestra que el estado de las células T antes de la terapia anti-PD-1 es un determinante crucial para la capacidad de respuesta del cáncer. "Si las células inmunitarias no se encuentran en el estado de activación adecuado, el tratamiento con anti-PD-1 lleva a estas células T a un estado disfuncional y no reprogramable, induciendo resistencia a una terapia inmunológica adicional", explica uno de los líderes del equipo, Samir Khleif.
Mecanismo de defensa
Para prevenir que el sistema inmune ataque a las células normales, el cuerpo tiene una manera de proteger estas células del ataque inmunológico. Las células cancerosas a menudo adoptan este sistema de puntos de control con el fin de frenar la vigilancia inmunológica para protegerse y crecer. Los inhibidores del punto de control liberan esos 'frenos'.
Estos inhibidores se dirigen a moléculas, como la PD-1 (muerte celular programada 1), que se encuentra en la superficie de una célula T, y la molécula, PDL-1 que está presente en las células tumorales y se une a la PD-1. Este emparejamiento PD-1/PDL-1 inhibe el funcionamiento normal de las células T que, de otro modo, atacarían a la célula cancerosa. Por lo tanto, los medicamentos, en forma de anticuerpos que se unen a la PD-1 o a la PDL-1, trabajan para eliminar esa protección, permitiendo que las células T reconozcan y ataquen el tumor.
Se sabe que los tumores que responden más fácilmente a los inhibidores de los puntos de control son aquellos que ya se han comprometido con el sistema inmunológico, como el melanoma y los cánceres que expresan muchas mutaciones. La pregunta ha sido por qué los agentes inmunoterápicos no funcionan en tumores inmunológicamente 'silenciosos'. Este descubrimiento arroja algo de luz sobre el tema.
Superar la resistencia a la inmunoterapia
El equipo también pudo encontrar una estrategia para superar esa resistencia a la inmunoterapia. "Cuando activamos por primera vez las células T mediante el uso de una simple vacuna, o eliminamos las células T disfuncionales, encontramos que la terapia inhibidora del punto de control funciona mejor", detallan.
Los investigadores ya están desarrollando ensayos clínicos para confirmar estos hallazgos en pacientes, que se realizaron utilizando modelos animales y muestras de tumores de pacientes. Las vacunas contra el cáncer, basadas en el tumor específico de un paciente, están siendo exploradas como una forma de preparar los tumores para aumentar la actividad de las células T y mejorar los inhibidores.
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